Llevó esta princesa en dote docientos mil florines: los cien mil que le dio la reina, su madre, y los otros cien mil había de pagar el rey de Aragón, su hermano, en diez años. Y diéronsele en arras treinta mil florines de oro de Aragón, y señalósele por cámara la mitad de las rentas y tierras que tenía la reina doña Felipa, madre del infante, y en sucediendo en el reino, que tuviese enteramente aquel estado.[3]
Con este enlace se rubricaba la alianza de los infantes de Aragón con los infantes de Portugal contra el rey de Castilla y los que llevaban el cargo del gobierno de su persona y estado (o, lo que es lo mismo, contra el condestableÁlvaro de Luna). Al paso del séquito de la infanta camino de Portugal por Valladolid, donde residía la corte en ese momento, se celebraron justas y corrieron lanzas con notable esplendor y boato en honor al acontecimiento hasta que se reemprendió la marcha el 21 de julio de 1428.
Regencia y últimos años
Tras la muerte de su esposo, el rey Eduardo, el 9 de septiembre de 1438 con 48 años,[4] fue designada por las Cortes de Torres Novas de 1438 regente del reino durante la minoría del primogénito y heredero, Alfonso, que en ese momento tenía apenas seis años.[5] Este hecho provocó recelos en los grandes del reino, quienes formaron un partido en torno al infante Pedro, al que atribuian mejor derecho para ejercer la regencia. En las Cortes de Lisboa de 1439, Leonor fue obligada a abandonar el cargo de regente del reino, que le fue encomendado a Pedro de Portugal, tío del niño.[6]
Leonor se retiró a Castilla, junto con su hija Juana,[7] y falleció en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo el 19 de febrero de 1445.[8] Su muerte se dio en extrañas circunstancias. Ingirió un té de hierbas y rápidamente se sintió mal. En solo una hora, su cuerpo se cubrió de manchas y falleció. Jerónimo de Zurita opina que fue envenenada por orden de Álvaro de Luna, condestable de Castilla, y Alonso de Palencia lo acusa directamente. Un día antes había fallecido su hermana, la reina María de Aragón, mujer de Juan II de Castilla en las mismas circunstancias. Sus muertes podrían haberse planteado como parte de una alianza entre el condestable y el infante Pedro de Portugal, con el fin de eliminar los vínculos que Castilla y Portugal tenían con Aragón, y reforzar el poder de Castilla frente a las pretensiones aragonistas.[9]
Fue enterrada en dicho monasterio donde descanso hasta 1455, cuando con ocasión de la boda de su hija Juana con el rey Enrique IV de Castilla, sus restos fueron trasladados a Portugal y recibieron sepultura en el Convento de Santa María da Vitória en Batalha, junto a su marido.[10]
Descendencia
De su matrimonio con el rey Eduardo I nacieron nueve hijos:[11]
Juan, nacido en octubre de 1429 y muerto en la infancia;[11]
Felipa (noviembre de 1430-24 de marzo de 1439);[12]
Alfonso (Sintra, 15 de enero de 1432-Sintra, 28 de agosto de 1481),[11] que reinaría en Portugal con el nombre de Alfonso V;
María, nacida el 7 de diciembre de 1432 y fallecida el día siguiente;[11]
Arco y Garay, Ricardo del (1945). Sepulcros de la Casa Real de Aragón. Madrid: Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. OCLC11818414.
Pina, Ruy de (1790). «Chronica do Senhor Rey dom Affonso V». Collecção de livros ineditos de Historia Portugueza. Tomo 1. Lisboa: Academia Real das Sciencias.
Rodrigues Oliveira, Ana (2010). Rainhas medievais de Portugal. Dezassete mulheres, duas dinastias, quatro séculos de História(en portugués). Lisboa: A esfera dos livros. ISBN978-989-626-261-7.