La vasija más representativa es el vaso, que por su forma podía ser: esférico (el más frecuente), elipsoidal, ovoide, troncocónico y cilíndrico. El tipo de vasija esférica ha sido frecuente ajuar arqueológico en cuevas de Sevilla, Cádiz, Málaga, Córdoba y Granada.[3] Los vasos cilíndricos, los menos comunes, han aparecido en ajuares funerarios de enterramientos en cuevas de Huelva, Cádiz y Almería.
Las decoraciones que presentan los vasos es muy variada: incisiones, impresiones, acanaladuras y diversos motivos en relieve. Pluralidad que también presentan los elementos de suspensión, es decir: asas de cinta, asas de pitorro, de punte, de tunes, entre otras.[4]