Estudio Bellas Artes en la Universidad de Tenerife y se licenció en Filología Románica en la Universidad de Barcelona en 1977. Ingresa como miembro de la Academia Canaria de la Lengua en 2009.[2]
Trayectoria
En 1977 se convierte al judaísmo ante un tribunal rabínico en Marruecos. Desde esta posición ha escrito en prensa denuncias sobre el antisemitismo español y ha emprendido proyectos sobre los judíos en África, Canarias y Barcelona. Su adscripción a un judaísmo diaspórico y reformista, le llevó a escribir una de las pocas novelas en castellano, a excepción de La vida perra de Juanita Narboni de Ángel Vázquez, que recoge la jaquetía de los judíos del norte de Marruecos y el ladino balcánico y turco: De tu boca a los cielos.
Ha ejercido un papel destacado en la difusión de la cultura canaria en el exterior como director en Barcelona del ciclo El Papel de Canarias y como impulsor de iniciativas similares en colaboración con el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña y la Fundación La Caixa. Por otra parte, ha impulsado exposiciones, talleres de arte contemporáneo y ciclos teóricos en Cataluña, Canarias e Italia, como Trilateral, Travesías y Orientalismos.
La vida figurada. Reseña del libro de José Carlos Cataño por Iván Cabrera Cartaya en la revista, de artes, ciencias y humanidades Las nueve musas.
Citas del autor
Todos llevamos un paisaje interior, de una época imprecisa, que reconocemos en otros lugares
No supimos disponernos ni para la aparición de un dios ni para el resplandor de su ausencia. Vivimos, sin más, como lo que se sucede en lo precario
A la melancolía le falta la «u» de la muerte para ser perfecta
Lo que supones, hasta que no pasa, solo puedes suponerlo. Y cuando sucede siempre es distinto
A veces no sabe uno por qué, o cómo, sigue vivo. Y les pide a las nubes que sean más densas, que cobren un cuerpo más notorio, y que la realidad se haga más intensa en las venas. Que todo siga fluyendo. Y que uno tenga mayor consistencia para que, nunca más, a él se lo lleven mar adentro
La aurora, presenciada desde el aire, lleva con ella los primeros colores del mundo; y un ribete rojo, que es el eco de la ignición del origen
La mariposa no se cree nunca la flor que sobrevuela. Y vuelve y vuelve y vuelve hasta que la toca el final del día
Cuando pierdes algo vives su dolor, y ahí termina la experiencia para muchos. Otros aprenden, con el dolor, a vivir lo perdido. El dolor, entonces, ya no es de algo, sino de la vida que lo albergaba. No obstante, saber vivir sin el dolor y sin la pérdida lo pueden alcanzar unos cuantos, para quienes la vida es desposesión y seguir callado
Lo que me gusta de la lluvia es que es ella misma, sin más. Dices que llueve, y no puede ser sino eso. Se concentra en sí misma. Por eso cae, corre por los sumideros, desaparece
Nos miramos y seguimos, se dicen con asombro aquellos que se amaron, aquellos que fueron tanto cuando estaban juntos. Ceniza radiante
La vida es un puente hacia la verdad, cuyo peso se enamora del abismo
Mi sangre es la sombra de una inmensa ruina / que resiste disiparse en los resuellos del sol
Bibliografía
Arranz, Manuel: Con el mismo distinto ánimo (La próxima vez)