La erosión química es la pérdida de masa de un material a causa de reacciones químicas. Una forma común de erosión química en materiales geológicos es la disolución de elementos en aguas.[1][2] La erosión química de silicatos, un grupo de minerales que predomina en la corteza terrestre, es particularmente alta en zonas montañosas y aún más en zonas montañosas tropicales.[3][4][5] En conjunto con la erosión de silicatos de una roca o sedimento suele darse la oxidación de pirita y otros sulfuros además de la oxidación de materia orgánica.[3] Para efectos de cálculos de la erosión química a escala global algunos autores asumen que no hay erosión química significativa bajo los casquetes glaciares.[6] Sin embargo hay científicos que sugieren que bajo los glaciares donde hay agua líquida en la base la erosión química es particularmente efectiva dada la existencia de fragmentos de roca y minerales frescos y con superficies propensas al proceso.[7][8]
La erosión química de silicatos contribuye a la secuestración de CO2 de la atmósfera.[3] Se estima que la erosión química de rocas y minerales ha ido aumentado a lo largo del Cenozoico debido al alzamiento de montañas.[9] Por consecuencia se ha postulado que la erosión química ha aportado significativamente al enfriamiento paulatino de la atmósfera terrestre en el Cenozoico, lo que ha llevado a la glaciación cuaternaria.[9]
Al considerarse en una escala menor, la erosión química puede debilitar las rocas y disminuir su resistencia a las cortaduras tal como ha sido evidenciado experimentalmente para areniscas.[2] La roca de playa es un tipo de roca que frecuentemente presenta evidencias claras de erosión química.[10]