La región está compuesta por las provincias de Cautín y Malleco. Su principal centro urbano es el Gran Temuco con 410 599 habitantes, seguido de Villarrica con 55 478 habitantes y Angol con 53 262 habitantes.
La Araucanía hace referencia al «lugar que habitan los araucanos», nombre con el que los españoles designaban a los mapuche. A su vez, la voz «araucano» es el gentilicio de la palabra «Arauco», antiguo topónimo utilizado por los españoles para referirse ambiguamente al sur de Chile y más en específico a la zona controlada por los mapuches (No debe confundirse con la actual comuna de Arauco, de dimensión mucho más acotada). La principal hipótesis es que el gentilicio "araucano" proviene del quechua "aw'ka", que significa rebelde o feroz, derivado del antiguo contacto del pueblo mapuche con el inca.
La región no posee una bandera oficial. Sin embargo, suele utilizarse como bandera regional el estandarte usado por el intendente, que consiste en un campo blanco con el escudo regional en el centro, aunque su estatus no está definido. El escudo está diseñado a base de dos cuarteles rojo y negro, adornados con seis guemiles blancos y un trapelacucha (joya mapuche) del mismo color, rodeados de una guirnalda de copihue y coronados por un monte nevado escoltado de araucarias,[3][4]
En el último tiempo se ha popularizado el uso del Wenufoye o Bandera Mapuche en la región, tanto así que es utilizado de forma oficial en decenas de municipios de la región e incluso en la intendencia y gobernaciones.
Historia
Pleistoceno o época glacial final (periodo Paleoíndio)
El comienzo de la historia del poblamiento humano en esta región se remonta a alrededor de 11 000 años antes de la era cristiana en época glacial final (Periodo paleoíndio).[5]
Ella estuvo relacionada al término de la glaciación wisconsiense. Los primeros pobladores de estos lugares australes estaban organizados en grupos familiares (bandas) de cazadores y recolectores (as) que practicaban la movilidad residencial y que fueron exitosos en la colonización de los distintos ecosistemas americanos, llegando al actual sur de Chile hace al menos 13000 años donde comenzaron a aprender a habitar el bosque siempreverde del valle y practicaron excursiones esporádicas a la costa del Pacífico. Estos eventos son el comienzo de la Historia de la Araucanía.
Durante este período se produjeron cambios profundos en las sociedades que poblaron esta zona centro sur, las que poseían mayor experiencia en organización social y en tecnologías especializadas para la recolección y la caza, producto de un conocimiento más íntimo y la expresión de conductas seguramente flexibles para su establecimiento en distintos ecosistemas producto del cambio ambiental global que se había producido en los milenios anteriores. Hace 4800 años empezaron a llegar pueblos recolectores dejando varios sitios arqueológicos en la zona,[6] en Quillén, Quino, Isla Mocha, y Península de Pucón.[6] Estos grupos traían técnicas acabadas de caza, sin embargo las técnicas de recolección las adoptaron de grupos previos, del paleoíndio.[6] No se han encontrado restos arqueológicos de Paleoíndio pero se sabe que estaban ya que hay restos más al sur, en Monte Verde (11 000 a. C.).[6] Bajo estos restos se encontraron otros de al menos del periodo 31 000 a. C.[6]
Los sitios arqueológicos en la región corresponden a los llamados aleros que son lugares altos en donde se dominan los sitios de acceso y las fuentes de agua, y permitían esbozar tácticas de caza y defensa.[6] En ellos, se encontraban puntas de flecha y otros instrumentos líticos.[6] Los aleros están generalmente en rocas o cuevas basálticas, las que además proporcionaban la materia prima para hacer sus herramientas líticas.[6]
Dentro de los artículos líticos se encontraban cuchillos, raspadores y puntas de proyectil.[6] Los aleros dominaban zonas de bosque en los cuales los habitantes de la zona recolectaban frutos y plantas y cazaban.[6]
En este periodo ya había reconocimiento y conocimiento de territorio. Esto se infiere porque usaban distintas puntas de proyectil en el valle o en la costa.[6]
Durante el verano, se movían a sectores altos de la cordillera de los Andes para aprovisionarse del piñón, el fruto del pehuén, recolectar obsidiana y riolita desde sectores cercanos a volcanes para hacer sus instrumentos, y cazar a la fauna que subía en busca de dehesas verdes.[6] Esta actividad, la veranada, se efectúa en la zona hasta la actualidad.
El periodo arcaico duró desde el 8000 a. C. hasta el 700 a. C., aproximadamente.
El período agroalfarero temprano es un período arqueológico usado para la clasificación de culturas arqueológicas de los pueblos originarios del norte argentino y norte y centro de Chile. Se desarrolla entre el 500 a. C. y el año 650 de nuestra era.
La cultura Pitrén es un complejo cultural agroalfarero temprano de Chile. Las comunidades comprendidas bajo esta denominación, se ubicaron entre el río Bío Bío y el lago Llanquihue, ubicado en la Región de los Lagos.[7] Ya hacia el año 600, estos grupos iniciaron el cultivo del maíz y de la papa, mediante el despeje de espacios entre los bosques, sin abandonar sus prácticas de caza y recolección.[8]
La cerámica, elemento particular que ha caracterizado a estas comunidades, es la más antigua de la zona. En ella se encuentra el ketrumetawe, jarro con forma de ave, símbolo de la mujer casada; además de otra diversidad de jarros de estructuras globulares, con cuello cilíndrico y recto, con asa en el cuello o con asa recta que termina en una figura de animal, tales como patos, ranas o sapos en el extremo. La cerámica de Pitrén denota en un evidente contacto con las culturas de El Molle y Llolleo. Decoraban las piezas con un procedimiento denominado "pintura negativa".
Los estudiosos parecen coincidir en que Pitrén constituye la primera expresión agroalfarera en el sur de Chile.
Es muy probable que el complejo Tirúa haya tenido sus raíces en el complejo diaguita de más al norte, o en el estilo Aconcagua del valle central, los tipos alfareros de El Vergel, Tirúa y Valdivia están vinculados entre sí, como también con el complejo Aconcagua, compartiendo tradiciones comunes, dado que muchos elementos simbólicos propios de su gráfica, como también la forma de los objetos en los cuales se instala dicha gráfica, tienden a ser los mismos, como se puede apreciar al comparar los objetos que se conservan en museos y colecciones privadas.
El mayor problema lo constituye el llamado tipo Tirúa, debido a que, al describirlo, Latcham no entregó fotografías de las piezas sino solo algunos dibujos no muy bien logrados, reproducidos en su libro La alfarería indígena chilena[9] y cuya descripción en dicho texto parece insuficiente. Además, las piezas no son conocidas en las colecciones y museos chilenos, como tampoco en colecciones argentinas donde pudiesen haber sido llevadas, por lo que el problema subsiste.
La cultura mapuche surge de estas culturas anteriores, representada entonces en sus antepasados Pitrén y El Vergel. Al paso del tiempo, en cientos de años se fueron expandiendo esos rasgos culturales y homogeneizándose, hasta llegar al año mil de nuestra era a constituir lo que ya puede ser reconocido plenamente como cultura mapuche.
Tras un breve contacto con el Imperio inca que jamás llegó a la zona, sus habitantes fueron llamados promaucaes (hanan runasimipurum auca, 'gente salvaje'). La influencia posterior de los incas tampoco fue pequeña y adoptaron numerosos productos del “enemigo” que no logró ingresar a su territorio.
En 1536, tras los incas, llegaron los españoles llamados huincas por los mapuches (mapudungúnwe inka, 'nuevo inca').
El contacto definitivo con los españoles se produjo en la batalla de Reinohuelen en 1536. Este pueblo fue conocido por los conquistadores españoles con el nombre genérico de «araucano», usado por primera vez por Alonso de Ercilla en 1589. Arauco, es derivado de la palabra ragko (mapudungún ragko, 'agua gredosa blanca'), sinónimo de Malleco, Malloco o Mallarauco.
Entre ellos se llamaban por gentilicios que aludían a las diferentes localidades de origen (p. ej. purenes), o a puntos cardinales de los que procedían, respecto de los referentes (picunches (pikun, 'Norte'), huilliches (willi, 'Sur')).
En estas tierras habitaban más de 180 000 indígenas, compuestos por los pueblos pehuenches y mapuches. Dicho territorio se había mantenido rebelde a partir de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante la Conquista de Chile y todo el período colonial de Chile, sin que ningún bando venciera claramente.
Luego de la independencia de Chile, ya en el período republicano, se ordenó la celebración de un parlamento general con los mapuches que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche; realizándose así el Parlamento de Tapihue en enero de 1825. Sin embargo posteriormente sucedieron diversos hechos que obligaron al estado chileno a destinar recursos a la zona de la frontera.
Además, durante la Revolución de 1851, el general José María de la Cruz, líder del movimiento golpista, reclutó a varios loncos mapuches y sus clanes para alzarse en armas contra el gobierno, esto lo pudo lograr gracias a la relación de amistad que mantenía el general con los caciques, entre ellos Colipí. Cuando su insurrección fue aplastada por el general Manuel Bulnes, los caciques en vez de rendirse junto a De la Cruz se replegaron a la frontera junto con varios miembros descolgados del antiguo ejército, dedicándose al pillaje y al robo de ganado, por los siguientes 4 años. Esto motivó al gobierno a movilizar al segundo batallón del segundo de línea, hasta enero de 1856.
Un aventurero francés, llamado Orélie Antoine de Tounens, se dirigió a la zona de la Araucanía, hizo contacto con el loncoQuilapán, al que entusiasmó con su idea de fundar un estado para el pueblo mapuche como forma de resistencia al ejército chileno durante la época final de la Guerra de Arauco y el 17 de noviembre de 1860 fundó el Reino de la Araucanía y se proclamó rey bajo el título de Orélie Antoine I. Durante los días siguientes, Tounens promulgó la constitución del reino y el 20 de noviembre del mismo año declaró la anexión de la Patagonia, estableciendo como límites el río Biobío por el norte, el océano Pacífico por el oeste, el océano Atlántico por el este desde el río Negro hasta el estrecho de Magallanes, límite austral del Reino. El gobierno chileno, bajo el mando del presidente José Joaquín Pérez, ordenó el arresto de Tounens en enero de 1862, siendo trasladado a Los Ángeles donde fue recluido y luego enviado a Europa.
En 1879 se da el último gran levantamiento mapuche en la actual Región de la Araucanía debido a la migración de fuerzas chilenas al norte por la guerra del Pacífico. El levantamiento fue sofocado por las tropas a cargo de Cornelio Saavedra Rodríguez en 1881, dando fin al proceso que en la historia tradicional chilena se conoce como «Pacificación de la Araucanía».
Esta etapa contempló la ocupación total de la Araucanía y su consolidación. De ese modo, el gobierno chileno llevó finalmente a cabo uno de sus principales proyectos de Estado, anhelado incluso desde la época de los españoles, quienes en el período colonial no lograron instalarse ni explorar la Araucanía.
Los vencidos fueron reubicados en «reducciones», con su respectivo «título de merced», es decir, terrenos comunitarios de extensión reducida para que practicaran sus actividades ganaderas, donde permanecen hasta hoy. En los territorios ocupados se les entregaron tierras a colonos chilenos y europeos, principalmente españoles, alemanes, franceses, italianos, británicos, suizos y del resto de Europa; en total, entre 1882 y 1901, llegaron 36 000 europeos, 24 000 contratados por la agencia de colonización y 12 000 llegaron por sus propios medios,[10] como parte del proceso llamado colonización europea de la Araucanía. A estos 36.000 europeos se deben sumar a los 100.000 Chilenos de origen hispánico (criollos) y mestizos, que llegaron en esta primera etapa, fenómeno de inmigración interna, que sumada a la europea, explicaría la actual composición étnica de la región, donde la etnia indígena mapuche, es minoritaria en términos absolutos, siendo el mestizaje un fenómeno común.
Época actual
La región de muy rica en recursos naturales, servicios, explotación forestal, ganadera, agrícola y con un gran auge en el turismo internacional, debido a sus bellezas naturales (volcanes, bosques milenarios, centros de esquí, lagos, ríos, pesca, centros termales, montañas, etc). A pesar de las riquezas es una de las regiones más pobres del país con altos índices de pobreza y desigualdad socioeconómica.
En la Historia de la Región de la Araucanía se viven constantemente conflictos entre mapuches y empresas forestales, agrícolas y fuerzas policiales por causa de los eventos históricos donde muchas tierras mapuches fueron expropiadas ilegalmente y posteriormente vendidas a privados y empresas. Hoy hay muchos programas en marcha en la Región de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena para tratar de resolver muchos de los conflictos de tierra e incentivar a comunidades mapuches para mejorar las condiciones económicas. A pesar de los enormes recursos destinados a compra de tierras, maquinarias y equipos no ha significado una mejoría en las condiciones de vida de los beneficiados pero si un enorme perjuicio a la economía regional.
Gobierno y administración
División político-administrativa
La región de la Araucanía, que tiene por capital a la ciudad de Temuco, para efectos del gobierno y administración interior, se divide en dos provincias:
La región se halla dividida en los Servicios de Salud Araucanía Norte y Araucanía Sur, el primero administra a los 7 hospitales de la provincia de Malleco y el segundo a los 17 centros hospitalarios de Cautín.
Diversos centros universitarios, institutos profesionales y centros de formación técnica se encuentran en distintas ciudades de La Araucanía. Tienen presencia en la región:
C.F.T. Canon: Villarrica, Pucón, Vilcún, Cunco y Loncoche.
C.F.T. INACAP: Temuco
AIEP: Temuco
Geografía y clima
Se encuentra ubicada entre las regiones del Biobío y de Los Ríos y entre Argentina y el océano Pacífico. Su relieve se caracteriza por la presencia, de oeste a este, de planicies costeras, la cordillera de la Costa, la depresión intermedia, la precordillera y la cordillera de los Andes.[11]
El clima de la región se caracteriza por la transición, de norte a sur, entre los climas de tipo mediterráneo y oceánico lluvioso. Siendo posible observar los siguientes tipos de clima:
Templado cálido con estación seca corta
Templado cálido lluvioso con influencia mediterránea
Templado frío lluvioso con influencia mediterránea
La configuración hidrográfica de la región se caracteriza por la presencia de tres grandes ríos que corren de este a oeste: la cuenca del río Imperial, la cuenca del río Toltén y la cuenca del río Biobío. Esta última se extiende en dirección noroeste, desembocando en la Región del Biobío. Los principales afluentes del río Imperial son el Cautín, el Chol Chol y el Quepe, y los del río Toltén son el Allipen y el lago Villarrica. Además presenta algunas cuencas costeras: cuencas costeras e islas entre río Paicaví y límite regional, y las del río Moncul y río Queule. La región cuenta con una serie de lagos, entre los que destacan el Villarrica, el Caburga, el Budi y el Collico.[12]
Dos de los volcanes más activos del país y de Sudamérica se encuentran en esta región: el Llaima y el Villarrica.
Economía
La principal actividad económica de la región es la agricultura destacando los cultivos de plantas como avena, cebada, y centeno además de lupino y la papa. Estos cultivos, con excepción de la papa, representan las mayores superficies cultivadas del país. Estos mismos productos han sido históricamente el motor económico regional por lo menos desde la incorporación de la región al territorio chileno.[13] Cabe destacar el incremento de producción de berries, por ejemplo frambuesas y arándanos de exportación, cultivados principalmente en la zona de Gorbea.[14] Además, es destacable la producción ganadera, especialmente en el rubro bovino, el cual la convierte en la segunda región de mayor producción en Chile ascendiendo a más de 700 000 cabezas de ganado anuales.[15] En los últimos años, ha experimentado un considerable crecimiento la actividad forestal, de pinos y eucaliptos, principalmente en la provincia de Malleco.[11]
Además, la región posee un gran potencial turístico debido a la belleza de su paisaje —conformado por bosques, lagos, ríos, volcanes y montañas—, y cuenta con una amplia oferta de servicios de hoteles y complejos turísticos.
En 2018, la cantidad de empresas registradas en la región de la Araucanía fue de 20.410. El Índice de Complejidad Económica (ECI) en el mismo año fue de 0,21, mientras que las actividades económicas con mayor índice de Ventaja Comparativa Revelada (RCA) fueron Fabricación de Carbón Vegetal y Briquetas (43,86), Establecimientos de Enseñanza Primaria y Secundaria para Adultos (30,57) y Venta al por Mayor de Combustibles Sólidos (13,71).[16]
Demografía
La ciudad de Temuco es, junto con Iquique, una de las ciudades de crecimiento más explosivo a nivel nacional. Según el censo del año 1970, en Temuco vivían cerca de 88 000 habitantes; esta población, en 30 años se cuasi triplicó hasta bordear los 250 000 habitantes. En la actualidad, la ciudad de Temuco y la comuna de Padre Las Casas forman la llamada área metropolitana de Temuco, que según las estimaciones del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile, contaba con 460 824 habitantes para el año 2016, siendo el sexto centro urbano más grande de Chile.
La turística ciudad lacustre de Villarrica también ha vivido este fenómeno demográfico al transformarse, junto al balneario de Pucón, en uno de los 4 destinos turísticos de Chile debido a sus grandes páramos naturales rodeados por bosques cordilleranos, lagos de aguas claras e inmensos volcanes andinos.
La inmigración nacional actual es proveniente de la zona central de Chile y un 23,46 % de la población de la Región de La Araucanía afirmó aún pertenecer a una etnia originaria/indígena, principalmente mapuche; sin embargo las personas de origen indígena que se han asimilado sería mucho mayor.
Etnografía
La región tiene una población diversa donde la sociedad originaria mapuche alcanza alrededor de 314 000 personas, siendo así aproximadamente el 33% del total de la población regional (18% de la comunidad mapuche a nivel nacional) según el censo de 2017[17], siendo la población mayoritaria de origen español o criollo chileno, seguido de descendientes de inmigrantes suizos, franceses, alemanes e italianos, incluso destaca una pequeña comunidad neerlandesa llegados a la región a partir de 1883, gracias a una política de colonización del Estado durante la Incorporación de la Araucanía. Desde el momento en que este territorio es incorporado comenzó un proceso de mestizaje entre las distintas etnias que lo habitan, tanto entre los chilenos de la zona, y los que llegaron de otras zonas del país, como los migrantes extranjeros.[18] Existen comunidades diferenciadas en la región producto del conflicto mapuche, principalmente entre los descendientes de colonos extranjeros y la población indígena, siendo esta última perseguida y criminalizada por el estado chileno.[19][20][21][22][22] La Araucanía es también una región con una gran cantidad de población bilingüe en Chile, donde hay cerca de 75.000 hablantes de mapudungún, los que además manejan el castellano. El castellano es la lengua de facto de la región y la más hablada, sin embargo la lengua mapuche se encuentra oficializada en algunas comunas de la región y en proyección para ser lengua cooficial en la región.
Los habitantes de etnia mapuche de esta región representan el 18% del total de la población mapuche a nivel nacional, muchos de ellos son mestizos con parte de su origen compartido con los hispano-chilenos o incluso otros pueblos europeos, pero predominando la ascendencia étnica mapuche, siendo la segunda región con más miembros netos de este pueblo (tras la Región Metropolitana, que reúne al 37% del total de la población mapuche o mapuche-mestiza a nivel nacional).[17]
Fuente:Estimación y Proyección para el año 2012 - INE.[23]
Lenguas
La lengua más hablada es el español y es el idioma oficial de facto, como en todo Chile; además, parte de la población mapuche habla mapudungún y existen colectividades de descendientes de inmigrantes que utilizan idiomas como el alemán o el italiano en forma minoritaria. El mapudungun es lengua oficial en las comunas de Galvarino y Padre Las Casas y el año 2015 el Consejo Regional aprobó su cooficialidad en toda la región, pero no se ha implementado el modo en que se hará efectiva esta medida.
Cultura
En la región coexisten variadas manifestaciones culturales, como consecuencia de los diversos grupos relacionales que poblaron la región, y que se manifiestan en tradiciones, la religión, la arquitectura, gastronomía, proyectos educacionales, en la que se destaca un fuerte componente cultural europeo, sea de origen criollo (hispánico) o de las derivadas de la inmigración europea, y la mapuche como por ejemplo la celebración del We Tripantu (Año Nuevo Mapuche) celebrada durante el solsticio de invierno, actividad en que participan más de 30 comunidades indígenas del sector. Esta fiesta da inicio a un nuevo año para los mapuches, que es celebrado con comidas típicas y rogativas que tienen como propósito pedir que la próxima temporada sea abundante en alimentos y cosechas, y que la naturaleza esté protegida.
Organizaciones Culturales Comunitarias
En el ámbito cultural comunitario existen más de 30 organizaciones que se preocupan de cultivar y difundir el arte comunitario presente en la región. La mayoría de ellas organizadas en una red de organizaciones llamada ROCCO creada en el año 2012 a partir de un trabajo colaborativo con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y abarca desde organizaciones medioambientales, socioculturales, artísticas, medios de comunicación comunitarios, mapuches y de activismo político territorial.
La Casa de la Cultura de Traiguén fue fundada el 9 de septiembre de 2005, en calle Lagos 562, Traiguén.[24] Casa de la Cultura es un espacio físico destinado al desarrollo, promoción y visualización de las distintas expresiones culturales de la comuna, región y el país.
Titerike, una reconocida compañía chilena de teatro de títeres es parte integrante de la red de organizaciones culturales y ha llevado a diferentes escenarios del mundo obras que reflejan la identidad cultural de la región de La Araucanía.
↑Ministerio del Interior de Chile (15 de febrero de 2018). «Ley de Fortalecimiento de la Descentralización». Consultado el 25 de junio de 2018. «Artículo 9.º.- Las distintas regiones del país en que se divide el territorio nacional, para el gobierno y administración interior del Estado, se denominarán de la siguiente forma: Región de Arica y Parinacota, Región de Tarapacá, Región de Antofagasta, Región de Atacama, Región de Coquimbo, Región de Valparaíso, Región Metropolitana de Santiago, Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, Región del Maule, Región de Ñuble, Región del Biobío, Región de La Araucanía, Región de Los Ríos, Región de Los Lagos, Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, Región de Magallanes y de la Antártica Chilena.»
↑Falabella, Fernanda y Rubén Stehberg. “Los inicios del desarrollo agrícola y alfarero: zona central (300 a. C. a 900 d. C.)”. En: Jorge Hidalgo, Virgilio Schiappacasse, Hans Niemeyer, Carlos Aldunate e Iván Solimano (Eds.), pp. 295-311. Prehistoria. Desde sus orígenes hasta los albores de la conquista. Editorial Andrés Bello. Santiago. 1989. p. 299.
↑Aldunate, Carlos. “Estadio alfarero en el sur de Chile (500 a ca. 1800 d. C.)”. En: Jorge Hidalgo, Virgilio Schiappacasse, Hans Niemeyer, Carlos Aldunate e Iván Solimano (Eds.), pp. 329-348. Prehistoria. Desde sus orígenes hasta los albores de la conquista. Editorial Andrés Bello. Santiago. 1989.. p. 346.
↑Latcham, Ricardo E. (1928). La alfarería indígena chilena. Santiago.
Aldunate, Carlos. “Estadio alfarero en el sur de Chile (500 a ca. 1800 d. C.)”. En: Jorge Hidalgo, Virgilio Schiappacasse, Hans Niemeyer, Carlos Aldunate e Iván Solimano (Eds.), pp. 329–348. Prehistoria. Desde sus orígenes hasta los albores de la conquista. Editorial Andrés Bello. Santiago. 1989.. p. 346.