A los 16 años, comenzó a integrarse al grupo de trovadores. Fue candidato en los espacios de la Nueva Canción. En sus comienzos integró un dúo junto al cantautor cubano Donato Poveda.
Se casó a los 18 años y sostuvo un matrimonio de ocho meses con Bárbara (a la que dedicó la canción «Para Bárbara»). Tiene un hijo llamado Adriano Feliú con Mónica (a la que también dedicó una canción) en 1996.
Trayectoria artística
Apodado por algunos como «El Eléctrico», Feliú dio un giro revolucionario al género de la trova por medio de canciones en las que se elabora una guitarra más detallada que la que se usa normalmente como mero acompañamiento; una mezcla más homogénea, por así decirlo, entre la melodía y el esquema del texto ya que este predomina más aún en la trova dado que las «canciones urgentes» de antaño requerían precisamente ser publicadas a ojos y expensas del mundo; eran precisamente demandantemente necesarias.
Feliú cuenta de la nostalgia que se crea al dejar Cuba, de su personal punto de vista, el abandonar el país por profesión le ha brindado numerosas oportunidades para conocer culturas diversas, cosa que considera esencial; este pensamiento y su conducta desenfadada le conceden otro apodo o frase que hace referencia a él, inclusive plasmada en un libro que describe a Feliú como un «hippie» en el comunismo. Él mismo dice «Cuando fui a las islas Canarias supe de personas que no conocían España; se me hace absurdo y a la vez poético».
Feliú evadió el servicio militar en Cuba, aunque comprobó su vocación por las armas al visitar e informarse de las guerrillas en Latinoamérica como el M-19 o el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), al que dedica un tributo en uno de sus discos, grabado con Vicente Feliú. Feliú dice que él seguirá apostando a la utopía pues dice que el EZLN «Es la única guerrilla digna que existe».
Santiago Feliú admite ser un adicto al «bajo cero» (la depresión), a toda esa cosa que se arma de la melancolía o el desamor, el meterle lo gris a sus melodías. Sin embargo su lírica no se ausenta de los temas siempre presentes como la vida o el amor, sin embargo, él tiende más a mostrar su ideología de izquierda en temas de política como La ilusión, Rocanrolito de Fulanito y Menganito o En este barrio. Su otra tendencia del bajo cero la encierra, como él dice, en su más reciente obra discográfica: Sin Julieta.
En sus canciones se encuentran enfoques dirigidos tanto al sentido de la vida, al existir humano, a la historia y sus cuestiones como la revolución, la evolución, la guerra o el tiempo mismo.