A pesar de la cercanía de Nueva Zelanda, la isla de Papúa y otras islas indonesas, estas no tienen la misma flora, por lo tanto no se consideran del mismo reino floral que Australia.
Factores condicionantes
Situación geográfica
Australia tiene una superficie de 7692.024 km², lo que la convierte en un auténtico continente y el sexto país más grande del mundo. No obstante, el continente australiano presenta pocos accidentes geográficos (penínsulas, golfos o bahías) en comparación al resto de continentes del mundo. Esta unidad de la masa provoca un clima húmedo en la costa y propicio para el crecimiento de las plantas pero a la vez las zonas interiores sufren un clima desértico donde sólo sobreviven pequeños matorrales. Australia es también el sexto país en cuanto a superficie forestal.
El continente se sitúa entre las latitudes 10°S y 43°S, entre los océanos índico, pacífico y antártico, y separado del archipiélago malayo por el estrecho de Torres y el mar de Arafura. Esto ejerce una de las principales características de la flora australiana, su aislamiento. Gracias a esto, las especies del continente han evolucionado a lo largo de miles de años sin mantener contacto exterior, lo que se conoce como endemismo.
El clima de Australia varía ampliamente, aunque la mayor parte de Australia es desértico o semiárido – 40% del territorio está cubierto por médanos. Solo las esquinas sudestes y sudoestes tienen un clima templado y de suelos moderadamente fértiles. La parte norte del país tiene un clima tropical: parte es bosque lluvioso tropical, parte pastizales, y parte desiertos.
La lluvia es altamente variable, con frecuentes sequías, causadas, entre otros factores, en parte por la oscilación del sur El Niño. Ocasionalmente, tormentas de polvo cubren una región o eventualmente varios estados y hay reportes de ocasionalmente grandes tornados. Ascensos de los niveles de salinidad y de desertificación en algunas áreas están degradando el paisaje.
Las ubicaciones australianas tropical y subtropicales, con ciertas precipitaciones, y estación fría, de las costas occidentales hacen la mayor parte de Australia Occidental. La lluvia produce la humedad del suelo necesaria para los cultivos de secano. La otra parte del continente es un desierto cálido y árido. Aquella lluvia produce la humedad del suelo necesaria para los cultivos de secano. Un estudio de 2005 de investigadores de Australia y de EE. UU.[1] investigó la desertificación del interior, sugiriendo que una explicación está relacionada con los colonos que arribaron hace cerca de 50 000 años atrás. La quema regular de la vegetación por parte de esos colonos pudo haber impedido que los monzones alcanzasen el interior de Australia.
El suelo y el relieve
La altitud promedio es de 330 m, y sólo el 13% del país se encuentra a una altitud superior a los 500 m.
Acción humana
Biodiversidad
Entre un ochenta y un noventa por ciento de la flora es endémica de Australia.
También helechos y algunas plantas con flores (angiosperma o magnoliophyta) de Australia están relacionadas con las de Gondwana, como las familias Nothofagaceae y la Proteaceae.[2]
Durante el Eoceno, Australia se separó de la Antártida y en el Mioceno la placa australiana colisionó con la placa asiática. Algunas plantas de Asia aparecieron en tierra australiana, como el Lepidium o el Chenopodioideae. La cada vez menos exposición del continente a las corrientes circumpolares antárticas imposibilitó las precipitaciones y calentó la tierra creando un hábitat más árido. Australia, que por entonces estaba cubierto enteramente por selva, dio paso a grandes desiertos que, sumados al aislamiento, crearon una flora cada vez más compleja y adaptada al medio.[3] Las plantas que se desarrollaron durante esta época, como el Eucalyptus, la Casuarina o la Banksia, se caracterizan por hojas duras, de una capa externa muy gruesa, para evitar en la medida de lo posible la pérdida de agua durante la fotosíntesis.
Hace 38 000 años, los aborígenes australianos se establecieron en Australia. Las prácticas de labranza de los aborígenes jugaron un papel importante en el desarrollo floral de Australia. Utilizaban la técnica conocida como agricultura del palo incendiario (fire-stick agriculture).[4] Esto es, se incendia un área arbolada con la ayuda de antorchas para su posterior cultivo. El problema es que estos fuegos pocas veces eran controlados. Es decir, que las plantas que mejor se regeneran en las tierras incendiadas ganan terreno a las demás. Es el caso del eucalipto, que crece rápidamente, o las plantas con serotinia, semillas que se liberan en contacto con el calor. En parte, la gran expansión del eucalipto por Australia es gracias a los incendios, intencionados o naturales.
Investigación botánica
Los pioneros en estudiar la flora australiana fueron los botánicos Joseph Banks (Londres, 1743-1820), Herman Spöring Jr. (Turku, 1733- Yakarta, 1771) y Daniel Solander (Piteå, 1733- Londres, 1822), que viajaron a bordo del HMB Endeavour con el explorador británico James Cook. En 1770, dos años después de zarpar del puerto de Plymouth (Reino Unido), llegaron a la actualmente denominada Bahía de Botany,[Nota 1] al sur de Sídney, siendo los primeros europeos en pisar tierra australiana. Fue en esta bahía donde se realizó la primera documentación científica de flora y fauna. No obstante, la investigación no llegó a ser publicada.
Posteriormente, muchos botánicos europeos realizaron viajes a Australia, como Robert Brown, que entre 1801 y 1803 catalogó 2040 especies y las publicó en su libro Prodromus Florae Novae Hollandiae et Insulae Van Diemen (1810). Cuatro años más tarde, ampliaría sus taxones a 4200. Para 1849 el número de taxones llegaría a los 7000 aproximadamente.
Las posteriores investigaciones se realizaron en el siglo XX en el este y norte de Australia. En 1981, el ministerio de medio ambiente australiano (Department of Environment) puso en marcha el proyecto Flora of Australia para reunir en un mismo catálogo las especies de plantas descubiertas. También hizo lo propio con los hongos (Fungi of Australia) y las algas (Algae of Australia).
Tipos de vegetación
La vegetación australiana se suele agrupar en hábitats bien diferenciados. Aunque no hay un esquema oficial, se suele aceptar, a grandes rasgos, la división en: pluvisilva, sabana, bosques de eucalipto (húmedo y seco), maquia, bosque de acacias y mirtos y estepas. Esta clasificación viene de la mano del profesor de botánica de la Universidad de Queensland R. L. Spetch (1970).[8] Posteriormente, se realizaron cambios puntuales pero siguiendo el mismo esquema base. Es el caso del historiador y naturalista británico R. H. Groves (1994)[9] o la institución gubernamental australiana Natural Heritage Trust, que divide la flora australiana hasta en treinta grupos de vegetación y sesenta-y-siete subgrupos (2001).[10] La WWF integra a Australia en la ecozona denominada Australasia y la divide en 8 biomas, que a su vez se dividen en 40 ecorregiones. Los ocho biomas son: pluvisilvas, bosques templados de frondosas y mixtos,
Los hábitats menos afectados por el ser humano son los desérticos, ya que son improductivos para la agricultura. En cambio, los bosques del sudeste han sido reducidos a zonas montañosas. El paisaje predominante australiano es el de los matorrales y hierbas en tierras áridas y semiáridas formados por las plantas Triodia y Zygochloa, que representa un 23% del total vegetal, como en el Desierto de Simpson.
Existen algunos reductos de pluvisilvas (denominadas así por la WWF) a lo largo de la Gran Cordillera Divisoria, al este del país, y en las islas de Lord Howe y Norfolk. La mayoría están protegidas, como los parques nacionales de la Isla Norfolk, Wooroonooran, Girringun, Conondale, Montes de Hierro o quizá el más representativo, el parque Daintree (todos ellos en Queensland). Este tipo de vegetación se conoce como bosque cerrado (closed forest), en referencia a su frondosidad, ya que son de difícil acceso. La precipitación anual media es de unos 12000 mm. Actualmente ocupan 30 000 km² de suelo australiano (0'4% del total) y antes de la colonización europea ocupaban 43 000 km² (70% talado).
La maquia (conocida popularmente en inglés australiano como mallee) son arbustos de dos a diez metros. La flora de la maquia posee, por lo general, raíces lignotubérculas y multitallos. Existen cerca de 200 de eucalipto en la maquia.
Según el Ministerio de Medio Ambiente de Australia, las áreas protegidas han sido clasificadas en diferentes categorías, de la mayor a menor relevancia según la interferencia humana. Los parques nacionales son más de 500 de las áreas protegidas y suponen una intervención de la mano del hombre nula o casi nula. El primer parque nacional creado por el gobierno Australiano es el parque nacional Real, al sur de Sídney (1879). Otras categorías como las reservas de vida silvestre, los santuarios de animales y las Reservas Naturales, la conservación y protección del ecosistema es menos estricto.
Las Reservas de la flora y reservas forestales proporcionan los bosques representativos representan. [38] Un objetivo importante es limitar la deforestación a gran escala, sin embargo, el balance de los bosques es negativo: el arranque superan la re-vegetación. Alrededor de la mitad de los bosques tropicales se encuentra bajo protección [16]; incluso el 64 por ciento de los manglares y los bosques de pantano protegidas, pero solo el 5 por ciento de los pocos bosques secos del sudeste y Woodlands. [16] El Estado del Consejo de Medio Ambiente en 1996 consideraron que las reservas se establecieron sólo en zonas económicamente poco importantes. [39]
Concienciación medioambiental
La población australiana es una de las más concienciadas a nivel medioambiental. Diferentes movimientos ecologistas importantes del país promueven la conservación y protección de la flora australiana. Tanto es así, que en 1912 se decidió cambiar el escudo nacional por uno en el que aparece un zarzo dorado, actualmente símbolo nacional.
Según el último recuento de especies angiospermas (M. Sjöström y M. Gross, 2006)[12] existen 18 821, de las cuales 1997 son introducidas y 16,824 son nativas. Del total, 18 448 son del continente australiano y 373 de las islas. Además, 1202 se encuentran en peligro de extinción Se estima que el 89% son endémicas (B. Groombridge y M.D. Jenkins, 2002).
Según el último recuento de especies de musgo,[Nota 3] hepáticas y antoceros (N. Klazenga y McCarthy, 2003-2006)[15][16][17] existen 1,847, de las cuales 976 son musgos, 841 son hepáticas y 30 son antoceros. Un 25% aproximadamente son endémicos. Una especie de musgo está en peligro de extinción.
Según el último recuento de especies de hongos (B. Groombridge y M.D. Jenkins, 2002 y Rossman, 2003)[14][20] existen 11 846,[Nota 4] de las cuales 7187 son Ascomycetes, 3730 son Basidiomycota y 130 son Microsporidia. Un 90% son endémicas[21] y ninguna está en peligro de extinción.
↑En aquel momento, Cook la bautizó como Bahía Stingaree, por la cantidad de rayas que encontró ahí.
↑Las hierbas del género Astrebla son endémicas del continente australiano y únicamente allí son conocidas como Mitchell grass (hierbas de Miguel), por el explorador que primero las clasificó, Thomas Livingstone Mitchell (1792 – 1855) en Bourke, Nueva Gales del Sur.
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