El Área natural protegida Punta Bermeja es una reserva ubicada sobre la costa atlántica de la provincia de Río Negro a unos 45 km de la ciudad de Viedma, departamento Adolfo Alsina, en la Patagoniaargentina. Desde el punto de vista fitogeográfico, la porción terrestre corresponde a la ecorregión de monte de llanuras y mesetas.
Características generales
La reserva se extiende sobre una superficie de unas 1900 ha. de las que 600 ha. son terrestres, aproximadamente en la posición 41°10′S 63°05′O / -41.167, -63.083.[1]
Fue creada inicialmente en el año 1971, mediante la ley provincial 898 y sus límites actuales se establecieron mediante el Decreto 1862 del año 2005. El objetivo de creación fue la preservación de especies y diversidad genética, específicamente lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens), que en gran número se encuentran en el lugar.[2]
El plan de manejo de esta reserva propone crear dentro de ella una zona intangible, destinada a usos científicos, una zona de uso restringido, equivalente a un paisaje protegido y una tercera zona de usos múltiples, donde podrían tener lugar diferentes actividades humanas de modo regulado.[3]
La reserva está caracterizada por una línea de costa formada por acantilados de hasta los 70 m de altura, cuyas paredes presentan acumulaciones fósiles prácticamente expuestas. En la base de los acantilados las playas de arena son de ancho variable y en algunos sectores aparecen plataformas o superficies planas pétreas, en algunos casos con depresiones que forman pequeñas piletas que quedan sumergidas en la pleamar.[4]
Flora
La cobertura vegetal incluye especies adaptadas a las condiciones de salinidad de los suelos, aridez y fuerte exposición al viento. Desde el borde de los acantilados hacia el interior, existe una formación de dunas donde se encuentran ejemplares de olivillos (Hyalis argentea) y unquillos (Sporobolus rigens) que hacia el interior ceden el espacio a jarillas (Larrea divaricata) y piquillines (Condalia microphylla).[5]
Fauna
La reserva fue creada con el objetivo específico de proteger una importante colonia de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens), posiblemente una de las más destacadas del litoral atlántico argentino por el número de individuos y su permanencia. Los lobos marinos de un pelo, aunque en grado menor que otras especies del mismo género, fueron perseguidos durante siglos a causa del valor comercial de su piel.[5]
En la parte superior de los acantilados se obsevan estratos de cenizas volcánicas y suelos fósiles o paleosuelos donde se han producido hallazgos importantes de fósiles de grandes mamíferos, cuya datación los ubica en la edad mamífero montehermosense. Se han encontrado una serie de huellas de perezosos terrestres, asignados al superordenXenarthra y varias series de huellas de aves de distintas tallas datadas en una antigüedad de entre 7 y 4 millones de años.[3]