Las Manías (en griego antiguo Μανίαι, en latín Maniae) son ciertas divinidades misteriosas de la mitología griega, cuyo teónimo significa «las Furiosas o las Dementes». Se dice que fueron las nodrizas de Eros, pero este dato es una analogía poética en cuanto a que el amor conlleva a la demencia.[1] El sustantivo griego μανία (manía) significa «locura y extravío» pero también «inspiración y entusiasmo» aunque los poetas, cuando se refieren a la personificación divina, siempre aluden a ella con una connotación negativa.
Pausanias nos habla de su santuario:
«Yendo de Megalópolis a Mesene, después de avanzar unos siete estadios, hay a la izquierda del camino un santuario de diosas. A las diosas las llaman Manías y también a la región de alrededor del santuario. En mi opinión es un sobrenombre de las diosas Euménides, y dicen que allí Orestes se volvió loco por el asesinato de su madre».[2]
Los poetas tardíos también podían utilizar el término en singular:
«Y entonces la Tritónide (Atenea) disipó de su mente y de sus ojos la feroz Locura (Μανία, Manía), que respiraba muerte; ésta marchó con rapidez a las terribles corrientes de la Éstige, donde habitan las impetuosas Erinies, que sobre los mortales soberbios hacen caer de continuo funestas desgracias».[3]
El sustantivo equivalente en latín era insania, esto es, «demencia, locura, furor, desear con frenesí»:
«Sin dilación, la violenta Tisífone toma una antorcha empapada en sangre, se reviste de un manto encamado que gotea sangre, se ciñe con una retorcida culebra y abandona la casa. La acompañan en su camino el Luto (Luctus), el Pavor (Pavor), el Terror (Terror) y la Demencia (Insania), de tembloroso rostro. Se habían detenido en el umbral».[4]
Notas
Bibliografía
Véase también
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