LaAmistad era una goleta de velacho mercante española en la que se llevó a cabo una rebelión de esclavos en 1839, cuando el buque viajaba frente a las costas de Cuba. La epopeya de estos esclavos fue llevada al cine en 1997 por Steven Spielberg en la película Amistad.
Historia
Unos quinientos africanos habían sido tomados en Sierra Leona y transportados hasta La Habana, Cuba, (entonces colonia española) por el barco negreroportuguésTecora, donde fueron vendidos como esclavos. Cincuenta y tres de ellos fueron trasladados a LaAmistad.[1]
El viaje comenzó el 28 de junio de 1839 con dirección a Puerto Principe (Cuba). Sin embargo, el 2 de julio, uno de los africanos, de nombre Sengbe Pieh llamado Joseph Cinqué por los blancos, consiguió liberarse e hizo lo mismo con los demás cautivos. Los confinados mataron al cocinero del barco —quien durante el viaje había asustado a los esclavos al describir cómo serían asesinados cuando arribaran— y también al capitán, en una lucha en que también murieron dos de los esclavos. Dos marineros escaparon. Sin embargo, perdonaron las vidas de los dos dueños de la carga humana a bordo, de apellidos Ruiz y Montes, quienes les habían prometido que conducirían la embarcación hacia África. También perdonaron al esclavo personal del capitán.
No obstante, los africanos fueron engañados, siendo conducidos hacia el norte con rumbo a la costa estadounidense, donde el barco fue avistado repetidas veces.[1] Soltaron anclas a media milla de Long Island, Nueva York, el 26 de agosto. Algunos de los africanos fueron a la orilla a conseguir agua y provisiones, y la embarcación fue descubierta por el bergantínWashington. El teniente Gedney, que comandaba el buque, ayudado por sus oficiales y tripulación, tomaron La Amistad y a los esclavos bajo custodia, conduciéndolos al estado de Connecticut. Luego presentaría una reclamación por escrito bajo la ley de almirantazgo por el salvamento del barco, la carga, y los africanos. Gedney presuntamente eligió desembarcar en Connecticut porque, a diferencia de Nueva York, la esclavitud era técnicamente legal ahí (aunque extremadamente rara), y esperaba sacar provecho de los esclavos.
El caso, ampliamente publicitado en Estados Unidos, coadyuvó al movimiento abolicionista. En 1840, una corte federal resolvió que el secuestro de los individuos en su tierra natal, y el posterior transporte, habían sido ilegales. Asimismo, en Estados Unidos sólo podían ser considerados esclavos los nacidos de padres esclavos, ya que la importación había sido prohibida en 1808; por tanto, los africanos eran hombres libres.