Construyó el Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, entre el 5 de diciembre de 1769 y el 9 de mayo de 1772. El edificio, de acuerdo con los deseos del conde, fue erigido dentro del más puro estilo mexicano y se utilizó cantera de chiluca para los elementos estructurales, tezontle para la ornamentación de la fachada y, finalmente, detalles de azulejos de talavera poblana.[1]
Entre 1779 y 1785, también en un solar ocupado por una casa-fortaleza del siglo XVI, construyó un nuevo palacio para la marquesa del Jaral de Berrio, hija única de la condesa de San Mateo de Valparaíso. Este palacio consta de dos torretas esquineras (las casas solían tener sólo una, y ello ya era bastante ostentación de poder). El palacio es hoy conocido como Palacio de Iturbide.[2]
Construyó también la Capilla del Pocito, en la Villa de Nuestra Señora de Guadalupe, como un ex-voto, pues no cobró por su edificación, ni cobraron tampoco los constructores y albañiles, siendo los materiales obtenidos gracias a las donaciones del pueblo y del obispo. Esta capilla está construida en el llamado estilo "barroco de transición", pues contiene elementos del barroco tardío (ultrabarroco) entremezclados con elementos del incipiente estilo neoclásico.
Doña María Ignacia de Azlor y Echeverz, hija del marqués de Aguayo y superiora de un colegio de niñas, le encargó la construcción del Templo de la Enseñanza. El arco con el que termina el sotocoro (un arco degenerado en tres arcos) recuerda aquel que se yergue en el arranque de la escalera del palacio de los Condes de Santiago Calimaya. Además, la planta de La Enseñanza recuerda la de la Capilla del Pocito.[3] Empero, no existen los planos de Guerrero y Torres, pero sí los de las modificaciones que le hiciera Ignacio Castera, quien se desenvolvió más bien en un lenguaje neoclásico. Acaso Castera construyó el convento, más no el templo. En todo caso, la obra no se realizó sino hasta 1795, tres años después de muerto Guerrero y Torres.[4]
Es en buena medida gracias a sus obras que la Ciudad de México es llamada "la ciudad de los palacios". Esta frase se suele atribuir al barón de Humboldt, pero fue pronunciada por el viajero inglés Charles La Trobe.[5]
Falleció en la Ciudad de México, el 20 de diciembre de 1792, siendo sepultado en el convento de San Hipólito.
Obras
Sus obras más notables, todas en la ciudad de México, son:
↑Ignacio, González-Polo. Casas señoriales del Banco Nacional de México (1999 edición). Fomento Cultural Banamex. pp. 156-174.
↑El Folleto "Casas señoriales del Banco Nacional de México", cuya coordinación editorial estuvo a cargo del Fomento Cultural Banamex, A. C., Cándida Fernández de Calderón y Daniel Fernández Cotera.
↑Joaquín Bérchez: "Francisco Guerrero y Torres y la Arquitectura de la Ciudad de México a finales del siglo XVIII", publicado en los Annali di Architettura, la revista del Centro internazionale di studi di architettura Andrea Palladio di Vicenza
↑Sabau García, María Luisa; Sáenz González, María Olga (1994). México en el mundo de las colecciones de arte: Nueva España 2 (Primera edición). México: UCOL. p. 218. ISBN968 6963 40 5.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)