Rocaille es una palabra francesa utilizada extensamente en castellano como término artístico, y que puede designar a una forma de decoración de interiores o a un elemento de decoración exterior en jardinería. El DRAE recoge este uso como uno de los de la palabra castellana "rocalla" (además de otras dos definiciones: como abalorio grueso o como conjunto de piedras pequeñas desprendidas de rocas mayores).[1]
Como forma de decoración de interiores (en marcos, torneado de maderas o estucos, etc.) es una decoración asimétrica, inspirada en el arte chino, que imita los contornos irregulares de las piedras; y que junto a la coquille (que imita contornos de conchas) define el término rococó o estilo Luis XV, propio de la primera mitad del siglo XVIII (especialmente de las décadas centrales del siglo).[2]
Por su lado, la rocalla es un elemento de decoración exterior en jardinería, inspirado en el anterior y aplicado a la ornamentación de fuentes, grutas decorativas (véase grutesco) y elementos similares con formas retorcidas a imitación de plantas, coquillages y rocas naturales o artificiales de formas caprichosas.
El neoclasicismo de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX reaccionó contra los excesos decorativos de la rocaille, prefiriendo la pureza de líneas y los elementos estructurales nítidos. El modernismo de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX volvió a utilizar de modo profuso la decoración a base de elementos vegetales retorcidos o marcando amplias líneas curvas.