En 1975, Manuel DeLanda llegó a la Ciudad de Nueva York para estudiar cine. Al tercer año de carrera, logró que sus películas fuesen exhibidas en la Bienal del Museo Whitney de Arte Estadounidense. Posteriormente, en 1979, uno de sus cortos fue elegido para el Festival de Cine de Nueva York. Sin embargo, decidió dejar la carrera por las exigencias de tiempo que esta conllevaba.
En 1980 se interesó por la informática. Decidido a reinventarse, adquirió una Cromemco de 64k, la cual debía ser previamente ensamblada para su uso, hecho que le llevó a interiorizarse en el conocimiento de las computadoras. Al no haber software disponible para la máquina, DeLanda comenzó a interesarse en la programación, iniciando en Basic para luego continuar en Pascal. Fue mediante tecnología computacional que comenzó a elaborar arte digital, volviéndose un experto:[4]
Para 1985 logró crear un programa de animación en tercera dimensión para la IBM que permitía hacer “cambios de cámara” y otros efectos. Por esa época comenzó a hacer dibujos con plotter, los cuales exhibió en 1986 en una galería del East Village y con ellos abandonó el arte, aunque durante quince años hizo secuencias de animación en computadora para anuncios.
Naief Yehya
Estas dos etapas de su vida, en adición a su interés por las matemáticas y la filosofía francesa (particularmente de Deleuze y Foucault), lo impulsaron finalmente a dedicarse a la filosofía. Más concretamente, fue en 1983 cuando dejó de hacer películas para "dedicarse a la programación informática, la escritura, la enseñanza y la filosofía".[5]
Su carrera como intelectual despuntaría en mayo de 1981, fecha en la que da su conferencia titulada Wittgenstein at the Movies (Wittgenstein en el cine) en Cinema Histories, Cinema Practices I, evento organizado por la Universidad del Sur de California,[6] conferencia que luego fue publicada en 1984;[7] y entre 1986 y 1989 escribió su libro War in the Age of Intelligent Machines (La guerra en la era de las máquinas inteligentes), texto en el que revisó la cada vez más importante presencia de la inteligencia artificial en el ambiente bélico, agenciamiento no-humano que termina - aunque sea limitadamente - desplazando al ser humano del centro del panorama armamentístico. Más tarde, en 1997, publica A Thousand Years of Nonlinear History (Mil años de historia no lineal), en donde elabora un profundo estudio del desenvolvimiento de procesos materiales en clave no teleológica, proponiendo una nueva filosofía de la historia que entienda a los entes individuales como resultados de una "síntesis histórica" concreta, siendo su centro de atención en este texto los ámbitos geológicos, biológicos y lingüísticos de la realidad. A partir de aquí, y contrariando al antropocentrismo y al idealismo reinante a finales del siglo XX (siendo su encarnación paradigmática la posmodernidad filosófica), la producción intelectual de Manuel DeLanda se verá profundamente marcada por la defensa del realismo y el materialismo.
Tras mudarse a Nueva York, DeLanda realizó varias películas experimentales entre 1975 y 1982, algunas como parte de un curso de licenciatura en la Escuela de Artes Visuales. Durante su estancia en ella, DeLanda estudió con la videoartista Joan Braderman, con quien contraería matrimonio en 1980 y colaboraría en varias obras (como Ismism [1979] y Raw Nerves [1980] de DeLanda, y Joan Does Dynasty [1986] de Braderman), antes de divorciarse en un momento indeterminado. Llegó a ser un ícono de la escena artística en Lower East Side.[4]
Influenciadas por el movimiento No Wave, las películas de Super 8 y 16 mm de DeLanda también sirvieron como aproximaciones metódicas y teóricas a dicho formato.[13] Las retiró de la circulación después de que se perdieran los negativos originales. Finalmente, en 2011, Anthology Film Archives las restauró y reeditó.
Mencionado por Nick Zedd en su Manifiesto del Cine de la Transgresión,[14] DeLanda se asoció con muchos de los cineastas experimentales de este movimiento con sede en Nueva York. En 2010, apareció en el documental retrospectivo Blank City de Céline Danhier.[15] Gran parte de su obra se inspiró en su incipiente interés por la filosofía continental, el psicoanálisis y la teoría crítica, siendo una de sus películas más conocidas Raw Nerves: A Lacanian Thriller (1980).[16]
Tras pasar de la síntesis no determinista de la teoría baudrillardiana y deleuziana al estudio de las técnicas de mando y control y a las preocupaciones materialistas de los sistemas complejos y la vida artificial (incluidos los autómatas celulares), que eclipsaría más adelante en "Policing the Spectrum" (1986) (refundido más tarde en War in the Age of Intelligent Machines (1991)), DeLanda abandonaría a mediados de los 80's sus intereses por "las ideas postfreudianas del inconsciente... así como cualquier interés por la teoría del cine".[13]
Pensamiento
Deleuze y el nuevo materialismo
DeLanda está fuertemente influenciado por el pensamiento de Gilles Deleuze y Félix Guattari. Es uno de los representantes del nuevo materialismo, reinterpretando y reelaborando la filosofía y los conceptos de Deleuze. DeLanda afirma que la ciencia puede estar al servicio de la filosofía siempre que esta sea materialista, pues la filosofía fenomenológica (en clave idealista) no lleva a nada más que a una especulación vacua de la realidad. Su nuevo materialismo aparece como una superación del materialismo dialéctico (decantándose por la autoorganización antes que por la dialéctica). La clarificación conceptual de Deleuze ha sido uno de sus intereses más acusados, particularmente en Intensive Science and Virtual Philosophy. Las pretensiones de DeLanda eran ofrecer un "Deleuze para científicos":[17]
Al final de Ciencia intensiva hay un apéndice que es una especie de piedra Roseta de las palabras de Deleuze: libro por libro voy explicando lo que significa cada término. Y al final de ese apéndice toda su terminología loca termina teniendo sentido. Desgraciadamente, en muchos de sus libros (no todos) experimenta demasiado con la terminología. ¿Y para qué? Quién sabe, porque se condenó a muerte, en este país [Estados Unidos] Antiedipo es su libro más popular, y es el peor, nadie lo entiende y nadie jamás lo ha leído en los departamentos de filosofía. Los filósofos lo ignoran totalmente. ¿Cuál era la idea de escribir así? Hasta la fecha no lo entiendo. Yo creo que fue el espíritu del 68. Seguro Guattari le pasó un ácido a Deleuze. Pero la convergencia de la topología, la física de la autoorganización y las matemáticas diferenciales que explora Deleuze, y que es sobre lo que yo escribo en mi libro, es ciencia real y es filosofía muy seria.
Manuel DeLanda
Para conocer la realidad, primero hay que estar conscientes de nuestra materialidad, haciéndola nuestra y comprendiéndola. La morfogénesis (del griego ‘morphê’, forma; y ‘génesis’, creación u origen) es, en su filosofía, la producción de estructuras estables surgidas de flujos materiales y representa un concepto fundamental para la comprensión de dicho materialismo.
Este nuevo tipo de materialismo se basa en los tres estados de la materia –que coexisten sin eliminarse mutuamente–, asegurando que el líquido es el más interesante, pues se reinventa, se auto-organiza, cambia y crea su propia forma. Esta idea también la aplica sobre la ética, la historia, el caos, la complejidad social y el arte.
Los tres tipos de razonamiento
Pronunciándose en contra del uso y sacralización de un solo método, el científico, DeLanda habla de tres tipos de razonamiento o estrategias explicativas que en filosofía deberían usarse conjuntamente para una comprensión más clara y profunda de un sistema o fenómeno, pudiéndose aprehender planamente un sistema y su funcionamiento al proporcionar una visión no linear de su desarrollo.
Pensamiento poblacional
Surgió con Darwin y Mendel y sus descubrimientos sobre selección natural y herencia genética. Este tipo de razonamiento se basa en el factor evolutivo de organismos o sistemas. La regla general que DeLanda utiliza para explicarlo es: “Cualquier población de replicadores variables emparentados con algún filtro conducen a la evolución”.[18] Hay cuatro elementos clave dentro de esta forma particular de pensamiento. A saber:
Población: Se refiere a una comunidad reproductiva, es decir, con suficientes miembros para que la procreación sea aún viable.
Replicadores: Son los genes, los memes, y las normas, patrones de comportamiento transmitidos por obligación.
Variables: Fluctuaciones, cambios que permiten la evolución. Según DeLanda, no es posible que un sistema evolucione sin heterogeneidad. Hablando de animales, cuando un grupo se deja de reproducir con especímenes diferentes, la evolución cesará.
Filtros: Cualquier tipo de presiones aplicadas a dichos grupos, como depredadores, parásitos y otros de origen artificial.
Esta parte del método es utilizado por Deleuze para hablar de los fenómenos, sistemas o cosas en sí, no de sus orígenes, de su funcionamiento, ni comportamiento.
Pensamiento intensivo
Proviene de la termodinámica, disciplina científica surgida en el siglo XVI que revolucionó la concepción de las máquinas, pues, a diferencia de los mecanismos de cuerda que hasta ese entonces habían existido, la moción y energía provenían de la máquina misma.
Este pensamiento parte del principio de que la energía es necesaria para el funcionamiento de todo. Esta, si es añadida a los factores propios del pensamiento poblacional, propiciará la morfogénesis, la creación de cuerpos biológicos y no biológicos en donde se dan intercambios de energía.
Para explicar lo anterior, DeLanda retoma la distinción de las magnitudes en la termodinámica: las extensivas y las intensivas. Las primeras son divisibles (volumen, área, longitud, etc.), mientras que las segundas no (presión, temperatura, velocidad, densidad, concentración, etc.). Lo que las magnitudes intensivas aportan a este estudio, es que, cuando en éstas se producen diferencias, como lo sería el cambio de temperatura, se generan cambios y flujos en los procesos, movimiento. De esta forma, las diferencias intensivas funcionan como combustible no sólo en dichos procesos, sino también en otros de mayor escala, como en la historia, el clima, la economía y la evolución.
Las propiedades o magnitudes intensivas también presentan umbrales o puntos críticos. El agua por ejemplo, presenta dos, al calentarse hasta los 100 °C y al enfriarse hasta los 0 °C: evaporación y solidificación. Son puntos en los cuales las variaciones en cantidad son también variaciones de cualidad, mismas que se pueden desembocar en eventos morfogénicos.[19] La dimensión intensiva del método es utilizada para explicar los orígenes de los entes.
Pensamiento topológico
El pensamiento topológico es utilizado para calcular espacios de posibilidad, o sea, todo fin posible de una cosa en términos de cambios. Todo lo material posee capacidades y tendencias. Las capacidades pueden ser reales, en tanto que verdaderamente suceden, o virtuales, que no han sucedido ni en el paso ni el presente, pero tienen el potencial de suceder. Esta estructura del espacio de posibilidades puede ser representada gráficamente, por medio de los avances en la medición de espacios tridimensionales logrados por Friedrich Gauss y Bernhard Riemann. Por medio de un aditamento teórico, lograron deshacerse del plano cartesiano como referencia para la medición de dichos espacios, al utilizar como variable la curvatura inmediata y sus cambios. A este cambio de curvatura, DeLanda le llama “velocidad de devenir”, ya que, si la variedad se utiliza como método de representación, mostrará cómo los sistemas que con ella se calculan cambian y devienen en algo más.
Los espacios fásicos juegan un importante papel en este modelo, ya que representan los espacios de estados posibles. Para lograr la representación primero se necesita identificar las variables relevantes que repercuten en el sistema. Un péndulo, en este caso, podría variar en velocidad y posición. Posteriormente se debe crear una variedad con tantas dimensiones como grados de libertad (variables) tenga el sistema para después, con puntos distribuidos en este espacio denominados series de estados (trayectorias formadas por “estados del sistema”, que representan puntos en el espacio de posibilidades), trazar el espacio de posibilidad completo; un espacio que dará posible respuesta al comportamiento de sistemas más complejos al acercarse estas trayectorias a los atractores ubicados en un punto de la variedad. Los atractores representan estados estables, de equilibrio o el casi equilibrio del sistema. Sin embargo, si a un sistema se le estudia desde su punto de equilibrio absoluto, no se desplegará su repertorio completo de capacidades virtuales.
Obras más destacables
War in the Age of Intelligent Machines (1991)
Primera publicación de Manuel DeLanda, en la cual estudia el entrelazamiento de la historia de la guerra y la tecnología a través de la utilización de armas y bombas inteligentes y su relación con la deshumanización de la guerra, la mistificación de tecnologías, la obsesión de la vigilancia y la conversión de los conflictos armados en entretenimiento.
De entre todas sus obras, es esta en la que resulta más evidente la influencia de la "French Theory", elaborada al calor de los insumos teóricos de intelectuales como Foucault, Deleuze y Braudrillard que tanto impactaron en la labor filosófica estadounidense en la segunda mitad del siglo XX.[20] No obstante, la obra también cuenta con una enorme documentación en términos de historia militar y teoría de la guerra, recurriendo a los textos de intelectuales como William H. McNeill, Paul Keegan, Trevor N. Dupuy y Martin van Creveld, entre muchos otros.
Una de las principales preocupaciones de DeLanda es la emergencia e introducción de la inteligencia artificial en el complejo industrial-militar, cuya finalidad sería la erradicación completa y total del ser humano como agente implicado directamente en asuntos bélicos. Ante la perspectiva de una transferencia ciega de poder humano-máquina y la potencial amenaza de una dominación destructiva por parte de las inteligencias artificiales, DeLanda aboga por la descentralización de los sistemas de control y el apoyo al desarrollo de interfaces generadoras de simbiosis entre humanos y entidades maquínicas.
A Thousand Years of Nonlinear History (1997)
DeLanda estructura el libro en tres capítulos, cada uno con una distinta narrativa histórica que abarca el periodo de mil años del siglo XI al XX:
Capítulo 1: Lavas y magmas
DeLanda habla de los procesos históricos como cambios de estado. Al hablar del pensamiento intensivo, se refiere a umbrales críticos como el origen del cambio. La historia, pensada bajo esta lógica, obedecería también a transformaciones, específicamente de estado.
Según DeLanda, ha habido dos modelos historiográficos: el basado en la física (específicamente en la termodinámica) y el basado en la teoría de la evolución. Sin embargo afirma que ambos se han visto limitados, pues el primero responde siempre en términos de equilibrio, y el segundo en términos del “mejor diseño”, dejando así sólo una posible vía para los eventos históricos. De este modo, la propuesta sería alejarse del equilibrio y de la búsqueda del mejor diseño para tener más posibilidades históricas, tomando en cuenta las fluctuaciones menores y propiedades emergentes como determinantes de cambios o bifurcaciones en los sistemas.
Capítulo 2: Genes y biomasa
En éste, DeLanda habla de las ciudades como ecosistemas simplificados. La narrativa se enfoca en los flujos de materia orgánica como gérmenes, plantas y animales. Se trata a las empresas coloniales como medios que “reorientan los flujos de alimentos hacia los territorios de las ciudades” y como “medios por el cual los genes de múltiples especies no humanas han invadido y conquistado ecosistemas extraños”.[21]
Capítulo 3: Memes y normas
Se habla del flujo de los materiales lingüísticos, del porqué algunas lenguas lograron predominar frente a otras por medio de la fluidez, a diferencia del estado pétreo de, por ejemplo, el latín culto, que se solidificó al estandarizarse.
Intensive Science and Virtual Philosophy (2002)
Obra en la que DeLanda defiende un acercamiento hacia la obra de Deleuze con un interés particular por la filosofía de la ciencia. En él, explora las posibilidades que la matemática contemporánea ofrece para entender el caos existente en todo orden ontológico, así como dedicar para revisar las nociones de espacio, tiempo y causalidad.
A New Philosophy of Society: Assemblage Theory and Social Complexity (2006)
Es un intento de DeLanda por desafiar el paradigma sociológico de realizar análisis fructíferos por medio de la reducción del estudio en pequeña y gran escala, o sea, desde las acciones particulares de los individuos hasta el comportamiento de las sociedades como un todo. Utiliza la teoría de ensamblajes de Deleuze para estudiar a las entidades sociales a todas las escalas. Más en particular, DeLanda introduce el concepto de ensamblaje para referirse a una entidad o sistema compuesto por múltiples componentes heterogéneos que se relacionan entre sí. Estos ensamblajes pueden variar en escala y complejidad, yendo desde ensamblajes biológicos y tecnológicos hasta ensamblajes sociales y culturales. Además, se enfatiza la agencia no solo como una propiedad de los seres humanos sino también como una propiedad emergente de los ensamblajes mismos. Los ensamblajes tienen una materialidad y una capacidad de actuar y afectar el mundo que los rodea. Cercano estaría el concepto de autopoiesis, que se refiere a la capacidad de los ensamblajes para mantener su organización y estructura a lo largo del tiempo.
Philosophical Chemistry. Genealogy of a Scientific Field (2015)
En esta obra, Manuel DeLanda plantea un historia filosófica de la química. El texto intenta ofrecer una nueva epistemología de la ciencia, siendo la química un ejemplo particular de cómo se puede ver enriquecido el estudio de las prácticas científicas si se entiende a los campos científicos como dominios de fenómenos, practicantes cualificados interrelacionados e instrumentos y técnicas de trabajo.
DeLanda centra su atención en la química "clásica", la química orgánica y la química física. El desarrollo histórico de estas subdisciplinas expresaría una multiplicidad, especialización e hibridación de las herramientas cognitivas que los criterios y demandas de la química exigen; partiendo de prácticas pioneras y llegando a prácticas de consenso.
Assemblage Theory (2016)
Como desarrollo del texto anterior, vemos en Assemblage Theory una revisión pormenorizada y una refundición de la teoría de ensamblajes de Deleuze y Guattari. DeLanda utiliza esta teoría para definir y explorar ensamblajes en varias disciplinas, incluyendo la historia humana, la evolución del lenguaje, la tecnología bélica y la práctica científica. Los conceptos importantes utilizados para definir la construcción de los ensamblajes, como exterioridad versus interioridad, codificación, emergencia, singularidades, entidades históricas y territorialización, están todos definidos y establecidos en diferentes contextos históricos. Los ensamblajes mismos forman ensamblajes más grandes, creando una teoría de sistemas complejos. Sin embargo, la discusión de conceptos virtuales y el "diagrama" de un ensamblaje en capítulos posteriores comienza a desentrañar una enriquecida teoría de los ensamblajes.
La misión del texto es defender que la teoría de los ensamblajes tiene, en gran medida, éxito a la hora de definir y explicar las interrelaciones dinámicas entre la historia, los componentes y el todo que surge de ellos. Cimentada en una filosofía materialista, la idea de los ensamblajes proporciona una forma atractiva de construir las propiedades emergentes de un conjunto o sistema y la historia e individualidad del ensamblaje es clave para sus propiedades.
Materialist Phenomenology. A Philosophy of Perception (2021)
En esta obra se pretende reconciliar al materialismo con la fenomenología. Es muy probable que este texto decepcione a quienes estén familiarizados con las anteriores contribuciones a la filosofía continental realizadas por el autor, en tanto que es el que se sitúa más cómodamente en la tradición de la filosofía analítica de la mente, junto a las obras de figuras tales como Daniel Dennett o Paul y Patricia Churchland, con quienes mantiene un intenso debate. Este hecho se acentúa más al notar la ausencia de muchos autores con los que cabría esperar que DeLanda se hubiera comprometido debido a su formación en filosofía continental, entre ellos Jean-Paul Sartre, Trần Đức Thảo, Michel Henry, Jacques Derrida y Maurice Merleau-Ponty.[22]
Su tesis central es que la percepción tiene contenidos preconceptuales que no están cargados de teoría, contraviniendo así la perspectiva de una "naturaleza teórica de la percepción" que ha dominado la filosofía de la ciencia, especialmente en sus esferas más cercanas a la historia y sociología de las ciencias. La defensa de la objetividad de la percepción es solidaria con la motivación final de la filosofía de la mente de DeLanda, que es dotar a la neurociencia moderna - en sus propias palabras - de "la metafísica que necesita", gesta que busca llevar a cabo mediante el desarrollo de una nueva teoría de la percepción, resultado de una estrecha relación entre la neurociencia contemporánea, la teoría de sistemas y la ciencia de la inteligencia artificial; todo esto desde las coordenadas de un materialismo no reductivo, en clara oposición a la prominencia contemporánea de las filosofías epifenomenalistas, pampsiquistas y eliminativistas de la mente.
Críticas a la propuesta delandiana
Algunas del críticas más frecuentes depositadas sobre la filosofía de DeLanda son aquellas relacionadas con los argumentos que este ofrece para defender la realidad de las multiplicidades virtuales.[23] Expresadas de forma elemental, podemos reconocer cuatro grandes momentos de las críticas dadas al trabajo de DeLanda:
La propuesta delandiana es acusada de asumir, sin justificación, que las multiplicidades virtuales son reales.
El concepto de atractor, utilizado e interpretado por DeLanda como la evidencia más sólida de que las multiplicidades son reales, se encuentra presente en teorías rivales, cuyo tratamiento del mismo pone en tela de juicio si su interpretación es la más adecuada.
La teoría de la multiplicidad de DeLanda no está completamente libre de las acusaciones de platonismo matemático.
Aunque DeLanda enfatiza la historicidad en su estudio ontológico de los entes, se le acusa de ignorar algunas consecuencias de la segunda ley de la termodinámica, que define la historicidad de todo el universo físico.
Hasok Chang, si bien reconoce el meritorio trabajo realizado por DeLanda en el ámbito de la filosofía de la química, hecha en falta un mayor dominio del "material histórico" de la química.[24] La falta de colaboración con historiadores de la química experimentados le hace caer en errores con respecto a la interpretación de ciertos momentos clave de la historia de la química. Entre ellas, pueden destacarse:
La idea de que los químicos trataban los gases como "incorpóreos".
La noción repetida de que la afinidad química simple se basaba en la similitud.
La idea de que los químicos del siglo XVIII podían pesar fácilmente sus materiales en el vacío.
La designación de números "puros" en oposición a números "absolutos".
El tratamiento confuso de las teorías radical y tipo.
La sugerencia de que los químicos físicos de inicios del siglo XX consideraban de forma generalizada que las sustancias debían estar compuestas de formas de energía así como de sustancias materiales.
La periodización histórica de las subdisciplinas químicas es demasiado forzada y conveniente.
DeLanda considera a los libros de texto de enseñanza de la química como expresiones de la práctica del consenso, lo cual tendría mucho sentido, pero solo si los libros de texto se seleccionan juiciosamente. Lamentablemente, y como señala Chang, DeLanda en ningún momento ofrece una explicación sobre qué criterio uso para escoger los libros de texto particulares para analizar, hecho que quita poder de convencimiento a sus conclusiones. No obstante, la crítica de Chang no es demoledora. Antes bien, es constructiva:[25]
Una buena historia filosófica de la química podría y debería escribirse sobre el tipo de esquema que DeLanda ha proyectado aquí. Su libro no tiene éxito en la tarea real, pero espero que alguien sea capaz de desarrollarlo de manera constructiva. Tal como está, creo que el libro será más útil en manos de un lector que ya conoce bastante bien la historia de la química, que será capaz de reconocer y dejar de lado los errores históricos, al tiempo que aprecia las ideas filosóficas de DeLanda, como su respuesta intermedia al problema de la subdeterminación y su opinión de que tanto el positivismo como el constructivismo terminan con un tipo de convencionalismo improductivo. Un lector así también podrá ver qué nueva luz iluminadora se arroja sobre los hechos bien conocidos de la historia a través de la discusión original de DeLanda sobre ellos, como la forma en que el concepto de afinidad divergió en la química orgánica y la fisicoquímica (p. 67), y cómo la fisicoquímica convirtió el proceso de las reacciones en un objeto clave de la investigación química (p. 97).
A pesar de ser un autor de origen mexicano, su obra apenas cuenta con presencia en el ámbito hispano. Sólo recientemente su obra a comenzado a ser traducida al español, encontrándose disponibles:
Afortunadamente, en la actualidad se ha visto un mayor interés por la obra de Manuel DeLanda en territorio hispano, particularmente en México,[26][27] Argentina[28] y Chile;[29] lo cual auspicia la llegada de más traducciones de sus textos al español en los siguientes años.
Artículos, entrevistas y capítulos en libros colectivos
De Landa, M. (1996). Markets and Antimarkets in the World Economy. In S. Aronowitz, B. Martinsons, M. Menser, & J. Rich (Eds.), Technoscience and Cyberculture (pp. 181-194). London and New York: Routledge.
DeLanda, M. (2005). Vienna Out Of Equilibrium. Wien Aus Dem Gleichgewicht. In P. Noever (Ed.), Lebbeus Woods. System Wien (pp. 23-31). Hatje Cantz Publishers.
DeLanda, M. (2006). Deleuzian Social Ontology and Assemblage Theory. In M. Fuglsang, & M. Sørensen (Eds.), Deleuze and the Social (pp. 250-266). Edinburgh University Press.
DeLanda, M. (2008). The Virtual Breeding of Sound. In P. D. Miller (Ed.), Sound unbound: sampling digital music and culture (pp. 219-226). Cambridge and London: The MIT Press.
DeLanda, M. (2009). Ecology and Realist Ontology. In B. Herzogenrath (Ed.), Deleuze|Guattari & Ecology (pp. 23-41). Hampshire & New York: Palgrave Macmillan.
DeLanda, M. (2010). Cities and Nations. In J. Hillier, & P. Healey (Eds.), The Ashgate Research Companion to Planning Theory. Conceptual Challenges for Spatial Planning (pp. 251-272). United Kingdom: Ashgate.
DeLanda, M. (2015). Nonlinear Causality and Far From Equilibrium Dynamics. In A. Yaneva, & A. Zaera-Polo (Eds.), What Is Cosmopolitical Design? Design, Nature and the Built Environment (pp. 33-38). Farnham & Burlington: ASHGATE.
DeLanda, M., Harman, G., Erdman, D., & Kolatan, F. (2021). Manuel DeLanda and Graham Harman (PS12). In D. Erdman (Ed.), Pratt Sessions. Vol. 2 (pp. 46-C24). Applied Research & Design.