En 1627, en el reino contaba con un centenar de conversos aproximadamente. El catolicismo también se extendió a Rudok, Ladaj («Pequeño Tíbet» de la India) y Ü-Tsang (Tíbet central) y fue bien recibido por el gobernante del reino de Ü-Tsang, donde Andrade y sus compañeros establecieron un puesto jesuita en Shigatse en 1626.[5] Nuño Coresma, jesuita español, dirigió en 1635 la segunda expedición de seis misioneros enviados a Tsaparang (capital del reino de Guge).[6]
El catolicismo fue utilizado por algunos monarcas tibetanos y sus cortes y los lamas de la escuela karmapa para contrarrestar la influencia de la escuela gelug en el siglo XVII hasta que en 1745 todos los misioneros fueron expulsados ante la insistencia de los lamas.[12] El Tíbet estaba cerrado a los extranjeros, aunque esta región quedó bajo la autoridad de la misión sui iuris del Indostán en 1792, no llegaron más misioneros hasta 1844.[13]
Siglo XIX
En 1844, Évariste Régis Huc, lazaristafrancés, preparó su viaje al Tíbet por sugerencia del vicario apostólico de Mongolia (Joseph-Martial Mouly). En septiembre de 1844 llegó a Dolon Nor (Mongolia Interior) e hizo los preparativos para su viaje. Poco después, acompañado de su joven compañero lazarista, Joseph Gabet. En enero de 1845 llegaron a Tang-kiul, una villa ubicada en la frontera entre Kokonor y el Tíbet nororiental. En lugar de emprender un viaje independiente de cuatro meses a Lhasa, esperaron ocho meses a que una embajada tibetana regresara de Pekín. Mientras tanto, bajo la dirección de un maestro inteligente, estudiaron la lengua tibetana y la literatura budista. Durante los tres meses de su estancia residieron en el monasterio de Kumbum, que se decía que tenía capacidad para 4000 personas.[14]
En Mosimién (conocida en tibetano como Boxab), Chagsam, una villa ubicada en Garzê, una de las tres regiones tibetanas de Sichuan, donde se encuentra la iglesia de Santa Ana de Mosimién construida por las Misiones Extranjeras de París, una comunidad misionera formada por frailes y monjas de diversas nacionalidades que trabajaban en una leprosería conocida como hogar de San José.[25] En 1930, Pascual Nadal Oltra, franciscano y artista nacido en Pego (España), se unió a la misión de Mosimién trabajando como cantero y escultor. La idea de fundar la leprosería de Mosimién correspondía al obispo de Tatsienlu (Pierre-Philippe Giraudeau), el anciano prelado pretendía «evangelizar a los leprosos, partiendo de su cuidado corporal». El ejecutor de aquel proyecto fue su obispo-coadjutor (Pierre Valentin). La misión poseía en el lugar un viejo caserón junto a una heredad, al ser insuficiente para el proyecto de la leprosería adquirieron algunas parcelas más y la cercaron con un muro de obra. La fundación se puso bajo la dirección espiritual de los franciscanos, su primer Guardán fue el padre Plácido Albiero, un fraile italiano. La comunidad fundacional está formada (en enero de 1930) por el padre Guardián, fray Plácido Albiero (57 años), el canadiense padre Bernabé Lafond, el italiano fray José Andreatta, enfermero diplomado (33 años) y el español fray Pascual Nadal y Oltra (44 años).[26]
La leprosería de la misión de Mosimién se organizaría en torno de una capilla-oratorio, sobre la que se construyó una pequeña iglesia de tres naves (iglesia de Santa Ana de Mosimién), a la epístola estaba el convento de las hermanas y al evangelio se pensaba levantar el de los hermanos, pero finalmente éste se construyó en una pequeña granja que adquirieron extramuros. Se hizo también una farmacia, la enfermería y dormitorios para los primeros leprosos que llegaron. La instalación de los primeros leprosos no fue fácil, dada su ignorancia y la situación de marginación en la que vivían, por la aversión social que su enfermedad provocaba. Con todo (en 1935) contaban ya con un centenar de enfermos asilados.[27]
En mayo de 1935, una columna del ejército comunista de Mao Tse Tung (Mao Zedong) huía del ejército regular de Chiang Kai-shek hacia el noroeste de China pasaba por la zona de Mosimién. Según relata el franciscano valenciano José Miguel Barrachina Lapiedra, autor del libro Fray Pascual Nadal y Oltra: Apóstol de los leprosos, mártir de China, y el Malaya Catholic Leader, periódico oficial de la archidiócesis de Singapur: «Los soldados comunistas entraron en la residencia, la saquearon, detuvieron a los religiosos y muchos de los leprosos trataron de defenderlos, pero dispararon contra los propios enfermos. A continuación, los franciscanos fueron llevados ante Mao Tse Tung, quien les interrogó, dejó prisioneros a dos de ellos, fray Pascual y el fraile italiano Epifanio Pegoraro, y liberó al resto. Había más de 30 000 rojos en la banda, incluido una gran cantidad de mujeres. Antes de su partida, los rojos desvalijaron el pueblo, llevándose todo lo mueble y comestible, dejando a la gente del distrito sin medios de subsistencia. Días después, el 4 de diciembre de 1935 un oficial se dirigió a la aldea de Leang Ho Kow (Tsanlha, Ngawa), donde estaban apresados los dos franciscanos, y les decapitó con una espada. Varios vecinos fueron testigos desde sus casas de la ejecución y uno de ellos enterró los cuerpos.»[28][29][30]
En la carta que dirige al poeta Raymond Cortat, fechada el 17 de enero de 1937, Marie-Rosine Sahler, miembro de las Franciscanas Misioneras de María, relata detalladamente su viaje, su llegada a China y su vida en la leprosería, un testimonio sobre la dificultad política: «En 1935, la leprosería fue atacada salvajemente por bandas comunistas y la comunidad tuvo que huir a las montañas y permanecer allí durante ocho días. A su regreso, encontró la leprosería desvalijada y todos los suministros saqueados. Sin embargo, la comunidad logró recuperar y acoger de nuevo a los enfermos, que en 1937 eran 148 personas.»[31]
Situación actual
Después de la toma de poder por parte de los comunistas en China en 1949, la Iglesia católica en China se ha visto obligada a realizar su culto en los templos aprobados por la autoridad que pertenecen a la Asociación Patriótica Católica China, que no acepta la primacía del romano pontífice.[32] Algunos misioneros fueron detenidos y enviados a «centros de reforma del pensamiento» en los que se sometieron a un inquietante proceso de reeducación en un ambiente carcelario vengativo.[33]
Tras la anexión del Tíbet por la República Popular China (1951), en 1952, el régimen comunista puso fin a la presencia misionera. La diócesis de Kangding se había quedado sin obispo desde la expulsión del padre Pierre Valentin por la tropa comunista en 1952.[34] Según un informe de la Agencia católica internacional de noticias, en 1989, se encontró a un grupo de católicos viviendo en Lhasa, la capital del Tíbet. Un colaborador de la Iglesia en Chongqing dijo a la agencia que en la diócesis de Kangding había aproximadamente 10 000 fieles tibetanos. Afirmó además que, en aquel momento, nadie sabía exactamente la situación de la Iglesia católica en ese país.[35]
El 3 de septiembre de 2011 se produjo un ataque contra una religiosa y un sacerdote en Mosimién (Garzê). La hermana Xie Yuming y el padre Huang Yusong fueron atacados por una docena de asaltantes desconocidos, después de intentar recuperar dos antiguas propiedades perteneciente a la diócesis de Kangding. La monja fue brutalmente golpeada mientras que el sacerdote sufrió heridas leves. Las propiedades, una antigua escuela de latín y una escuela de niños, se encuentran entre varias propiedades que fueron confiscadas por las autoridades en la década de 1950, pero que debían devolverse a la diócesis. En ese momento, la escuela de latín fue demolida por el gobierno y el terreno ocupado por una empresa privada; la escuela de niños se usaba como vivienda para los funcionarios del gobierno regional de Mosimién. El ataque a las personas eclesiásticas provocó la ira entre muchos feligreses que se reunieron para protestar frente a su iglesia y prometieron defender sus derechos.[38]
Según Baptiste Langlois-Meurinne, un miembro de los Raiders Scouts, en 2014, mientras ayudaba al desarrollo de las poblaciones católicas tibetanas de los valles de Saluén y Mekong, conoció a un sacerdote vaticano, —es decir, no adscrito a la iglesia oficial de la autoridad china— que organizó un campamento clandestino para los niños de los Bareng donde les enseñó tibetano, inglés y catecismo.[39]
En las décadas de 1980 y 1990 se produjeron cambios jurisdiccionales realizados por la Asociación Patriótica Católica China y la Conferencia Episcopal de la Iglesia católica en China. El 24 de marzo de 1984, el territorio de la diócesis de Kangding quedó bajo la jurisdicción del obispo de Ningyuan. El 7 de marzo de 1993, la diócesis de Jiading asumió la autoridad sobre Kangding.[40]
•28 de julio de 1868: Renombrado como vicariato apostólico del Thibet (Tíbet)
•3 de diciembre de 1924: Renombrado como vicariato apostólico de Tatsienlou (Kangding, Tíbet sichuanés)
•15 de diciembre de 1929: Perdió territorio para establecer la misión sui iuris de Sikkim
•11 de abril de 1946: Elevado a la diócesis de Kangting
Misión del Tíbet (Tíbet – China occidental – India septentrional)
Galería
A excepción de la iglesia católica de Lhasa, todos los templos pertenecen a la diócesis de Kangding (antiguo vicariato apostólico de Lhasa/Tíbet/Tatsienlu).
↑«Chronologie historique détaillée du Tibet». tibet-info.net(en francés). 27 de abril de 2008. Consultado el 30 de agosto de 2023. «Février 1952 : Expulsion par la troupe communiste chinoise du Père Valentin du Tibet oriental désormais sous contrôle de la Chine. Fin de 106 ans d’efforts de christianisation du Tibet.»
↑«Nun, priest beaten by mob». ucanews.com(en inglés). 6 de septiembre de 2011. Consultado el 31 de agosto de 2023.
↑Langlois-Meurinne, Baptiste (octubre de 2014). «Un chevriot sur le toit du monde». mairie-chevrieres.fr(en francés). p. 5. Consultado el 20 de septiembre de 2023.
Barrachina Lapiedra, José M. (1990). Fray Pascual Nadal y Oltra: Apóstol de los leprosos, mártir de China. Valencia: Unión Misional Franciscana. ISBN84-404-8209-4.
Bonet, André (2006). Les chrétiens oubliés du Tibet(en francés). París: Presses de la Renaissance. ISBN2856168914.
Deshayes, Laurent; Lenoir, Frédéric (2002). L'épopée des Tibétains : entre mythe et réalité(en francés). París: Éditions Fayard. ISBN9782213610283.
Didier, Hugues (2002). Les Portugais au Tibet : les premières relations jésuites (1624–1635)(en francés). París: Éditions Chandeigne. ISBN9782906462311.
Dubernard, Étienne-Jules (1990). Tibet « Mission Impossible » : Lettres du Père Étienne-Jules Dubernard(en francés). París: Le Sarment-Fayard. ISBN2866790588.
Goré, Francis (1992). Trente ans aux portes du Thibet interdit(en francés). París: Éditions Kimé. ISBN2-908212-25-0.
Grasdorff, Gilles van (2008). À la découverte de l'Asie avec les Missions étrangères(en francés). París: Éditions Omnibus. ISBN978-2-258-07693-8.
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Wu, Kunming (1992). 早期传教士进藏活动史 [Historia de las actividades de los primeros misioneros en el Tíbet] (en chino simplificado). Pekín: China Tibetology Publishing House. ISBN7-80057-072-X.