Maria Paola Buonaparte (en corso) fue la décima hija (aún le seguirán Carolina y Jerónimo) del matrimonio formado por Carlo Buonaparte (f. 1785) y María Leticia Ramolino, ambos nacidos en Córcega y nobles. Cuando tiene trece años, se traslada con la familia a Marsella y, posteriormente, a París.
El 14 de junio de 1797 contrae matrimonio con el general Charles-Victoire-Emmanuel Leclerc, en Milán.[1] El 20 de abril del año siguiente, nace su único hijo, Dermide Louis Napoleón Leclerc, fallecido prematuramente en 1804.
Paulina Bonaparte se embarca el 14 de diciembre y se instala en la colonia junto con Leclerc y el pequeño Dermide en febrero de 1802.[2][3]
No obstante, cuando Leclerc da la orden de trasladar a su mujer y a su hijo en un buque a un sitio más seguro, Paulina, sorda a las súplicas de las damas del lugar, que sabían a qué terribles enemigos podían enfrentarse, les dice:
Vosotras podéis llorar, vosotras; porque no sois hermanas de Bonaparte. Pero yo no me embarco más que con mi marido, o moriré.[4]
Termina esta etapa con la muerte de su esposo el 2 de noviembre de 1802, víctima también del vómito negro, tras la cual Paulina Bonaparte regresa a Francia.[5]
Su esposo encarga al escultor más célebre de entonces, Antonio Canova, la realización de una obra para la que ella misma posará como modelo. La escultura, en la que aparece representada desnuda y que se conserva en la actualidad en la Galería Borghese (por lo que también es conocida como Venus Borghese), sacude los principios morales de la sociedad romana de la época.
En agosto de 1804 fallece su hijo Dermide a los seis años de edad, tras lo cual regresa a París. Posteriormente, se la vincula con el pintor Nicolas de Forbin (1779-1841), y luego con el compositor italiano Felice Blangini (1781-1841) y el actor y director teatral François Joseph Talma.
Probable retrato de Paulina Borghese
También de estos años data un magnífico retrato al óleo, de tamaño natural, del pintor francés Louis Benjamin Marie Devouges (1770-1842), realizado casi con total seguridad en el antiguo suburbio de Neuilly-sur-Seine, en el área metropolitana de París.
La protagonista de la obra aparece sentada en el interior de un lujoso cuarto de baño de la época, cubierta apenas con un provocativo vestido tan sumamente transparente que prácticamente deja todo el cuerpo al aire, en el momento de ponerse las medias. Al fondo, se observa un oscuro paisaje montañoso, lo que amplía el espacio figurativo del cuadro, prestándole mayor profundidad. Los bellos tonos rosáceos de las carnaciones contrastan con los grises, rojizos y verdes del resto del cuadro, lo que acentúa la sensualidad del conjunto.
En cuanto a la probable identidad de la modelo, podría tratarse efectivamente de Paulina Bonaparte, con la que la mujer representada guarda un notable parecido físico, más aún, teniendo en cuenta que, según la crítica especializada, la obra fue encarga a Devouges (1770-1842) por su hermano el rey José I, quien tras su exilio a Estados Unidos en 1813 la conservaría en su mansión de Bordentown (Nueva Jersey), siendo adquirida tras su muerte en 1844 por el banquero y destacado coleccionista de arte estadounidense Nicholas Longworth (1783-1863).
Pero parece que la puritana sociedad estadounidense de la época no estaba preparada para contemplar una pintura de tales características, por lo que Longworth tuvo que quitarla de la vista de sus conciudadanos.
Años después, pasa a ser propiedad de un tal Edward N. Roth, quien la tiene expuesta un tiempo en el Hotel St. Nicholas de Cincinnati (Ohio), siendo comprada a su viuda por John Ringling, por un importe de algo más de 20 000 dólares, cuya colección privada dará lugar al conocido Museo Ringling de Sarasota (Florida), donde ingresa en 1936.[6]
Tras la caída de Napoleón
Cuando Napoleón es forzado a abdicar y exiliarse en la isla de Elba (1814), Paulina decide acompañarlo, empeñando para ello sus propiedades. Una vez que este decide volver a Francia para recuperar el poder, Paulina le ofrece de nuevo todo su apoyo e incluso le regala su valiosa colección de joyas con el fin de ayudarle a costear la campaña militar subsiguiente.
Tras la derrota de su hermano en la batalla de Waterloo y su definitivo destierro en Santa Elena, Paulina regresa a Roma, desde donde trata de buscar el respaldo de diversos gobernantes extranjeros para que mejoren las condiciones de vida de su hermano en la isla. Cuando este fallece en mayo de 1821, Paulina, a la que se le ha prohibido expresamente visitarlo, se derrumba.
Desde principios de 1825, su salud se deteriora a causa de un cáncer uterino. Poco antes de morir, se reconcilia con su marido, el príncipe Camillo. Fallece en Florencia el 9 de junio, a los 44 años de edad. Contra su deseo de ser enterrada junto a su hijo y su primer marido en el castillo de Montgobert —en la región de Picardía—, fue sepultada en la Capilla Borghesiana de la Basílica Papal de Santa María la Mayor en Roma.
Hoefer, Ferdinand [director] (1863). Nouvelle biographie générale depuis les temps les plus reculés jusqu'à nos jours37. París: Firmin-Didot Frères. pp. 138-139.