Parece que fue cerca de esta ciudad donde Paris pronunció su juicio ante las tres diosas.[1] Según Virgilio, del puerto de Antandro partió Eneas, una vez que fue saqueada Troya.[2]
Heródoto la llama «localidad de los pelasgos», en su relato de la marcha de las tropas del rey persaJerjes I por el noroeste de Anatolia.[3] Según el geógrafo griego Estrabón, el poeta Alceo de Mitilene la llamaba ciudad de los léleges.[4] Dice, además, este autor que Demetrio de Escepsis la situaba entre las ciudades que bordeaban el territorio de los léleges, pero que quedaba en la región de los cilicios ya que estos vivían a continuación de aquellos, quienes de alguna forma marcaban la frontera entre la vertiente sur del monte Ida y limitaban por más sitios que los léleges con la costa de Adramitio.[4]
En 388 a. C., Antandro fue el lugar donde las tropas de Ifícrates destruyeron y dieron muerte al harmosta lacedemonio Anaxibio, que, partiendo de Abido, había intentado dejar una guarnición espartana en el lugar. Con esa derrota terminó la incipiente influencia espartana en el entorno del Helesponto.[7]
Notas
↑«Cuando Tisafernes se enteró de que la flota peloponesia había zarpado de Mileto rumbo al Helesponto desde Aspendo se dirigió a Jonia. Cuando los peloponesios ya estaban en el Helesponto, los antandrios, que son un pueblo eolio, introdujeron en su ciudad a unos hoplitas llegados por tierra desde Abidos a través del monte Ida.» Tucídides, VIII, 108, 3-4.
↑«Los hoplitas de Abidos que lucharon desde el interior de Antandro contra la guarniciónpersa, según el historiador ateniense, habían sido maltratados por Arsaces, lugarteniente o subgobernador en una zona del territorio gobernado por el sátrapa Tisafernes, aquél que al establecerse los delios emigrados desde su isla a Adramitio, obligados por los atenienses con motivo de la purificación de la isla, había convocado a los mejores de dichos hoplitas, aduciendo un enemigo sin determinar para que participaran en una expedición militar, y habíéndoles hecho salir de Adramitio en calidad de amigos y aliados, esperó hasta la hora del almuerzo para rodearlos con sus soldados y acribillarlos. Los antandrios que temían que Arsaces debido a esta acción criminal cometiera otra contra ellos, sumado a las cargas insoportables que les imponía, expulsaron a la guarnición de la acrópolis.» Tucídides, VIII, 108, 4-5.
Referencias
↑Marie-Nicolas Bouillet y Alexis Chassang (dir.), «Antandros» en el Dictionnaire universel d’histoire et de géographie, 1878.