Farándula (del provenzalfarandoulo[1] o del alemánfahrender, "vagabundo"[2]), las expresiones inglesasshow business y showbiz (traducibles como negocio del espectáculo o mundo del espectáculo) y la expresión francesatroupe (admitida por el DLE)[3] pueden referirse a diversos conceptos próximos entre sí:
Farándula es víspera de compañía; traen tres mujeres, ocho y diez comedias, dos arcas de hato; caminan en mulos de arrieros y otras veces en carros, entran en buenos pueblos, comen apartados, tienen buenos vestidos, hacen fiestas de Corpus a doscientos ducados, viven contentos (digo los que no son enamorados). Traen unos plumas en los sombreros, otros veletas en los cascos, y otros en los pies, el mesón de Cristo con todos. Hay Laumedones de «ojos, decídselo vos», que se enamoran por debajo de las faldas de los sombreros, haciendo señas con las manos y visajes con los rostros, torciéndose los mostachos, dando la mano en el aprieto, la capa en el camino, el regalo en el pueblo, y sin hablar palabra en todo el año.
Agustín de Rojas Villandrando, El viaje entretenido, Libro I, 1603
Por su parte, Narciso Díaz de Escovar, en su estudio monográfico Intimidades de la farándula; colección de artículos referentes a la escena, comediantes y escritores dramáticos desde el siglo XVI hasta el día. (1916), dejó un no menos entretenido viaje por la bibliografía del fenómeno "farandulero".[6]
En la literatura
La farándula histórica ha sido también protagonista como motivo o escenario literario,[7] así por ejemplo Farándula, comedia en dos actos del premio NobelJacinto Benavente estrenada en 1897, o La canción de la farándula, comedia en tres cuadros de Emilio Carrere (1912). También fue glosada, cantada o reseñada por Azorín (1915), Eduardo Zamacois (1914), o José Podestá (Medio siglo de farándula, 1930), entre un largo etcétera.[8]
Con carácter despectivo, "farándula" se ha asociado en ocasiones a los círculos de famosos o "celebridades" (del inglés celebrity) cuya vida privada es objeto de atención de los medios de comunicación de masas -en especial de la prensa del corazón- a escándalos de naturaleza afectiva, sexual o financiera, hasta llegar a lo morboso y extravagante o friki (del inglés freak) o a favorecer el encumbramiento mediático de personas anónimas por el simple hecho de aparecer en los medios de comunicación de forma más o menos efímera. Un ejemplo televisivo de este fenómeno sociológico pueden considerarse las tertulias de chismorreo («faranduolo Berlusconi») en las que famosos 'de medio pelo' arremeten contra famosos 'oficiales'. Este fenómeno ha llegado a despertar el interés no solo de algunos círculos periodísticos, sino incluso de estudios de análisis de medios.[10]
Una reflexión cinematográfica en torno al mencionado 'famoseo', en versión italiana y con indiscutible nivel intelectual, puede apreciarse en la obra de Federico FelliniLa dolce vita (1960).[11]
"Faranduleros" y "Clan de la ceja"
Faranduleros es una expresión que se utiliza, casi siempre con propósito ofensivo a partir de 2003 en España, en los medios de comunicación de orientación ultraderechista para designar a los actores, directores, cantantes, etc. que apoyan a partidos políticos o causas progresistas o de izquierda.[nota 1] Los desencadenantes más destacados fueron las campañas No a la guerra y Nunca Máis (2003), críticas al gobierno del PP; y el apoyo al PSOE en las elecciones de 2004 y 2008 (que por utilizar un determinado signo –llevarse a la ceja un dedo arqueado en imitación del aspecto físico de José Luis Rodríguez Zapatero– originó la expresión «clan de la ceja»).[12]
También en España, y con referencias negativas similares, se suele asociar al mismo mundo de la farándula, a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), particularmente por su relación con la difusión de la cultura y el poder político.[nota 2]
Títulos de obras
Grabado de Goya
Farándula de charlatanes es el título de uno de los grabados de la serie Los desastres de la guerra, de Goya, un documento gráfico que explica la acepción de «charla engañosa o faramalla», que anotan los diccionarios.[4]