Loza o cerámica de Fajalauza es la cacharrería popular en barro vidriado y decorado, originalmente elaborada en el Albaicíngranadino, con una tradición alfarera que se remonta al año 1517,[1] aunque no se conocería con ese nombre hasta la primera mitad del siglo XIX. Permaneció invariable en un estilo y señas de identidad caracterizados por el vidriado estannífero y la decoración en azul-gris o verde con motivos vegetales –con el protagonismo de la granada–, pájaros, lacerías y motivos heráldicos con águilas bifrontes. Al inicio del último cuarto del siglo XX entró en el proceso de industrialización cerámico, perdiendo personalidad y ganando variedad,[2] como es el caso de la recuperación del reflejo dorado, una de las mejores técnicas de la loza morisca.
Historia y características
La puerta de Fajalauza,[nota 1] es uno de los seis accesos que tuvo la muralla del Albaicín o "cerca de Don Gonzalo" y fue levantada a mediados del siglo XIV por el hayib Ridwan, ministro de Yusuf I de Granada, para la defensa del primitivo arrabal de los Halconeros o del Albaicín (Rabad al-Bayyazin o nombrado por Gómez MorenoRabut-alfajjarim). Constituye el acceso a la parte más elevada del Albaicín, comunicando en época cristiana dicho arrabal con el de los Alfareros, situado a extramuros entre esta puerta y el convento de San Antonio y San Diego, actualmente desaparecido. En este lugar, desde 1517, existieron talleres de olleros,[nota 2] alguno de los cuales aún permanece activo, pasando así a llamarse loza de Fajalauza la cerámica popular granadina en general.[3] Natacha Seseña recoge las claves del paralelismo entre la producción granadina de Fajalauza y la de Teruel, los dos centros de la península ibérica donde mejor se ha conservado la tradición alfarera de origen morisco.[2][4]
Hasta 1975, aproximadamente, la loza basta y popular de Fajalauza mantuvo sus características primitivas: vidriado con poco estaño, decoración en verde o azul grisáceo, motivos vegetales -el fruto de la granada especialmente-, pájaros, motivos heráldicos de supuestas águilas bicéfalas... Señas que sin variación perceptible decoraban sencillas fuentes de solero plano o abombado, tazones, cantarillos, jarras de cuerpo globular y las famosas jarras alcarrazas (que engendraron el dicho popular "Verde y con asas: alcarraza") tupidas de 'caracolillos' y curvas entrelazadas.[5][nota 3]
Aunque las características de la loza de Fajalauza se mantienen, no se ha podido evitar la adulteración de los tonos azules y verdes, producida por el uso de colorantes industriales de los óxidos de cobalto y cobre. Otra amenaza a su 'pureza ancestral' es la masificación comercial (con un mercado que llega hasta Japón).[2][6]
Azulejo imitando la decoración figurativa sencilla en una gama de tonos azul cobalto sobre fondo blanco, típica del azulejo figurativo holandés.
Florero Valero con seis bocas (tulipanero o clavelero).[7]
Notas
↑Puerta de Fajalauza o del Collado u Otero de los Almendros, Bab Fayy al-Lawza (en otras transcripciones Fex el Leuz). Fue en este lugar donde el rey Boabdil, último rey alhamar, entró secretamente al barrio del Albaicín en 1486 para arrebatar el trono a su tío el Zagal que estaba instalado en la Alhambra. También, ya en el periodo cristiano, la puerta constituyó en época de la Guerra de los Moriscos de Granada (1568-1571) uno de los puntos de encuentro previstos por los sublevados para el alzamiento del Albaicín.Historia del Albaicín granadino.
↑Ollero, término castellano más usado que el de alfarero, de raíz árabe, se utilizará hasta la aparición de "ceramista" en un padrón municipal de 1923.
↑Cano Piedra y Garzón Cardenete recogen el dato de la profesión de "olleros" que aparece en una Real Cédula fechada de 1492, como únicos representantes del gremio de alfareros de entre los veinticinco alamines granadinos.
En la lista de olleros granadinos del siglo XVI pueden leerse nombres moriscos como Juan el Valencí, Francisco el Guadixí, Alonso Alaconí o Martin de Abdary. También aparece en esa relación el nombre de Hernando Morales, posiblemente uno de los miembros más antiguos de una familia de alfareros y ceramistas granadinos. Otras sagas importantes han sido las de los Alonso de Torres, los Barajas, los Puertollano, o los Morales Moreno.
↑. «Florero Valero». abacoarte. Archivado desde el original el 31 de enero de 2016. Consultado el 18 de enero de 2016. «Su diseño, inspirado quizá por los tulipaneros («tulpenvaas») de cerámica de Delft del siglo XVIII, se atribuye a una alfarera granadina con ese apellido. Es una vasija de cuerpo globular con seis bocas para flores, buscando la sensación de un amplio ramo.»
Bibliografía
Bonet Correa, Antonio; Ruiz Alcón, María Teresa (1987). Historia de las artes aplicadas e industriales en España. Madrid: Ediciones Cátedra. pp. 621-29. ISBN84-37603749.
Cano Piedra, Carlos (2004). Diputación de Granada, ed. La cerámica en Granada. José Luis Garzón Cardenete. Los Libros de la Estrella 23.