Gelsa está situada en la Depresión del Ebro sobre depósitos cuaternarios, en la margen izquierda del río a 147 m s. n. m., siendo uno de los municipios de Aragón situado a menor altitud.
Se encuentra a tan sólo 5 km de la capital comarcal, Quinto, y a 45 km de Zaragoza.
Tiene una temperatura media anual de 13,9 °C y una precipitación anual de 340 mm.[3]
Historia
Edad Antigua
El topónimo Celsa proviene de la colonia romanaLépida Celsa, primera colonia romana fundada en el valle del Ebro, y que originariamente era un poblado íbero de los ilergetes denominado Kelse.
Aunque el núcleo de dicha población se encuentra en la vecina Velilla de Ebro, es muy probable que se extendiera también hasta la actual Gelsa, como parecen atestiguar los hallazgos de enterramientos y de una lápida dedicada a la diosa Obana.
Julio César concedió a Celsa título y honores de colonia romana antes del año 43 a. C., y la distinguió con singulares privilegios como la acuñación de moneda.
Con Augusto empezó una lenta decadencia de esta colonia a favor de Caesaraugusta, actual Zaragoza.
Se piensa que el fin de Celsa pudo producirse durante la invasión de Hispania por los bárbaros.[4]
Edad Media
La localidad de Gelsa fue probablemente fundada por los árabes tras su conquista de la península ibérica; algunas construcciones son de dicha época, como las calles de los Cubiertos y Ocho Esquinas, el Pilón de las Lebatas y el Pilón de la Atalaya, hoy desaparecido.
La huella árabe está también presente en los sistemas de riego tales como el azud, las norias y las acequias.
Posiblemente Gelsa fue reconquistada para los reinos cristianos por Pedro I poco después de la conquista de Barbastro,[4] aunque la población musulmana continuó ocupando estas tierras tras la ocupación.
En 1210, Pedro II cedió Gelsa en señorío, junto con otros lugares de la baronía de Quinto, a los Torrellas Ortiz, que las vendieron al conde Lope de Luna en 1358.
En 1431, el señorío pasó a Juan de Funes; el octavo señor de esta casa, Antonio de Funes, fue quien mandó construir el palacio de la plaza Mayor.
Edad Moderna y Contemporánea
El fogaje de 1495 realizado en el Reino de Aragón deja constancia de que en aquella época la práctica totalidad de los habitantes de Gelsa —unos 400 aproximadamente— eran moriscos.
En 1610, era el pueblo de Zaragoza donde más moriscos vivían (en torno a 1700) y el tercero de todo Aragón.[5]
En consecuencia, la expulsión de los moriscos de España a partir de 1609 hizo necesario repoblar la villa, por lo que Juan de Funes y Villalpando expidió una carta puebla para Gelsa (1628).
Por otra parte, María Francisco Climente, primera esposa de Juan, fue quien aportó a la localidad la reliquia de la «Santa Espina» —véase más abajo—, quedando custodiada en el Monasterio de la Purísima Concepción y la Santa Espina.
La iglesia parroquial, dedicada a San Pedro, fue erigida en el último tercio del siglo XVII y en 1728 se construyó una fábrica de tejidos de lana dirigida por el ingeniero gelsano José Genzor y López de Perea. Los graneros del conde —actualmente el centro cultural— fueron construidos antes de 1779.[6]
Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, refiere que «Jelsa» —escrito de esta manera— «cuenta con 380 casas, inclusa la del ayuntamiento y cárcel, el palacio del Sr. conde de Montijo, barón de Quinto... la iglesia parroquial (San Pedro Apóstol)... una pequeña capilla llamada de Pedro, que se dice fue la primera parroquia y cuyo edificio se halla bastante quebrantado [y] una ermita dedicada a la virgen del Buen Suceso».
Menciona también la existencia de «telares donde se elaboran estameñas,[nota 1] fajas y mantas, un molino harinero con 4 muelas, 2 de aceite y un batán».[8]
Geografía humana
Demografía
Cuenta con una población de 996 habitantes (INE 2023).
Gráfica de evolución demográfica de Gelsa[9] entre 1842 y 2021
A principios del siglo XV, la población de Gelsa era de unos 1700 habitantes,[5] cifra que, tras la expulsión de los moriscos, se vio disminuida a menos 400 habitantes.
Ya en el siglo XIX, el censo de España de 1857 registra 2818 habitantes para Gelsa, que era en ese momento el segundo municipio más poblado del partido judicial de Pina —al que entonces pertenecía—, después de Pina de Ebro.[11]
Sin embargo, su evolución demográfica en los dos últimos tercios del siglo XX ha sido regresiva: 2120 habitantes en 1930, 1595 habitantes en 1970 y 1239 habitantes en 2001. En 2020 el municipio contaba con menos de 1000 habitantes.
Economía
La economía de la localidad se basa en la agricultura, la ganadería y la industria del yeso, ya que existen tres fábricas dedicadas a la producción de yesos y escayolas.
En el terreno agrícola, es muy importante el cultivo de secano —trigo duro—, mientras que la agricultura de regadío o de huerta es de gran calidad. Destaca el contraste del paisaje de la ribera del Ebro con la aridez del resto del paisaje monegrino.
Por su parte, la ganadería es también una actividad importante y se dedica principalmente al ganado porcino y bovino tras la decadencia del ovino.
Actualmente se intenta desarrollar el polígono industrial La Atalaya.
Es de interés artístico el casco antiguo, también llamado «barrio morisco», lugar donde se agruparon tras la reconquista las viviendas de los musulmanes. Esta parte está caracterizada por sus calles estrechas y «cubiertos» (edificaciones situadas sobre la calle que comunican las casas de uno y otro lado).
La iglesia parroquial de la localidad, dedicada a San Pedro Apóstol, fue construida en el último tercio del siglo XVII y posteriormente reformada en 1863.
Presenta fábrica de ladrillo, tapial y zócalo de sillar. Tiene tres naves, crucero, cabecera plana, cubierta de bóveda de lunetos y cúpula sobre el crucero.
Su torre fue levantada en 1826 y el reloj con campanas fue instalado en 1899.
La parroquia alberga en su interior un relicario de cristal guarnecido en oro con forma de columna; contiene la llamada «Santa Espina», que según la leyenda procede de la corona de espinas que llevó Jesús de Nazaret.[17]
El convento de las monjas Clarisas, ya desaparecido, emplazado frente a la iglesia, fue construido por mandato de Juan de Funes Villalpando y Ariño, Marqués de Osera, en 1621. Lo ocuparon durante diez años los padres Franciscanos venidos de Pina de Ebro, que después volvieron a Pina.
La ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso, patrona de la villa, tiene fábrica de ladrillo y tapial.
Posee ábside semicircular y cubierta de bóveda de lunetos, sobre el porche de entrada, con tres arcos de medio punto. Edificada en el siglo XVIII, fue quemada en 1936 y posteriormente reconstruida con donativos de los vecinos.[17]
En cuanto a la arquitectura civil, cabe destacar el edificio del Ayuntamiento, casino durante los siglos XIX y XX, así como la casa palacio de la familia Funes, situada en la plaza Mayor, que data del siglo XV.
El 10 de mayo se celebra la festividad de la «Santa Espina», en la que tiene lugar una procesión de la reliquia por las calles de la localidad. La Santa Espina ha gozado siempre de pública veneración en Gelsa; años atrás, cuando se presentaba una gran tormenta que amenazaba granizo, se rezaba a la Santa Espina para que la nube pasase sin causar daños, llegándose incluso a sacar la reliquia en procesión. Actualmente esta fiesta ha sido trasladada al domingo posterior a las comuniones.[18]
Del 6 al 12 de septiembre se celebran las fiestas mayores, en honor a la Virgen del Buen Suceso.
↑Secretaría General Técnica, Ministerio de Administraciones Públicas (2008). Variaciones de los Municipios de España desde 1842 (1.ª edición). Madrid: Gobierno de España. Consultado el 13 de agosto de 2024.