Acompañó a su padre a Túnez durante la Octava Cruzada, en 1270, pero la expedición concluyó francasando por una epidemia de disentería que diezmó al ejército de los cruzados. Su padre y su hermano Juan-Tristán también sucumbieron a la enfermedad. Uno de los primeros actos del sucesor, Felipe el Hermoso, fue encargarle la regencia en caso de que él muriese.[3]
En 1272, a su regreso a Francia, se casó con Juana de Chatillón (c. 1254-1291), que le trajo las tierras de Blois, Chartres y Guis.[4] Con ella tuvo 2 hijos, muertos a corta edad: Luis de Alençon (1276-1277) y Felipe de Alençon (1278-1279).
En 1282, después de las Vísperas sicilianas, fue al reino de Nápoles para ayudar a su tío paterno Carlos de Anjou, pero murió en Salerno el 6 de abril de 1283.[5] Su cuerpo fue devuelto al convento de los Cordeliers en París, donde fue enterrado, y su corazón llevado a la iglesia dominicana.[6] Después de su muerte, sin hijos sobrevivientes, el condado de Alençon regresó a la Corona, mientras que la herencia de su esposa se disgregó.[7][8]
Runciman, Steve (2000). The Sicilian Vespers: A History of the Mediterranean World in the Later Thirteenth-Century [Las vísperas sicilianas: una historia del mundo mediterráneo a finales del siglo XIII] (en inglés). Editorial de la Universidad de Cambridge.
Strayer, Joseph R. (1980). The Reign of Philip the Fair [El reinado de Felipe el Hermoso] (en inglés). Editorial de la Universidad de Princeton.