María Amalia no era políticamente relevante en una familia tan grande, pero se esperaba que contrajese matrimonio con alguno de sus numerosos parientes. Su hermana mayor, Luisa Carlota, estaba casada con el hermano menor del rey Fernando VII de España, mientras que la siguiente, María Cristina, era la reina de España. El primero de sus hermanos varones ocuparía un día el trono napolitano como Fernando II de las Dos Sicilias. Otra hermana, María Antonieta, era gran duquesa de Toscana.
Con motivo de las nupcias de su hermana, María Cristina, con el rey de España, María Amalia conoció al infante Sebastián Gabriel, otro bisnieto de Carlos III, cuya vida había transcurrido principalmente en Brasil. El infante, de escaso atractivo aunque sí poseedor de una rica fortuna, se desposó con la princesa napolitana el 26 de mayo de 1832 en Madrid, durante los últimos tiempos del reinado de Fernando VII.[5][6][7][8] El matrimonio no tuvo descendencia.
Ya por aquel entonces se respiraba la tensión entre los isabelinos (partidarios de la futura Isabel II) y los carlistas (los que apoyaban al infante Carlos María Isidro de Borbón, tío de Isabel y de don Sebastián Gabriel).
Conflictos dinásticos
Pronto surgieron dos facciones en palacio debido a la sucesión al trono español, y la madre de don Sebastián Gabriel, la princesa de Beira, muy conservadora, apoyaba a su cuñado don Carlos en su lucha por el trono. Tras la muerte de Fernando VII en 1833 y el comienzo de la regencia de María Cristina (hermana de María Amalia), María Teresa y los demás partidarios del infante Carlos fueron expulsados de España.
No obstante, don Sebastián Gabriel permaneció fiel al difunto rey y a su pequeña hija, que contaba sólo tres años en el momento de su ascensión al trono. Su madre, María Teresa, comenzó entonces una larga correspondencia cargada de chantaje emocional para hacer cambiar a su hijo de bando, a pesar de que su esposa, María Amalia, era fiel a la causa carlista.
Poco duró la fidelidad de Sebastián Gabriel, que bajo un pretexto falso se fue a Barcelona y de allí a Nápoles, a la corte de su cuñado. Regresó a la ciudad condal para dirigir una campaña militar que acabó por fracasar, y de nuevo tuvo que volver a la capital napolitana. De allí pasó a Leybach, donde se reunió con Carlos y su familia, incluida su madre, la princesa de Beira. Disfrazado de comerciante inglés, Sebastián Gabriel entró de nuevo en España por la localidad de Zugarramurdi, donde se le nombró ayuda de campo de Carlos y más tarde pasó a la jefatura del ejército carlista.
María Amalia falleció en un momento donde el equilibrio entre carlistas e isabelinos se hallaba todavía en un momento de extrema delicadeza. Su muerte, que le sobrevino a la edad de treinta y nueve años en 1857, pasó inadvertida en la corte madrileña. No tuvo hijos de su matrimonio, y su esposo pronto volvió a casarse con otra prima, esta vez con María Cristina de Borbón y Borbón, cuñada y prima de Isabel II.
Títulos y órdenes
Títulos
25 de febrero de 1818-26 de mayo de 1832: Su Alteza Real la princesa María Amalia de las Dos Sicilias.[4]
26 de mayo de 1832-6 de noviembre de 1857: Su Alteza Real la Serenísima Señora María Amalia de Borbón, infanta de España, princesa de las Dos Sicilias.[3][2]