Susa es mencionada por primera vez en los documentos relativos a la fundación de la abadía de San Pedro de Novalesa en el año 726. En 887 la ciudad y el territorio formaban parte de la diócesis de Saint-Jean de Maurienne. La fundación de la abadía de San Justo en Susa, actual catedral diocesana, que durante muchos siglos fue una abadía nullius dioecesis, se remonta al siglo XI. Las abadías y centros religiosos del valle de Susa aún dan testimonio de la importancia, durante la Edad Media, de este territorio como punto de tránsito de los peregrinos que se dirigían a Roma por la Vía Francígena o a Santiago de Compostela por el Camino de Santiago.[nota 1]
La diócesis fue erigida el 3 de agosto de 1772 por el papaClemente XIV mediante la bulaQuod nobis, obteniendo el territorio de las jurisdicciones de las abadías nullius de San Justo de Susa, de San Pedro y Andrés de Novalesa y San Miguel de la Chiusa, a las que fueron agregadas algunas parroquias del priorato de Santa María la Mayor de Susa.[1] En 1794 fueron anexadas a la diócesis de Susa las parroquias del alto valle (valles de Oulx, Cesana y Bardonecchia) que antes fueron administradas por la prevostura de San Lorenzo de Oulx y por el priorato de Santa María la Mayor, y que fueron asignadas el 23 de diciembre de 1748 a la [[diócesis de Pinerolo]. La transferencia sólo se hizo efectiva tras la muerte del obispo de Pinerolo en 1797.[2]
Después de seis años de sede vacante, durante los cuales la diócesis fue gobernada por el vicario capitular Ludovico Giuseppe Majneri, el 20 de julio de 1778 fue nombrado el primer obispo de Susa, Giuseppe Francesco Maria Ferraris, de los señores de Genola, doctor en teología, distinguido orador y teólogo de la Catedral de Pinerolo. El nombramiento como obispo fue conferido por acto del papa Pío VI previa presentación del rey de CerdeñaVíctor Amadeo III de Cerdeña; el obispo ingresó en la diócesis el 22 de noviembre de 1778.
En agosto de 1800, debido a las guerras napoleónicas, fue imposible nombrar un nuevo obispo, y la diócesis quedó vacante hasta el 1 de junio de 1803, cuando, con ocasión de la reorganización de las diócesis piamontesas deseada por Napoleón Bonaparte, la de Susa fue suprimida por el papa Pío VII e incorporada a la arquidiócesis de Turín mediante la carta apostólica Gravissimis causis.[3] La diócesis fue restablecida el 17 de julio de 1817 por el papa Pío VII mediante la bula Beati Petri.[4] La supresión de 1803 había afectado también a la abadía nullius de San Miguel de la Chiusa, que también fue restablecida en 1817, pero perdió el privilegio de exención de la jurisdicción episcopal y fue anexada a la diócesis de Susa.
Los primeros obispos, después de su restauración, tuvieron que trabajar para reconstruir las estructuras diocesanas, que se habían perdido en el período francés: Giuseppe Prin (1817-1822) restauró el seminario episcopal y las oficinas diocesanas; Francesco Vincenzo Lombard (1824-1830) convocó el primer sínodo diocesano en 1829. Particular atención merece la obra de Edoardo Giuseppe Rosaz, fundador de la congregación religiosa de las Monjas Franciscanas Misioneras de Susa, nombrado obispo de Susa el 31 de diciembre de 1877 y que gobernó la diócesis hasta su muerte en 1903. En 1930 se inició su proceso de canonización; fue proclamado beato el 14 de julio de 1991, durante la visita pastoral a Susa del papa Juan Pablo II.
Entre los obispos del siglo XX se recuerdan: Carlo Marozio (1903-1910), que convocó el segundo sínodo diocesano y celebró el milésimo aniversario del martirio de san Justo; Giuseppe Castelli (1910-1921), que celebró el primer Congreso Eucarístico diocesano en junio de 1920; Umberto Rossi (1921-1932), que celebró otros cinco congresos eucarísticos y dio vida a la Acción Católica diocesana; Umberto Ugliengo (1932-1953), responsable del tercer sínodo diocesano, de tres congresos eucarísticos, de dos congresos marianos y de la consagración de la diócesis al Sagrado Corazón de Jesús; Giuseppe Garneri (1954-1978), que hizo construir en Mompantero el santuario diocesano de la Virgen del Rocciamelone.
El 21 de noviembre de 1961, con la carta apostólicaIn Alpium Cottiarum, el papa Juan XXIII proclamó a la Beata Virgen María de Rocciamelone y a san Justo de Novalesa como principales patronos de la diócesis.[5]
Desde el 19 de febrero de 2022 está unida in persona episcopi a la arquidiócesis de Turín.
Estadísticas
Según el Anuario Pontificio 2023 la diócesis tenía a fines de 2022 un total de 73 410 fieles bautizados.
↑En los últimos años se ha iniciado un redescubrimiento del itinerario de la Via Francigena desde el paso del Mont Cenis por el valle de Susa.
↑Silvio Bertolo; Pier Giorgio Pieruz (2004). Susa Libri, ed. Vescovi e sacerdoti nella storia della Diócesis de Susa(en italiano). ISBN978-8888916354. «Come successore di Mons. Ugliengo venne nominato Mons. Giorgis Giovanni, nativo de Cúneo e già obispo de Fiesole, ma non prese possesso della Diocesi per grave malattia.»
↑Durante la vacancia de la sede fue administrador apostólico Cesare Nosiglia, arzobispo metropolitano de Turín.
Referencias
↑(en latín) Bula Quod Nobis, en Bullarii Romani continuatio, Tomo V, Prato, 1845, pp. 481-488.
↑Carta apostólica Gravissimis causis, publicada en edición latina y traducción francesa en: Bulletin des lois de l'Empire français, cuarta serie, tomo tercero, pp. 58-69. Lo que sigue es la carta ejecutiva del cardenal Caprara, pp. 69-92.
↑(en latín) Bula Beati Petri, en Bullarii Romani continuatio, Tomo VII, parte 2º, Prato, 1852, pp. 1490-1503.