Fue también uno de los peloteros de mayor popularidad entre los aficionados. Entre sus logros está el de haber ganado diez series mundiales con los Bombarderos del Bronx, por lo que es el que más títulos posee de toda la historia de la competición.[2]
Inicios
Es de ascendencia italiana. A los 18 años entró a la armada de los Estados Unidos por lo que participó en la Segunda Guerra Mundial y combatió en el Desembarco de Normandía.[3] Firmó con los Yankees en 1942, pero su debut fue en 1946 cuando compartió la posición detrás del plato con Gus Niarhos y jugó además en el outfielder. A partir de 1949 se convirtió en el catcher titular.
Carrera con los Yankees
Berra se caracterizó por ser un catcher hablador dentro del campo, pues conversaba asiduamente con los bateadores. Además, tenía un trato franco con los pitchers de acuerdo a su temperamento. Al bate Yogi era difícil de ponchar (en 1950, solo lo sacaron 12 veces en 597 turnos) y un experto en dar hit a lanzamientos malos.
Fue su amigo, Bobby Hofman, quien le puso el sobrenombre al decir que se parecía a un hombre santo hindú (yogui) que habían visto en una película, porque Berra se sentaba siempre con las piernas y los brazos cruzados después de perder un juego.[4]
Mánager y entrenador
En 1964 se convirtió en mánager de los Yankees. Logró obtener el banderín de la liga, pero perdió la serie mundial frente a los Cardenales de San Luis en siete juegos. El año siguiente pasó a los Mets de New York como jugador y entrenador.
En 1972 se convirtió en mánager de los Mets. Con ellos logró, la temporada siguiente, el banderín de la división; a pesar de que en el último mes estaban en último lugar. Tuvo otro regreso a los Yankees como mánager a finales de 1976, otro en 1984 y parte de 1985. Desde 1986 a 1992, fue entrenador de los Houston Astros.
Citas famosas
Se hizo conocido también por su peculiar forma de expresar la realidad del béisbol y por la filosofía con que resumía una serie de situaciones de la vida cotidiana. En este sentido creó frases que parecen jocosas, muy repetidas y aplaudidas por los aficionados, como aquello de:
Esto no se acaba hasta que se acaba.
Y como esta, un gran número de malapropismos y de contradicciones paradójicas que entrañan toda una filosofía de vida.
Él mismo comentó en el libro Bartlett's Famous Quotations: "Cuando me siento a cenar con la familia, simplemente salen cosas. Y mis hijos me dicen 'Papá, acabas de decir otra' Y yo ni siquiera sé qué carambas dije..." Pero la realidad es que su nombre aparece casi tantas veces en los libros citando sus frases como lo hace en los libros de récords del béisbol.[5]