De Ushuaia a La Quiaca es el sexto álbum de estudio del cantautorargentinoLeón Gieco. El nombre proviene de dos de las ciudades ubicadas en los puntos más extremos de la Argentina Continental: al sur Ushuaia, y al norte la ciudad que popularmente se considera como la más septentrional de Argentina, La Quiaca (aunque en realidad el honor corresponde a la salteña Salvador Mazza). León Gieco realizó una extensa gira que tocó ambos puntos mientras atravesaba todo el territorio entre ambas, y de esa experiencia que duró entre 1981 y 1985 salió como resultado este álbum.
La idea inicial de Gieco era llamar a artistas folklóricos argentinos a que grabaran con él en Buenos Aires, pero Gustavo Santaolalla (productor y músico que lo ayudó en este registro) lo convenció de que debía ser al revés: Gieco debía ser el que fuera hacia los artistas y visitarlos en sus propias casas.[1] Por tanto, De Ushuaia a la Quiaca es un proyecto monumental, que no regístra antecedentes en la historia de la música argentina, y que a nivel mundial sólo puede ser comparado con la labor de Alan Lomax, musicólogo e historiador estadounidense que recorrió su país en busca de las tradiciones del folk y el country de una similar manera, visitando músicos en sus propias casas y rescatando canciones olvidadas.
En total fueron 450 conciertos recorriendo cada provincia argentina, lo que dio fruto a este legado cultural. Poetas, maestros, alumnos, músicos, y la tierra misma, juntos en una película auditiva fascinante. Incluye tres discos, grabados en los lugares de origen de los artistas que participaron en esta obra.
El primer volumen fue lanzado en 1985, los volúmenes dos y tres fueron lanzados en 1986,[2] y en 1999 fue lanzado un cuarto y último volumen, con canciones que habían quedado inéditas.[3]
En el año 2000 se editó la obra en CD junto con el cuarto volumen, y en 2005 se publicó una edición aniversario remasterizada con material multimedia de la obra original. Además de los cuatro volúmenes, se lanzó un libro con el mismo nombre, escrito por el propio León Gieco y Gustavo Santaolalla (que había oficiado de productor e instrumentista durante la gira de Ushuaia a La Quiaca) con Claudio Kleiman, e ilustrado con más de cien fotografías de esa gira histórica tomadas por Alejandra Palacios.
Grabación
El proyecto De Ushuaia a la Quiaca consistió en ir a los lugares donde la música misma nace y grabarla en su ambiente natural y no llevar los músicos a un estudio de grabación en una ciudad grande donde perderían parte del sentimiento que da el lugar de origen. Para ello se viajó con un estudio móvil de grabación de 16 canales, dentro de una kombi (camioneta cerrada) se tenía la "cabina de grabación" que le servía al ingeniero Gustavo Gauvry para monitor de lo que se estaba grabando. En la mayoría de los lugares no se tenía acceso a electricidad, entonces se usaba un generador eléctrico portátil y se lo ponía a más de 200 metros para que el ruido no se grabara. Cuando se grabó en el sur argentino hubo una ocasión en que el frío era tan intenso que los micrófonos tendían a congelarse y había que darles calor para que funcionaran correctamente. También se tomaron cerca de 2000 fotografías y se grabaron más de 50 horas de video registrando los momentos más gloriosos de la gira. Participaron infinidad de músicos de todo el país, entre ellos Sixto Palavecino, Leda Valladares, Gerónima Sequeida e Isabel Parra (en la frontera con Chile).
León Gieco junto a Leda Valladares grabaron en el cementerio de Maimará, en las ruinas de los indios Quilmes y en el anfiteatro de El Cadillal en Tucumán. Leda recopiló un montón de bagualas, algunas de más de 400 años de antigüedad que han ido pasando de generación a generación. También, en una casa de adobe de Amaicha, grabó a la gran bagualera del norte argentino Gerónima Sequeida.
Canto colectivo en el Anfiteatro Natural de Piedra en los Valles Calchaquíes. Un grupo de 1500 chicos tucumanos reunidos para cantar bagualas y vidalas. La grabación se realizó con un sistema holofónico que es lo más parecido al oído humano, captando los sonidos en un ángulo de 360 grados dando la sensación de espacialidad natural.
La dirección y producción musical estuvo a cargo de Gustavo Santaolalla. Participó también como músico, tocando guitarras, charango, percusión y voces. Gustavo creía firmemente en el proyecto, en todo momento fue el motor y el timón del barco. Fue quizás el primero que integró la tecnología MIDI a la música tradicional. En muchas ocasiones, la música, la danza, la artesanía, y muchas otras formas de expresión cultural se mezclaban para dar forma en plenitud al folclore argentino. La idea era integrarse con todo tipo de artistas, y que ellos mismos determinaran el límite cultural de este proyecto. El resultado, una verdadera obra maestra.
La idea de Ushuaia a La Quiaca partió de la gira que llevó a Gieco por todo el país, donde tomó contacto con artistas desconocidos que trabajaban en el folclore de las distintas regiones. Con Santaolalla como productor, los volúmenes 2 y 3 De Ushuaia... reflejaban el viaje de Gieco y Santaolalla por el país -al frente de un equipo de veinte personas-, con un estudio móvil que registraba a bagualeros anónimos como Gerónima Sequeida, chacareras santiagueñas de Sixto Palavecino y el chamamé de Isaco Abitbol. Si bien Gieco había resumido la primera etapa de su carrera en la recopilación 7 años, catapultada por el suceso de "Sólo le pido a Dios", este viaje musical-etnográfico es como una gran metáfora de su arte de cantor repartido entre el llamado de la tierra (el folclore) y las demandas estéticas de su tiempo (el rock como cultura alternativa y como energía rupturista). Debido a lo extenso del material grabado, la obra fue editada en etapas. Gieco y Santaolalla (una sociedad que se había originado en el primer disco de León) hicieron además una experiencia performática de este viaje. Y allí hay hitos no ya de Gieco sino de toda la música grabada en Argentina y la región, como la sesión junto a Isabel Parra registrada a orillas del Canal de Beagle. Un testimonio único de la música latinoamericana de raíz.
Todas las canciones escritas y compuestas por León Gieco, excepto donde se indica. A diferencia de los siguientes tres volúmenes, este primer disco fue grabado enteramente en estudio.
Los volúmenes 2 y 3 fueron publicados como un vinilo doble. Una reedición de 1994 también contiene ambos volúmenes juntos en un solo CD, aunque no lo especifica (solo figura como De Ushuaia a La Quiaca 2) y algunos temas fueron quitados de ambos volúmenes.
N.º
Título
Grabación
Duración
1.
«Los chacareros de dragones»
Grabado con la Banda de Monteros en la carpa del "Circo Teatro Argentino", Villa Trinidad, Tucumán.
Al cumplirse 20 años de la histórica gira de León Gieco por todo el país, se edita el libro De Ushuaia a La Quiaca, escrito por el propio León Gieco y Gustavo Santaolalla con Claudio Kleiman, e ilustrado con más de cien fotografías de esa gira histórica tomadas por Alejandra Palacios. Mezcla de libro de fotos, diario de viaje, estudio musicológico y valioso testimonio documental sobre la música argentina de raíz, realizado desde la perspectiva de músicos populares provenientes de la cultura rock, De Ushuaia a La Quiaca constituye una especie de road movie visual, de lectura tan apasionante como instructiva.
La "edición de lujo" de 144 páginas, consta de una primera parte donde se suceden las mejores fotografías de esta aventura, para continuar con los relatos en primera persona de León Gieco que se intercalan con declaraciones de los músicos más emblemáticos que participaron en este proyecto (Leda Valladares, Cuchi Leguizamón, Sixto Palavecino, Los Carabajal, entre otros) y con las letras de las canciones que interpretaron. La edición se complementa con una descripción de las distintas canciones y danzas de la música tradicional criolla argentina y, para finalizar, se describen e ilustran los instrumentos autóctonos criollos e indígenas. El libro cuenta con el auspicio del Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Cultura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Personal
Disco uno
León Gieco: guitarra, armónica y voz.
Gustavo Santaolalla: guitarras, bajo, batería digital, percusión, coros, y producción.
Aníbal Kerpel: teclados, bajo, coros, y asistencia de producción.