Es comúnmente confundida con el chan (Hyptis suaveolens), ambas pertenecen a la misma familia pero no a la misma tribu y su composición nutricional es diferente.
Descripción
Es una planta herbácea anual de hasta 1 m de altura y presenta hojas opuestas de 4-8 cm de largo por 3-5 cm de ancho. Las flores son hermafroditas, entre purpúreas y blancas, y brotan en ramilletes terminales. La planta florece entre julio y agosto en el hemisferio norte; al cabo del verano, las flores dan lugar a un fruto en forma de aquenio indehiscente cuya semilla es rica en mucílago, fécula y aceite; tiene unos 2 mm de largo por 1,5 mm de ancho, 1 mm de alto y es ovalada y lustrosa, de color pardo-grisáceo a rojizo.
Cultivo
Prefiere suelos ligeros a medios, bien drenados, no demasiado húmedos; como la mayoría de las salvias, es tolerante a la acidez y a la sequía, pero no soporta las heladas. Requiere abundante sol, y no fructifica en la sombra.[cita requerida]
La semilla contiene alrededor de 40% de carbohidratos; de estos, 30% es fibra insoluble, 3% es fibra soluble y el resto son almidones esenciales.
En comparación con otros alimentos tiene dos veces más proteínas que cualquier semilla, cinco veces más calcio que la leche entera, dos veces la cantidad de potasio en los plátanos, tres veces más antioxidantes que los arándanos, tres veces más hierro que las espinacas y siete veces más omega 3 que el salmón.[2]
Composición del aceite
Las grasas y aceites vegetales están constituidos, entre otros componentes menos abundantes, por ácidos grasos (AG): saturados, monosaturados, poliinsaturados, etc., generalmente esterificados al glicerol. La composición en AG de los aceites vegetales es una característica importante desde un punto de vista nutricional e industrial. De acuerdo con su composición, el aceite de la semilla de chía tiene un predominio de AG insaturados (alrededor del 75 % del total), siendo los más abundantes los ácidos oleico (18:1, 6.9 %) linoleico (18:2, 18.8 %) y linolénico (18:3, 58.7 %), este último de la serie omega-3.
Aún más, diversos estudios han mostrado que la semilla de chía contiene, adicionalmente, compuestos con potente actividad antioxidante, como ácido cafeico, miricetina, quercetina y kaemperol.
Uso
No necesitan molienda para ser consumidas, pudiéndose añadir a batidos, espolvorearlos sobre ensaladas, sopas, cereales, avena, o yogur, y mezclarlos en prácticamente cualquier receta de cocción.[3]
Las semillas remojadas en agua liberan el mucílago, produciendo un líquido gelatinoso prácticamente insípido; en México se saboriza con jugos vegetales o esencias y se consume como bebida refrescante. Las semillas también pueden secarse y molerse para preparar una harina fina y de sabor intenso, llamada pinole, que se consume principalmente como dulce.
Los brotes tiernos se consumen como verdura cruda o cocida y pueden ser usados en ensaladas.[4]
Beneficios
En los últimos años se han realizado numerosos estudios comprobando los diversos beneficios del consumo de chía.[5]
Su concentración de fibra soluble hace que absorba una gran cantidad de agua, retrasando la absorción durante la digestión y aumentando la sensación de saciedad, lo que contribuye a una menor ingesta de alimentos, con estudios positivos realizados por la Universidad Autónoma de Yucatán en México[6] o estudios realizados en la facultad de medicina de la Universidad de Ankara, Turquía.[7]
También se han estudiado y concluido beneficios para mantener los niveles de tensión arterial y azúcar en sangre, reduciendo los factores de riesgo cardiovasculares en pacientes hipertensos o con diabetes tipo 2.[8]
No contiene gluten, por lo que es apta para celíacos. No se conocen componentes tóxicos en ella.[9][10]
Contraindicaciones y efectos secundarios
No hay evidencia hasta la fecha de que el consumo de las semillas tenga efectos adversos o interacciones con fármacos. Baja la presión.[11]
Inicialmente esta semilla era recolectada de plantas silvestres (no cultivada), hasta que los tlaxcaltecas y otomíes, traídos a la región por los españoles conquistadores, la domesticaron, iniciándose con esto el cultivo de esta importante semilla. Las contribuciones eran de hasta 1500 toneladas anuales; se empleaba como alimento, como ofrenda a los dioses, y como oleaginosa para producir un aceite como base para pinturas corporales y decorativas. [cita requerida]
Se ofrendaban brotes de chía a Chicomecóatl, la diosa del maíz, durante la fiesta de la veintena de hueytozoztli; durante la veintena ritual de hueytecuílhulhuitl, se preparaba pinole de semillas de chía tostadas hasta llenar una embarcación, que se hacía flotar entre los asistentes, que tomaban de ella una porción hasta vaciarla. A su vez, los purépecha de Michoacán empleaban el pinole para fabricar unos pequeños tamales que usaban como ofrenda en el altar de sus muertos. [cita requerida]
Desplazada por los cereales aportados por los españoles, el cultivo de chía desapareció durante las colonias; sobrevivió sólo en áreas montañosas aisladas de México, Guatemala y El Salvador. El mayor centro productor de México está en Acatic, Jalisco,[13] de donde se exportan cantidades crecientes a Japón, Estados Unidos y Europa.[14]
Un proyecto comercial desarrollado conjuntamente por varios países comenzó en la década de 1990 a replantar experimentalmente la chía en el noroeste de Argentina, para proporcionar a los agricultores cultivos alternativos, con resultados excelentes.[15]
Los rendimientos del proyecto alcanzaron los 1602 kg/ha, con contenidos de aceite de hasta el 38,6 %. Se han suscrito contratos para la producción comercial de chía en las provincias de Catamarca, Salta y Tucumán, y se exporta el producto sobre todo a los Estados Unidos. La viabilidad en los estudios piloto se estimaba entre el 78 % y el 87 %, con tasas de pureza de entre el 84 % y el 97.5 %.[16][17] En el año 2014 una de las principales regiones productoras de chía o salvia hispánica es la provincia argentina de Tucumán.[18]
A partir de 2011 Bolivia ha iniciado un programa de producción de chía con resultados altamente satisfactorios, lográndose una calidad que ya comienza a distinguirse en el mercado mundial comercializándose con el 99,5 % de pureza, aunque Acatic y municipios aledaños en los Altos de Jalisco siguen siendo los principales productores y exportadores de semilla a nivel mundial, con porcentajes de pureza de hasta el 99.99.
↑«Salvia hispánica». p. Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de plagas. Archivado desde el original el 1 de junio de 2018. Consultado el 19 de mayo de 2018.
↑Maira Rubi Segura-Campos, Norma Ciau-Solís, Gabriel Rosado-Rubio, Luis Chel-Guerrero, and David Betancur-Ancona
Facultad de Ingeniería Química, Universidad Autónoma de Yucatán, Periférico Nte. Km. 33.5, Tablaje Catastral 13615, Col. Chuburná de Hidalgo Inn, 97203 Mérida, YUC, Mexico (2014). «Chemical and Functional Properties of Chia Seed».
↑Cahill, Joseph (2003). «Ethnobotany of Chia, Salvia hispanica L.(Lamiaceae)». Economic Botany57 (4). pp. 604-618.
↑G. Orozco-de Rosas. Evaluación de herbicidas para el control de malezas en chía (Salvia hispanica, L) en condiciones de temporal, en Acatic, Jal. Tesis Profesional, Universidad de Guadalajara, Facultad de Agronomía, 1993.
↑Ayerza, Ricardo (h); Coates, Wayne (1996). «New industrial crops: Northwestern Argentina Regional Project». Progress in new crops (ed. J. Janick). Alexandria: ASHS Press. p. 45-51 [1].