Para representar variables numéricas utilizan todo tipo de recursos visuales, como superficies de distintos colores o tramas (coropletas), flechas para indicar el movimiento de un fenómeno (flujos —a veces tienen un grosor proporcional a su magnitud—), el trazado de líneas que unen puntos de igual valor (isolíneas), círculos no símbolos de tamaño proporcional al valor numérico, o incluso mapas deformados para que cada unidad geográfica se represente con un tamaño proporcional a su valor numéricos (cartogramas o mapas anamórficos).