En la mitología griega Tiro (en griego Τυρώ, Tyrṓ) era una hija de Salmoneo, de piel blanca como la leche, que por abolengo pertenecía a los Eólidas. Sófocles escribió dos tragedias a día de hoy perdidas con el nombre de Tiro.
Salmoneo, después de partir de Eólide fundó una ciudad en Élide llamada Salmonia. Allí se casó con Alcídice, la hija de Áleo, y engendró una hija llamada Tiro, que se distinguía por su belleza. Tras la muerte de Alcídice, tomó una segunda esposa llamada Sidero, que trataba a Tiro con dureza, como una madrastra.[1] Sísifo y Salmoneo, hijos de Eolo, se profesaron mutua enemistad. Sísifo preguntó a Apolo cómo podría matar a su hermano. Recibió como respuesta que si procreaba hijos a partir de la violación de Tiro, ellos serían los vengadores. Habiendo cumplido Sísifo esto, nacieron dos hijos, a los que su madre Tiro asesinó, una vez oído el oráculo.[2]
El padre de Tiro, Salmoneo, resultó ser un rey impío. Obligaba a sus súbditos a venerarlo como si Salmoneo fuera el propio Zeus. El propio rey del Olimpo, indignado, destruyó a Salmoneo, su familia y su ciudad. Pero, como es fama, quedó a salvo una hija suya amada por los dioses, Tiro de hermosos bucles, porque continua riña y disputa tuvo con Salmoneo y no admitía que con los dioses un mortal se comparase. Por eso la salvó Zeus y la condujo a casa del irreprochable Creteo, otro hermano de Salmoneo. Creteo recibió a la huérfana Tiro con gran afecto y la crio en su palacio. Una vez que Tiro alcanzó la doncellez[3] se desposó con Creteo y Tiro, ya como reina de Yolco, alumbró a Esón, a Feres y a Amitaón.[4]
No obstante, poco tiempo antes, Tiro frecuentaba, día tras día,[4] las corrientes del río Enipeo, tenido como el más hermoso de los ríos de Tesalia, y se lamentaba de su desdicha. Tiro estaba enamorada del Enipeo.[5] Poseidón, que estaba enamorado de Tiro, aprovechó la coyuntura.[3] Tomando la forma del río se acercó a la muchacha y se unió a ella en las fuentes del propio río. Para ello sumió a Tiro en un sueño y la tomó, al amparo de una enorme ola espumosa que ocultaba su bribonada. Después, despertándola suavemente y tomándola de la mano, Poseidón reveló a Tiro quién era en realidad: «Queda alegre, ¡oh, mujer!, de este amor. En el curso del año parirás unos hijos hermosos, que nunca son infecundos los lechos de un dios: a ti toca su cuidado y crianza. Vuelve en tanto a tu hogar, pero guarda en secreto mi nombre para ti, que yo soy Poseidón el que bate la tierra». Después Poseidón se sumergió en el mar y Tiro emprendió el regreso a casa. Y con el tiempo alumbró a los gemelos Pelias y Neleo, que fueron poderosos ministros de Zeus; y más tarde Tiro alumbraría a Esón, Feres y Amitaón.[4] Algunas fuentes dice que Pelias era, no obstante, hijo de Creteo y Tiro pero sea como fuere Pelias sucedió a Creteo en el trono de Yolco.[6]
Según unas versiones, la boda de Tiro con Creteo es posterior a que diera a luz a Pelias y Neleo, pero según otras Tiro ya estaba casada con Creteo cuando se le unió Poseidón. Es por eso que Tiro dio a luz en secreto a los gemelos y los abandonó. Cuando Pelias y Neleo fueron adultos, reconocieron a su madre y dieron muerte a Sidero, madrastra de Tiro. Pues, al saber que Sidero había maltratado a su madre, la atacaron, ella se refugió apresuradamente en el santuario de Hera y sin embargo Pelias la degolló junto al mismo altar, y en lo sucesivo continuó afrentando a la diosa.[5]
Tiro, o más bien su sombra, fue la primera de las célebres mujeres a las que se encuentra Odiseo en su descenso al Hades.[7] Se dice que la ciudad de Falana deriva su nombre de Falana, una hija de Tiro, aunque no se sabe si esta Tiro es el mismo personaje.[8]
En cuanto a las tragedias de Sófocles, a partir de testimonios de otros autores, que las citan directa e indirectamente, se ha intentado hipotetizar el argumento y el papel que jugada Tiro como heroína trágica. Aunque no hay un consenso acerca del argumento en general se conviene que en la Tiro I hacía alusión a la liberación de Tiro de parte de Pelias y Neleo, al castigar a Sidero. En la Tiro II propablemente se narrase el episodio del enfrentamiento entre Salmoneo y Sísifo y los dos hijos que tuvo Tiro del último. La segunda tragedia tomaría lugar en Élide, delante del palacio de Salmoneo. Unos pastores revelarían quiénes eran en realidad Pelias y Neleo, que habían sido abandonados por Tiro yace tiempo. En este momento Tiro sería acosada y maltratada por Sidero y la muchacha se lamentaría de su sufrimiento. Un testigo habría narrado un acontecimiento de mal agüero: durante un banquete en el palacio unas serpientes se habían deslizado encima de las mesas. Tiro, que había salido a un pozo a buscar agua, reconoce a dos muchachos que se lamentaban de su existencia, pero llevaban con ellos algunos objetos que solo Tiro podría reconocer. Tras un emotivo encuentro en el que madre y los hijos se reconocen, llega el culmen y la decisión de vengar a su madre. Salmoneo estaba vivo y apoyaba a su mujer Sidero, en contra de Tiro. Finalmente Poseidón aparece en el palacio, consigue reconciliar al padre con la hija y propone que se case Tiro con Creteo.[9]
Fuentes
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos