Las Provincias Unidas de los Países Bajos, oficialmente República de los Siete Países Bajos Unidos (en neerlandés: Republiek der Zeven Verenigde Nederlanden) [1] fue un Estado formado por las siete provincias del norte de los Países Bajos (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda), agrupadas desde la Unión de Utrecht (1579) hasta la ocupación francesa (1795).
Con la firma de la Paz de Westfalia en 1648, la República de las Provincias Unidas fue reconocida como Estado independiente y conservó parte de los territorios que había conquistado durante la guerra de los Ochenta Años.[2]
Durante el Siglo de Oro neerlandés, este país fue gobernado por la burguesía, mientras que en el resto de Europa los gobiernos estaban dirigidos por la figuras eclesiásticas y monarcas absolutistas.[3] Además, la ciudad de Ámsterdam llegó a ser el centro de comercio más importante de Europa en el siglo XVIII.[4]
La riqueza de su clase mercantil sirvió de apoyo a numerosos artistas, como Jan Havicksz Steen, Johannes Vermeer, Frans Hals y Rembrandt. La ciencia también fue impulsada: Christiaan Huygens descubrió los anillos de Saturno e inventó el reloj de péndulo y el filósofo francés René Descartes encontró libertad de pensamiento en los Países Bajos.[5]
Historia
Mapa de los Países Bajos españoles, la Unión de Utrecht y la Unión de Arrás.
El origen de las Provincias Unidas radicó en los problemas políticos y religiosos bajo la dominación de los Habsburgo. Las disensiones entre católicos y calvinistas dieron lugar al establecimiento y enfrentamiento en 1579 de la Unión de Arrás y la Unión de Utrecht, siendo esta última la que dio origen a las Provincias Unidas.[6]
Con el Acta de Abjuración de 1581, los representantes de la Unión depusieron a Felipe II de España y nombraron a Francisco de Anjou (muerto en 1584). Johan van Oldenbarnevelt fue una pieza clave en la creación de la República, en 1588.
La cohesión de las provincias fue posible gracias a la hegemonía de la burguesía y el liderazgo de la provincia de Holanda. Además, con el Tratado de Greenwich las Provincias Unidas obtuvieron ayuda militar de Inglaterra, que junto a Francia reconocería a la república en 1596. En virtud de la Tregua de los Doce Años (1609-1621) con Felipe III, el monarca español reconoció de manera implícita la existencia de las Provincias Unidas, y en 1648 su independencia al término de la guerra de los Ochenta Años con el Tratado de Münster.[6]
La alianza con Francia durante la guerra de los Treinta Años logró para las provincias el estatus de Estado independiente en el Tratado de Westfalia (1648).[7] En esta época su poder creció hasta convertirse en una de las potencias marinas y económicas del siglo XVII, considerada «época dorada» en los Países Bajos, cuando establecieron colonias y puestos mercantiles alrededor del mundo.
Sin embargo, durante las guerras anglo-neerlandesas por la supremacía naval y tras la guerra franco-neerlandesa, se consumó el declive de su poder. En 1795, después de la invasión francesa, las Provincias Unidas fueron sustituidas por la República Bátava.[6]
Economía
Durante el Siglo de Oro neerlandés, que comprendió el final del siglo XVI y todo el siglo XVII, la República neerlandesa dominó el comercio mundial, conquistó un vasto imperio colonial en todos los continentes y operó la más grande flota mercantil de la época. [cita requerida]El Condado de Holanda se convirtió en la región más rica y urbanizada en el mundo.[cita requerida]
Cultura
Religión
Véase también
Referencias
Bibliografía