Ana llegó a Hungría el 29 de septiembre de 1502, momento en el cual comenzaron las celebraciones nupciales de la pareja real. Fue coronada como reina húngara en la ciudad de Székesfehérvár. Ana nunca sería coronada reina de Bohemia por ser una ferviente católica. En ese momento, la Reforma Protestante en dicho país se hallaba en un punto crítico, pues recordemos que la mayoría de la nobleza bohemia era husita y la nobleza húngara católica (posteriormente los húngaros de Transilvania se convirtieron también en grandes partidarios del luteranismo y calvinismo).
La reina consorte húngara vivió en la corte de Buda, donde siempre gozó de grandes lujos propios de Hungría en esa época, pues era uno de los Estados más importantes de Europa. Su cortesana y dama de compañía más cercana y fiel fue la húngara Angelitha Wass, la cual después de la muerte de la reina tras dar a luz a su hijo Luis se ocupó directamente del príncipe e incluso se convirtió en su amante, dándole un hijo ilegítimo.
De su matrimonio con Vladislao II de Hungría nacieron dos hijos:
Ana de Bohemia y Hungría (1503-1547), casada con el archiduque austriaco Fernando, futuro rey consorte de Hungría, Bohemia y Emperador germánico.
Lo notable de su persona no fue su actuación, sino su descendencia lineal por parte materna, en particular la de su hija Ana, de quien descienden muchos monarcas europeos.
La muerte de Ana de Foix-Candale en 1506 resultó un impacto terrible para el rey Vladislao II. Los cronistas narran que el rey húngaro se volvió totalmente apático en medio de su depresión, y siempre contestaba en polaco "dobzse, dobzse", que significa literalmente "está bien así".