En 1911 formó su propia compañía, y se traslada al Teatro Cervantes, del que se convierte en primer actor y director, estrenando, entre otras obras, Un palco para el Tenorio (1913), de Pedro de Répide,[8] Lista de correos (1914), de Francés y Leal o Don Inocencio en Madrid (1915), de Ceferino Palencia.[9] En 1921 regresó al Lara e interpretó Frente a la vida, de Manuel Linares Rivas o La pena de los viejos (1923), de Juan José Lorente.
Al final de su carrera se integró en la compañía de Carmen Díaz, con las que estrenó Los duendes de Sevilla (1930), de los Quintero.