La inmigración venezolana en Chile es el movimiento migratorio hacia Chile desde Venezuela. Desde la mitad de la década de 2010 registra un importante incremento del flujo de venezolanos a Chile. En el 2022 residían aproximadamente 533 000 venezolanos en Chile con base en datos del Departamento de Extranjería y Migración (DEM) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).[3] Desde 2018, los venezolanos son la primera comunidad extranjera, superando a los peruanos.[1] En marzo de 2018, se creó la «Visa de responsabilidad democrática» para aquellos ciudadanos venezolanos que tengan la intención de establecerse en Chile, cumpliendo una serie de requisitos establecidos en la VISA, sumado a lo anterior, a partir del mes de junio de 2019 y dado el incremento de ciudadanos venezolanos ingresando desde Tacna, el gobierno de Chile estableció una VISA consular de turismo para todos los ciudadanos venezolanos que entrasen al país, provocando una caída del 80 % del ingreso de venezolanos a Chile entre los meses de mayo y agosto de 2019.[4]
Con más de 533 mil personas, la comunidad venezolana en Chile es la quinta comunidad de venezolanos más grande del mundo, solo detrás de Colombia, Perú, Brasil y Ecuador.
Historia
Es un flujo migratorio de larga data, remontándose a los inicios de la República de Chile, siendo los intelectuales Andrés Bello, Simón Rodríguez y Luis López Méndez los más célebres, el primero radicándose en Chile de forma permanente, dirigiendo la recién fundada Universidad de Chile y obteniendo la nacionalidad chilena; mientras el segundo vivió en Chile entre los años 1834 y 1840.
Desde el año 2014, la inmigración venezolana a Chile ha aumentado de forma explosiva[5][6] motivado por la crisis económica que enfrenta Venezuela desde hace años,[7] atraídos por la aparente estabilidad económica de Chile, el bajo desempleo en comparación a Venezuela, el idioma y la facilidad para obtener el estatus legal ha motivado a muchos venezolanos a inmigrar a Chile.[8]
En 2021, inmigrantes venezolanos ilegales fueron sujetos de persecución por parte de la comunidad de Iquique, quienes tras una manifestación antinmigración debido a continuas incivilidades y crímenes por parte de los recién llegados, atacaron y quemaron pertenencias de dichos inmigrantes.[9]
La organización criminal venezolana Tren de Aragua expandió sus operaciones a Chile.[10]
La formación de una diáspora venezolana trajo consigo la aparición de diferentes aspectos socioculturales paralelos a la sociedad chilena. El incremento de la oferta gastronómica venezolana como productos de consumo común por los venezolanos, pero con baja aceptación entre los chilenos, como la harina de maíz para la elaboración de las tradicionales arepas venezolanas, es posible encontrar en una gran cantidad de comunas a nivel nacional.[14]
En un sentido religioso, los venezolanos son una de las comunidades latinoamericanas con mayor participación al interior de la Iglesia católica en Chile, dándole un nuevo aire a la institución, la cual posee un alto número de nacionales declarados como católicos no practicantes.[15] Estos inmigrantes contribuyeron al aumento en la asistencia a misas y actividades religiosas vinculadas con sus comunidades.[16]
Otro aspecto negativo tiene que ver con la nula aceptación de las normas de convivencia social en Chile,[17] el ruido permanente y las fiestas con alto consumo de alcohol hasta elevadas horas de la noche en los edificios donde residen,[18] como también en entornos naturales,[19] teniendo roces con los chilenos por la diferencia de costumbres.[20]
Criminalidad
El aumento exponencial de la criminalidad —y la violencia de la misma— tras la inmigración venezolana es de las principales razones que genera animadversión por parte de la sociedad chilena.[21] Los venezolanos son el grupo extranjero que lidera las imputaciones por homicidio en Chile (38,5%) y son el tercero con más presencia en las cárceles (26,8%), principalmente por delitos de tráfico de droga y robo.[22]
El 14 de octubre de 2024, dos adolescentes venezolanos de 16 años hieren de gravedad a un niño chileno de 10 años en una escuela básica de la comuna de Santiago, empujándolo hacia una estructura metálica y terminando empalado al caer sobre esta, resultando con daño recto-uretral y necesidad de cirugía reconstructiva de vejiga. Según la madre del menor agredido, él era víctima de bullying constante de parte de dichos inmigrantes y de otros alumnos mayores por su condición TEA.[23][24]
Entre los años 2014 a 2016, la migración venezolana en Chile pasó 2275 en 2014 a 7395 en 2015,[5] según cifras del Departamento de Extranjería y Migración, entre el año 2011 y 2015 se solicitaron 15 054 visas[26] y 3464 permanencias definitivas en el mismo periodo para ciudadanos venezolanos;.[33] En últimos años hubo un gran crecimiento de médicos venezolanos inscritos para rendir el examen EUNACOM para poder prestar sus servicios en el servicio público de salud, que fue de 338 en 2015 a 847 en el año 2016.[34]
Para finales de 2016, según Departamento de Extranjería de la Policía de Investigaciones de Chile, señaló que más de 23 000 mil venezolanos solicitaron residencia en el país austral para residencia y ejercer actividades laborales, en estos las profesiones más comunes fueron la ingeniería, estudiantes y contadores (3047 ingenieros, 1565 estudiantes y 722 contadores), lo cual evidencia la alta calificancia profesional de la diáspora.[35] Ese año había cerca de 11 000 venezolanos en la capital de Chile, Santiago, lo que representaba apropiadamente 30 % de la comunidad de inmigrantes (42 671). A ellos les seguían 10 000 peruanos, 8000 colombianos y 2281 haitianos.[35]
Durante 2016, ingresaron 86 581 ciudadanos venezolanos a Chile y durante el año 2017 ingresaron 164 686 y salieron del país 56 183 personas (12 000 más que el año 2016).[36]
En marzo de 2018, apenas asumir su segundo mandato y durante una entrevista con Deutsche Welle el presidente Sebastián Piñera expresó: «vamos a seguir recibiendo venezolanos en Chile, porque tenemos un deber de solidaridad y yo nunca olvido que cuando Chile perdió su democracia, Venezuela fue muy generosa con chilenos que buscaban nuevas oportunidades»[37][38]
A partir del 16 de abril de 2018 comenzó a regir el requisito de visado previo para los ciudadanos venezolanos que quieran permanecer en el territorio chileno sin fines turísticos. Para ello, se creó una visa especial llamada «Responsabilidad Democrática».[39] Además el gobierno trabajó en una Nueva Ley de Inmigración, más permisiva que la anterior.[40]
A mediados de 2019, a raíz del éxodo masivo de venezolanos de su país,[41] surge una crisis inmigratoria en el Complejo fronterizo Chacalluta,[42] el senador Felipe Kast, integrante de la coalición de gobierno opinó que: "Es positivo que el Gobierno esté implementando una política migratoria ordenada y humanitaria; cerrando las fronteras a personas con antecedentes penales, y apoyando a niños y mujeres que buscan reunirse con sus familiares residentes en Chile" y solicitó "tenderles la mano" gestionando directamente que venezolanos pudieran realizar trámites inmigratorios con su pasaporte vencido.[43] mientras que José Antonio Kast fue más crítico con la gestión y acusó a legisladores estarían creando "puentes para generar flujos migratorios que no estén acordes con el sistema legal establecido en Chile"[44] y afirmó que al país no le corresponde "asumir todas las responsabilidades humanitarias".[45]
El 8 de julio de 2019, la ministra vocera del gobierno, Cecilia Pérez, expresó que se seguirían dejando entrar venezolanos «hasta que el país lo resista. Para que los chilenos estén bien. Eso significa poder tener las demandas pertinentes para poder atender salud, educación, vivienda y trabajo».[46]
La oposición hizo un llamado a tener un "enfoque humanitario" en la materia de inmigración,[47] condenó "los intentos por sembrar odio" y respaldó la gestión del INDH en la crisis.[48][49]
José Miguel Insulza responsabilizó al gobierno por la crisis,[50] Heraldo Muñoz llamó a "hacer una excepción"[51] y el Frente Amplio afirmó que "Hay una inconsecuencia brutal".[52]
El ministro Felipe Larraín quien afirmó que: "Este es un país abierto a la migración, pero eso tiene un efecto en el mercado laboral".[53]
La comuna de Colchane experimentó olas inmigratorias sin precedentes provenientes desde Venezuela y que al llegar a Chile los inmigrantes fueron alojados en escuelas para ser posteriormente trasladados a otras zonas del país.[55][56][57]
↑Los datos del Censo chileno de 2012 no son considerados oficiales y su validez es cuestionada. Producto de una auditoría técnica liderada por el INE con asesoría directa del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) dependiente de la CEPAL de Naciones Unidas, donde se concluyó que «los datos generados para el año 2012 no cumplen con los estándares para que este operativo sea denominado como un censo».
↑ abcdeDepartamento de Extranjería y Migración, Gobierno de la República de Chile. «Visas otorgadas período 2011 – 2015». Archivado desde el original el 20 de diciembre de 2016. Consultado el 9 de diciembre de 2016.
↑ abInstituto Nacional de Estadísticas. [censo2017.cl/descargas/inmigracion/181123-documento-migracion.pdf «Caracteristicas de la inmigración internacional en Chile (Censo de 2017)»]|url= incorrecta (ayuda) (PDF). Consultado el 4 de febrero de 2017.
↑ abcdServicio Nacional de Migraciones, Gobierno de Chile (SERMIG) (19 de julio de 2023). «Estimaciones de extranjeros». Consultado el 17 de noviembre de 2023.