Hacia 1807, durante las Guerras Napoleónicas y la entrada de Napoleón en Berlín, Ferdinand fue alistado y, por recomendaciones que logró, se trasladó a París, en donde permaneció hasta 1810. En ese año, viajó con su hermano Friedrich a las montañas de Harz, donde comienza a pintar paisajes.
En 1811, viajó a Dresde y a Viena, donde conoció al pintor romántico Joseph Anton Koch. Al año siguiente, en 1812, se casó con una viuda, madre de tres hijos, Margaret Heller. Estando en Viena, se despertó en él un sentimiento religioso que lo llevó a profundizar en sus creencias religiosas.
Durante su estadía en Viena, su estudio se convirtió en un centro de reuniones con los artistas nazarenos y el grupo que rodeaba a August Wilhelm Schlegel. Formó parte del gremio de San Lucas, grupo formado por Friedrich Overbeck y Franz Pforr con el objetivo de restablecer los valores espirituales de la pintura del prerrenacimiento, rompiendo con el neoclasicismo. A esta asociación de artistas se le conocería, más adelante, como nazarenos.