El salto con pértiga (también llamado salto con garrocha) es una prueba del actual atletismo que tiene por objetivo superar una barra transversal situada a gran altura con ayuda de una pértiga (garrocha) flexible. Esta pértiga tiene normalmente de 4 a 5 metros de longitud y suele ser de fibra de vidrio y carbono.
Ejecución
El saltador toma la pértiga unos centímetros antes del final de la misma, efectúa una carrera progresiva hacia el foso, clava la punta de la pértiga en un cajetín metálico situado en el suelo, con una profundidad de 20 cm, y salta adelante y llega doblando la pértiga; se coloca en una buena posición para recibir el impulso de la misma y extiende el cuerpo hacia arriba ayudándose del impulso de los brazos. Cruza el listón ventralmente con los pies por delante y luego cae en la colchoneta. El atleta puede hacer alejar hasta 80 cm el saltómetro de la perpendicular sobre el fin del cajetín para adecuar la profundidad del listón.
Esta prueba, que requiere una buena velocidad de carrera, músculos fuertes en la espalda y una gran habilidad gimnástica, figura en el programa de atletismo en los Juegos Olímpicos desde su primera edición de Atenas 1896, en lo que respecta a la categoría masculina. La categoría femenina no debutó hasta la edición de Sídney 2000.
Es la antepenúltima de las diez pruebas de atletismo en la categoría de decatlón hombres y tercera en mujeres, y también la penúltima de las siete pruebas del heptatlón hombres (pista cubierta).
Motivos de intento nulo
El listón no se queda sobre los soportes por acción del atleta en el salto.
El atleta o la pértiga tocan el suelo o la zona de caída más allá del plano vertical de la línea superior del tope del cajetín, sin franquear el listón.
Después del despegue coloca la mano inferior por encima de la superior o desplaza esta hacia lo alto de la garrocha (acción de trepar por la pértiga).
Sujeta, estabiliza o recoloca con la mano el listón durante el salto.
En 1994 el ucraniano Serguéi Bubka, considerado el mejor saltador de pértiga de la historia hasta ese entonces, se convirtió en el primer atleta que superó los 6 metros de altura. Posteriormente, dejó el récord del mundo en 6,14 m al aire libre (outdoor) y 6,15 m en pista cubierta (indoor). Fue superado en 2014 por Renaud Lavillenie que alcanzó 6,16 m (indoor). En 2020, el atleta sueco Armand Duplantis superó ambos récords, llegando a 6,18 (indoor) en febrero, y logró el récord mundial el 25 de febrero de 2023 en Clermont-Ferrand, donde superó su propia marca al lograr un salto de 6,22 m.[1]
El actual récord mundial lo ostenta el sueco Armand Duplantis con 6,26 m, marca lograda el 25 de agosto de 2024 en Chorzów, Polonia.[2]