Nacida en el seno de la familia real británica, Victoria pasó sus primeros años en Inglaterra y vivió durante tres años en Malta, donde su padre sirvió en la Royal Navy. En 1889, la familia se trasladó a Coburgo, donde el padre de Victoria se convirtió en el duque reinante en 1893. En su adolescencia, Victoria se enamoró de su primo hermano materno, el gran duque Cirilo Vladímirovich de Rusia, pero la Iglesia ortodoxa rusa prohíbe el matrimonio entre primos hermanos. Cediendo a la presión familiar, Victoria se casó con su primo hermano paterno, el gran duque Ernesto Luis de Hesse y el Rin en 1894, siguiendo los deseos de su abuela, la reina Victoria. El matrimonio fue un fracaso y Victoria escandalizó a las familias reales europeas al divorciarse en 1901. La única hija de la pareja, la princesa Isabel de Hesse y el Rin, murió de fiebre tifoidea en 1903.
Victoria se casó con el gran duque Cirilo Vladímirovich en 1905, sin la aprobación formal del rey Eduardo VII, como habría requerido la Ley de Matrimonios Reales de 1772, y desafiando al emperador Nicolás II. En represalia, el zar despojó a Cirilo de sus cargos y honores, e inicialmente también desterró a la pareja de Rusia. Tuvieron dos hijas y se establecieron en París antes de que se les permitiera visitar Rusia en 1909. En 1910 se trasladaron a Rusia, donde Nicolás reconoció a Victoria Melita como la gran duquesa Victoria Fíodorovna. Después de la caída de la monarquía rusa en 1917, escaparon al Gran Ducado de Finlandia, entonces parte de la República rusa, donde dio a luz a su único hijo en agosto de 1917. En el exilio vivieron durante algunos años entre sus parientes en Alemania, y desde finales de la década de 1920 en una finca comprada en Saint-Briac-sur-Mer, en la Bretaña francesa. En 1924, Cirilo se autoproclamó emperador de Rusia en el exilio y Victoria apoyó las afirmaciones de su marido. Victoria murió después de sufrir un derrame cerebral mientras visitaba a su hija, la gran duquesa María Kirílovna, en Amorbach.
Fue bautizada en San Antonio el 1 de enero de 1877 y recibió su segundo nombre en honor a Malta.
Cuando su padre terminó su servicio, su familia regresó a Inglaterra y empezó a residir en Clarence House y en Eastwell Park. Esta última era una inmensa country house con un bosque en Kent y era la favorita de sus hermanos y ella.
La relación de sus padres fue infeliz, el duque, a pesar de su conocido deber a la Marina, era un hombre mujeriego y bebedor y la duquesa, distante y altiva.
Cuando era niña, Victoria era un personaje difícil. Su hermana mayor, María, la describió más tarde como sensible, reservada y tímida. Su madre crio a los niños estrictamente y no toleraba tal comportamiento. Trató a la pequeña Victoria con dureza y probó todo tipo de métodos para ayudarla a superar su timidez.
En 1886, poco después de cumplir nueve años, su familia salió de Inglaterra y volvió a Malta, en donde su padre había sido nombrado comandante de la escuadra del Mediterráneo. Los tres años siguientes los vivió en el palacio de San Antonio.
En 1891, cuando su tía la gran duquesa Alejandra Georgievna falleció, acompañó a su madre al funeral en Rusia. Ahí conoció a su primo hermano, el gran duque Cirilo Vladímirovich, de quien se enamoró. Sin embargo, su madre se opuso a cualquier posible compromiso ya que la Iglesia Ortodoxa rusa prohibía el matrimonio entre primos hermanos y porque no consideraba moralmente buenos candidatos a los grandes duques rusos.
En el otoño de 1891, coincidió con su primo hermano Ernesto Luis de Hesse en una visita a su abuela la reina Victoria en el castillo de Balmoral. La reina era partidaria de un matrimonio entre sus nietos, a pesar de que Victoria Melita aún estaba interesada en el gran duque Cirilo.
Matrimonios y descendencia
En 1894, tras ceder a la presión de su familia, contrajo matrimonio con Ernesto Luis, gran duque de Hesse-Darmstadt, en el castillo de Ehrenburg. Al matrimonio asistió la mayoría de las casas reales europeas[1] y en él se anunció el compromiso de la hermana de Ernesto Luis, Alix (futura Alejandra Fiódorovna), con el zar Nicolás II. La pareja tuvo dos hijos: uno, en 1895, llamada Isabel, que murió súbitamente en 1903 de fiebre tifoidea y otro nacido muerto en 1901.
Su matrimonio con el gran duque estaba deteriorado, para cuando en 1897 lo encontró en la cama con uno de los sirvientes. La fuerte oposición de la reina Victoria no hizo posible el divorcio hasta la muerte de la soberana en 1901, cuando la Suprema Corte de Hesse disolvió la unión causando un gran escándalo en las cortes europeas.
Tras su divorcio, Victoria se fue a vivir con su madre a Coburgo mientras mantenía la custodia semestral de su hija. En 1903, Isabel murió de fiebre tifoidea a los ocho años durante una visita al zar Nicolás II en Polonia.
Victoria retomó su relación con el gran duque Cirilo; sin embargo, la familia imperial rusa le pidió a él no casarse con Victoria por su condición de divorciada y hasta su hermana le recomendó que la mantuviera como su amante. Su relación se mantuvo así hasta que Cirilo quedó gravemente herido por una explosión durante la guerra ruso-japonesa, lo que le hizo reconsiderar el matrimonio. La pareja se casó en 1905 en Tegernsee en una ceremonia sencilla. El zar le retiró a Cirilo sus subsidios económicos y lo expulsó de la Armada Imperial.
La nueva gran duquesa rusa se instaló en París con su esposo y ambos mantuvieron su estilo de vida con los ingresos de sus padres. En 1907 Victoria abjuró del Anglicanismo y se convirtió a la Iglesia Ortodoxa rusa. Ese mismo año la pareja tuvo a su primer hijo, María Kirilovna, y al año siguiente a Kira Kirilovna.
En 1910 el zar le permitió regresar a Cirilo ya que su cercana posición al trono imperial hacía necesaria su presencia en Rusia. Al instalarse en Rusia, Victoria empezó a ser conocida como Victoria Fiódorovna y, aunque se hizo popular entre la nobleza, mantuvo una relación distante con la familia del zar.
Primera Guerra Mundial y Revolución
En 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Victoria se enroló como enfermera en la Cruz Roja y estuvo en el frente en Varsovia. En 1917, su esposo fue nombrado comandante de la Guardia Naval y, a pesar de que, aparentemente, las tropas eran leales al zar, en privado ambos empezaron a reunirse con otros miembros de la familia imperial para discutir sobre el futuro de la monarquía.
A principios de 1917, la revolución ya se había extendido por todo San Petersburgo y ella estaba embarazada por tercera vez. Tras los sucesos de febrero de ese año, el zar abdicó al trono y Cirilo juró lealtad a la Duma con la esperanza de poder conservar la monarquía. Esta lealtad al nuevo gobierno y la posición reformista de Victoria fueron vistos como una traición. Cuando su palacio se vio rodeado por una turba ella le escribió a su hermana: con el corazón y el alma estamos con este movimiento de libertad que probablemente firme nuestra propia sentencia de muerte... Personalmente lo hemos perdido todo, nuestras vidas cambiaron de golpe y, sin embargo, casi estamos liderando el movimiento.
A finales de 1917, tras renunciar a sus cargos militares, su esposo y su familia, llevándose las joyas de su propiedad cosidas en su ropa, huyeron a Finlandia, que a pesar de pertenecer al Imperio ruso tenía un gobierno autónomo. En la ciudad finlandesa de Porvoo Victoria dio a luz a su tercer hijo, Vladimiro Kirílovich, que se convertiría en heredero de la dinastía. A mediados de 1918, la situación de su familia era desesperada y ella le escribía a su prima hermana Margarita, princesa heredera de Suecia, rogándole que enviara comida para su último hijo.
Abrogó a su primo Jorge V de Inglaterra por ayuda al Ejército blanco y en una carta del ministro inglés en Helsinki este le decía (ella) se ve vieja y acabada y ha perdido gran parte de su belleza, lo que no es sorprendente considerando todo lo que ha tenido que pasar.
Últimos años
En el otoño de 1919, la familia dejó Finlandia y se transportó a Alemania, donde, tras la muerte de la madre de Victoria, adquirieron una villa en Niza y un castillo en Coburgo. En Alemania, su esposo y ella mostraron sus simpatías al naciente partido Nazi y llegaron a asistir a un mitin en Coburgo en 1922.
En 1924, su esposo se autoproclamó guardián del Trono en Saint-Briac-sur-Mer y ese año hicieron un viaje a Estados Unidos con el interés de recaudar fondos para la causa monárquica. A mediados de la década de los 20, el gobierno alemán restableció relaciones con Moscú por lo que la presencia de Cirilo y ella se volvió inconveniente. Ante las presiones al gobierno bávaro por expulsar a la familia del demandante ruso, Cirilo y Victoria establecieron su residencia permanente en Saint-Briac en 1926.
En 1933, Victoria se enteró de una infidelidad de su esposo por unas cartas de su hermana María de Rumania. En 1936, tras asistir al bautizo de uno de sus nietos, sufrió un derrame cerebral. Victoria Melita murió el 1 de marzo de 1936, poco después de la llegada de su hermana desde Rumania.