En un pueblo de la España rural, todos temen locura a la vieja Doña Clarines porque siempre dice lo primero que pasa por su cabeza. Doña Clarines vive recluida con la sola compañía de su hermano, Don Basilio y sus rarezas. La causa de esa devoción por la verdad tuvo su origen, según revela la criada Tata en un desengaño amoroso de juventud. Por ello, Doña Clarines monta en cólera al descubrir los amoríos de su sobrina con el hijo del que antaño fue su pretendiente desleal. Sin embargo, Doña Clarines finalmente dará su bendición al noviazgo, y los jóvenes terminan contrayendo matrimonio.