En marzo de 1936 se casó con el abogado y político Francisco Pérez Carballo.[2] Tras la victoria del Frente Popular su marido fue designado gobernador civil de La Coruña. Con el golpe de Estado en julio que dio lugar a la Guerra Civil, mientras ella se refugió en casa de López Abente, su marido fue apresado y asesinado el 24 de julio.[2] Al llamar al Gobierno Civil para tener noticias de su esposo, se le comunicó que sería recogida —estaba embarazada— para acompañarla junto a él.[2] Sin embargo, fue detenida y encarcelada, conociendo en el calabozo la noticia de la muerte de su marido, quien fue fusilado el 24 de julio en Punta Herminia, cerca de la Torre de Hércules.[a][1][2][4][5]
Liberada a primeros de agosto, siéndole prohibida la residencia en la capital de la provincia, se refugió en Vilaboa (Culleredo), en casa de Victorino Veiga, diputado de Izquierda Republicana.[1] Allí recibió una orden de deportación que no le dio tiempo a cumplir, porque en la noche del 17 de agosto fue detenida de nuevo por miembros de la Guardia Civil,[1][2] y asesinada en el kilómetro 526 de la carretera N-VI, encontrándose su cuerpo al día siguiente en las proximidades de Rábade,[2] en la provincia de Lugo.[1][4]
El 9 de julio de 1930 ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, primero adscrita a la Biblioteca Nacional y, desde julio de 1931, a la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid.[1] Se convirtió en la primera mujer jefa de una biblioteca en la universidad española, en 1933, y ocupando ese cargo, ese mismo año coordinó el traslado de importantes fondos dispersos en otras dependencias de la universidad a las nuevas instalaciones en la Ciudad Universitaria.[5]
También en 1933, consiguió el puesto de jefe técnico de una de las más reconocidas bibliotecas privadas del país: la del Ateneo de Madrid.[1] En la primavera de 1936 y por su petición expresa al grupo teatral La Barraca, realizó este la que sería su última funciónː El caballero de Olmedo de Lope de Vega.[5]
En 1933 participó en las Primeras Jornadas Eugénicas Españolas, celebradas entre el 21 de abril y el 10 de mayo, con la conferencia El problema del amor en el ambiente universitario.[3]
Notas
↑Ha quedado noticia de que no le entregaron las pertenencias personales. Sólo llegó a ella una breve carta de amor de despedida, conservada por la familia: «Juana: Has sido lo más hermoso de mi vida. Donde esté y mientras pueda pensar, pensaré en ti. Será como si estemos juntos. Beso tu anillo una vez cada día. Te quiero. Paco. Para Juana Capdevielle, mi querida esposa. Viernes, 24 de julio de 1936, cinco de la madrugada».