Como su padre, realizó generosas donaciones al dios Amón de Tebas, considerado el dios protector de la familia real y el promotor de la rebelión contra los hicsos.
Fue un monarca especialmente alabado por los constructores y llegó a ser deificado y adorado durante muchos años después por los artesanos y constructores de tumbas de Deir el-Medina,[2] lo que ha hecho pensar que fue el verdadero fundador del Valle de los Reyes. Sin embargo, esto aún está por demostrar, pues no hay ninguna candidata seria a ser la tumba de Amenhotep I, ni en el Valle de los Reyes ni fuera de ella. Aun así, su momia fue hallada en el escondrijoDB320.
De su reinado se sabe menos que de otros gobernantes de la brillante Dinastía XVIII, pero se puede afirmar que fue una época tranquila en la que Egipto comenzó a abrirse al mundo y sus reyes comienzan a pensar en conquistas.
Este monarca solía ir siempre acompañado de su madre, la gran reina Ahmose-Nefertari, quedando en la sombra la gran esposa real y hermana del rey, Ahmose-Meritamón. Se cree que tuvo un solo hijo que murió en la infancia, aunque otras fuentes indican que no tuvo hijos.[3]
Amenofis fue sucedido por Tutmosis I, aparentemente una figura militar de alto rango. No está aclarado si había parentesco entre ambos, aunque se ha sugerido que Tutmosis I era hijo del hermano mayor de Amenofis, Ahmés Sapair.[4]