Se halla en zonas templadas, como el centro y sur de Europa, el norte de África y el oeste asiático, aunque, en menor medida, también se puede ver en Norteamérica. Necesita estar en lugares húmedos y no soporta las temperaturas extremas, aunque hay casos en los que puede soportar heladas de hasta 15 bajo cero y temperaturas de 35 °C.
Descripción
Alcanza hasta 25 metros de altura. Sus hojas son aserradas de color gris plateado, tienen el envés sedoso y miden de 5 a 12 cm. Sus flores tienen amentos en forma cilíndrica, que crecen en primavera. La corteza es de color grisáceo.
Forma híbridos naturales con Salix fragilis, dando como resultado Salix × rubens Schrank.
Usos
Su madera es flexible, pesa muy poco y se utiliza para hacer cerillas, entre otros utensilios.
Usos medicinales
Hipócrates escribió en siglo V a. C. acerca de una sustancia amarga extraída del sauce blanco y que podía calmar los dolores y aliviar la fiebre. Los nativos indios americanos ya la usaban antiguamente para los dolores de cabeza, fiebres, dolores musculares y reumatismos. Más tarde, en el año 1763, el reverendo Edward Stone comprobó que, efectivamente, el sauce blanco disminuía la fiebre.
La corteza del sauce blanco contiene una sustancia llamada salicina, de la cual se obtiene el ácido salicílico, predecesor de la actual aspirina. La salicina reduce la sensación de dolor y, además de propiedades analgésicas, posee propiedades antiinflamatorias y antipiréticas.[1]