Hija de Fernando III de Castilla, y de su primera esposa, la reina Beatriz de Suabia, era por parte paterna nieta de Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla, reina de Castilla, que renunció al trono que había recibido por la muerte de su hermano, Enrique I de Castilla, siendo ambos hermanos hijos del rey Alfonso VIII de Castilla. Por parte materna era nieta de Felipe de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del Imperio Romano de Oriente. Fueron sus hermanos, entre otros, Alfonso X de Castilla, Fadrique de Castilla, ejecutado en 1277 por orden de su hermano Alfonso X el Sabio, y Manuel de Castilla, padre de Don Juan Manuel.
La infanta Berenguela nació en 1228 y en 1241 profesó como religiosa en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas en Burgos,[1] contando en la ceremonia con la presencia de su padre, el rey Fernando, y de su hermano, el infante Alfonso, entre otros.[2] Antes de su muerte, desautorizó públicamente a su sobrino, el infante Sancho, por haberse rebelado contra su padre, el rey Alfonso X el Sabio, hermano de la infanta Berenguela.[3]
A su muerte, el cadáver de la infanta Berenguela de Castilla recibió sepultura en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas en Burgos, en el que había sido religiosa desde 1241.[1] Su sepulcro se encuentra colocado en la nave central de la iglesia del monasterio, en el lado del Evangelio, enfrente del sepulcro que contiene los restos de Blanca de Portugal, hija del rey Alfonso III de Portugal y de la reina Beatriz de Castilla, y nieta de Alfonso X el Sabio.[4] El sepulcro se encuentra realizado en piedra, y consta de cubierta a cuatro declives. En el interior de pequeños arcos rebajados, de intradós trebolado y cubiertos por gabletes, se encuentran esculpidas diferentes escenas de la infancia de Jesucristo. En él se representan la Adoración de los Magos y la Matanza de los Inocentes.
En la tapa del sepulcro aparecen representadas seis escenas evangélicas. En la cabecera de la tapa aparece representada la Coronación de la Virgen María, y a los pies de la tapa, aparece un relieve en el que se representa el alma de la Virgen María siendo llevada al Cielo por ángeles flanqueados por un obispo y un abad, que recitan preces. En la otra vertiente de la tapa del sepulcro aparecen colocados diferenten escudos en los que aparecen leones, castillos y águilas, emblema este último de la Casa de Hohenstaufen, a la que pertenecía la madre de la infanta, la reina Beatriz de Suabia.[1]
Los restos de la infanta se conservan momificados, aunque en el pasado el cadáver fue despojado de sus vestiduras. El ataúd que contenía los restos se forró con un paño de brocado en el que se habían dibujado águilas y grifos pareados, con franjas interpuestas.[5]
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