Dolores Gaos González-Pola, conocida como Lola Gaos (Valencia, 2 de diciembre de 1921 - Madrid, 4 de julio de 1993) fue una actriz y activista española. Considerada una de las grandes actrices secundarias del cine español, fue especialmente conocida por sus trabajos en el papel de Chus en Mi querida señorita (1972), de Jaime de Armiñán, y Martina en Furtivos (1975), de José Luis Borau, unas películas clave de la transición del franquismo a la democracia. Fue una mujer activista antifranquista, independiente, reivindicativa y feminista. No militó en ningún partido político, aunque colaboró con varios partidos de izquierdas. En 1976 fue una de las promotoras de la Asociación Democrática de Mujeres.
Biografía
Entorno familiar
Nació en Valencia, en el seno de una familia culta, de clase media, de izquierdas y republicana, formando parte de una saga de artistas e intelectuales.[1] Su padre, José Gaos y Berea, natural de La Coruña, y su madre, Josefa González-Pola y Menéndez, asturiana de Gijón, tuvieron catorce hijos, de los que sobrevivieron nueve.[2]
Su padre, notario de profesión y jurista especialmente conocedor del Derecho Hipotecario, era un hombre culto, librepensador y de izquierdas, que transmitió a sus hijos su pasión por la cultura, la música y la libertad, además del compromiso de los valores republicanos.[2] José Gaos y Berea fue un referente en Valencia durante la Segunda República y la residencia familiar se convirtió en un lugar de peregrinaje para intelectuales nacionales e internacionales, señala Ricardo Bellveser con motivo del 99 aniversario del poeta Vicente Gaos González-Pola:[3]
El propio Max Aub dedicó monografías a José y a Ángel, y los cita Luis Cernuda y Juan Gil-Albert con cariño y admiración. Acabada la guerra, Alejandro fue condenado a muerte [sic], y en su defensa, los que intercedieron para evitar la ejecución, señalaron que se le atribuían actuaciones que no eran suyas, sino de alguno de sus muchos hermanos o algunos de sus muchos amigos, hasta el punto de que el tribunal tuvo que aceptar que aquella casa era el vórtice de un volcán de ideas, libros y actividades de las que no se podía responsabilizar únicamente a uno de sus miembros.
Su hermano mayor, José Gaos, catedrático de Lógica, ocupó la cátedra de Ortega y Gasset, de quien fue uno de sus discípulos más notables, antes de exiliarse a México al término de la Guerra Civil, donde creó toda una escuela de pensamiento en las universidades de ese país. Otro hermano, Vicente, fue un conocido poeta y profesor, al igual que su hermano Alejandro, catedrático de instituto de Lengua y Literatura y poeta, que murió relativamente joven.[3] Ángel e Ignacio fueron escritores además de actor y escritor, el primero, y traductor, el segundo.[2] Su padre murió en 1939 en un campo de concentración francés al final de la Guerra Civil y la familia decide exiliarse a México.[2]
Trayectoria como actriz
Su destino inicial era estudiar medicina, pero la Guerra Civil truncó sus expectativas cuando tuvo que exiliarse con su familia a México al finalizar la guerra civil española en 1939, y redirigió su carrera a la interpretación. Allí empezó a trabajar en el teatro.
El tipo de personajes que interpretó fue deudor de su peculiar físico: enjuta con un tono de voz ronco, es habitual encontrarla en papeles desgarrados dando vida a personajes oscuros, dramáticos o raros,[1] de aldeana, bruja o criada,[4] siendo considerada una de las grandes actrices secundarias del cine español.[5]
En 1983 Francisco Umbral, en el diario El País, hizo pública una carta escrita por Lola Gaos explicando sus dificultades económicas y sus penurias.[10]
"He estado hospitalizada cerca de dos meses, con una enfermedad que me ha dejado incapacitada de trabajar, aun en el no muy probable caso de que tuviera trabajo. De mi marido, del que estoy separada, cobro 40 000 pesetas mensuales, de las que hemos de vivir mi hija Inés y yo. Inés, licenciada en periodismo, se halla en paro. La pensión que te he dicho corre el riesgo de quedarse en 10 000 pesetas. Se trata llanamente de trabajar para comer".
Lola Gaos. Carta a Francisco Umbral
Rodó su última película en 1988, Gran Sol, dirigida por Ferran Llagostera, una historia de marineros. Una operación de laringe le había dejado casi sin voz y enferma. Falleció en Madrid, ciudad en la que vivía desde el año 1943, de un cáncer intestinal el 4 de julio de 1993, a los 71 años, tras varios años condenada al ostracismo y con penurias económicas.[2][8] Fue enterrada en el Cementerio de La Almudena de Madrid.
Vida personal
Se casó en 1945 con el abogado Gonzalo Castelló Gómez-Trevijano (quien aportó al matrimonio una hija, Luz), con el que tuvo una hija, Inés (fallecida en 2003). Se divorciaron en 1982 con algún revuelo en la prensa del corazón de la época.
Sin embargo, en el aspecto de la protección de los animales, a finales de diciembre de 1975 protagonizó una gran polémica con el estreno de la película Furtivos, dirigida por José Luis Borau. Este le pidió que la escena donde se mataba a un lobo, para más realismo, se hiciera realmente con un perro, a lo que ella accedió. Desde el Patronato Central de Protección de Animales y Plantas se presentó una denuncia por el incumplimiento de la normativa de protección animal y le ocasionó fuertes críticas en la prensa.[12]
El escritor y poeta Rafael Calero Palma, en julio de 2019, en una semblanza de Lola Gaos recuerda la entrevista realizada por Diego Galán para Televisión Española poco antes de su muerte en la serie Queridos cómicos. Estaba realizada en su casa y detrás tenía una fotografía de Ernesto ''Che'' Guevara. Sobre su oficio de actriz explicó:[2][15]
Al actor no se le da la categoría de trabajador, no sé por qué, (…) Cuando voy a trabajar voy contratada con un salario que será más grande o menos grande, pero exactamente igual que el señor que me arregla el televisor. Entonces, ¿por qué nos llaman artistas y nos niegan la categoría de trabajadores?