Alminar

Alminares de la mezquita El-Tabia[1]​ (Asuán).

Los términos alminar y minarete son los nombres dados en español a la palabra árabe منار (minār o manār), que designa a cada una de las torres de las mezquitas musulmanas. Por lo general se les usa para proyectar la llamada a la oración musulmana (adhan) por parte del almuédano, pero también han servido como puntos de referencia y como símbolos de la presencia del islam.[2][3]​ Pueden tener una variedad de formas, desde torres gruesas y achaparradas hasta agujas o chapiteles delgados.[2][4]

Etimología y funciones

Ambos nombres proceden del árabe: el primero directamente al castellano con adición del artículo árabe al-, y el segundo del francés minaret, tomado del turco, minare, que a su vez lo toma del árabe. La palabra árabe minar significa en realidad «faro», porque en siglos pasados era frecuente la colocación de luces en los minaretes para orientar a los viajeros hacia la ciudad. En árabe la palabra que designa más propiamente a esta parte de la mezquita es مئذنة mi'dhana, es decir, lugar desde donde se realiza el adhan o llamada a la oración; pues su función ritual es proporcionar un entorno elevado para que el muecín o almuédano ( مُؤَذِّن mu'aḏḏin -"gritador"-) efectúe las cinco llamadas ( أَذَان adhan) que cada día se hacen para convocar a la oración ( صلاة salat). Para ello, el minarete suele tener en su parte más alta un balcón que lo rodea, desde el que se lleva a cabo la llamada. En la actualidad, el almuédano se suele ayudar con un sistema megafónico para que se oiga con más facilidad en las grandes ciudades.

Dominio del espacio

La función del alminar es también marcar la dominación física, visual y sonora del espacio. Existe una gran variedad de estilos de minaretes en el mundo.

Cuando los turcos convirtieron Santa Sofía en mezquita rodearon con cuatro minaretes la inmensa mole de la cúpula que caracterizaba el perfil de la ciudad. De modo similar, la Reconquista española cristianizó los alminares convirtiéndolos en torres de las iglesias que se levantaban sobre las mezquitas.

Forma y número

Alminares de la Masjid al-Haram de La Meca.
Los seis minaretes de la Mezquita Azul de Estambul.

La forma y número de los alminares varía según las zonas:

En el oriente musulmán son habituales las mezquitas con más de uno, generalmente dos o cuatro, y de forma variable. Son característicos en los lugares de influencia otomana los esbeltos minaretes de sección circular, con un balcón sobresaliente y un tejado cónico. El número de los minaretes también es significativo: cuando el sultán Ahmed I mandó levantar seis minaretes en la Mezquita Azul de Estambul, fue criticado porque hasta entonces solo tenía ese número Masjid al-Haram ("la mezquita sagrada" de La Meca, donde se custodia la Kaaba); el sultán solucionó el problema mandando construir un séptimo alminar en La Meca.[5]

En el Magreb las mezquitas suelen tener solo uno, de planta cuadrada.

Malwiyya,[6]​ el alminar de la mezquita de Samarra (Irak), una espiral ascendente, se inspira lejanamente en la forma de los ziggurat; e influyó en el de la mezquita de Ibn Tulun de El Cairo.

En Tombuctú son característicos los alminares de tierra, paja y madera, tres de los cuales (en conjunto con sus mezquitas-madrasa) han sido declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO (Sankore, Djinguereber y Sidi Yahya).

A lo largo y ancho del mundo podemos encontrar otros muchos y diversos tipos de alminares de diversas corrientes artísticas y de diferentes periodos históricos

Orígenes

Alminar de la Gran Mezquita de Cairuán en Túnez, uno de los alminares más antiguos del mundo

Las primeras mezquitas carecían de alminares y la llamada a la oración a menudo se realizaba desde estructuras de torres más pequeñas.[7][8][9]​ La comunidad musulmana temprana de Medina hacía el llamado a la oración desde la entrada o el techo de la casa de Mahoma, que también servía como lugar para la oración, y esta continuó siendo la práctica en las mezquitas durante el período de los cuatro califas Rashidun (632-661).[7]: 23, 28 [10]

El origen del alminar no está claro.[11]​ Numerosos estudiosos del siglo XIX y principios del XX rastrearon el origen de los alminares hasta el período del califato omeya (661–750) y creían que imitaban los campanarios de iglesias cristianas encontrados en Siria en aquellos tiempos.[7]: 8  Otros han sugerido que estas torres se inspiraron en los zigurats de los santuarios babilónicos y asirios en Mesopotamia.[7]: 8  Algunos académicos, como A. J. Butler o Hermann Thiersch, estuvieron de acuerdo en que los alminares sirios se derivaron de las torres de las iglesias, pero también argumentaron que los alminares de Egipto se inspiraron en la forma del Faro de Alejandría (que sobrevivió hasta la época medieval).[12][7]: 8–10  K. A. C. Creswell, un orientalista inglés e importante estudioso de la arquitectura islámica de principios del siglo XX, contribuyó con un importante estudio sobre la cuestión en 1926,[13]​ que luego se convirtió en la teoría académica estándar sobre el origen de los alminares durante aproximadamente cincuenta años.[7]: 11 Creswell atribuyó el origen de las torres de los alminares a la influencia de las torres de iglesias sirias y consideró que los minaretes en espiral o helicoidales del período abasí derivaron de precedentes de zigurat locales, pero rechazó la posible influencia del Faro de Alejandría. También estableció que las primeras mezquitas no tenían alminares y sugirió que los primeros minaretes construidos de manera deliberada se construyeron para la mezquita de Amr ibn al-As en Fustat en el 673.[7]: 12  En 1989, Jonathan Bloom publicó un nuevo estudio que sostenía que los primeros alminares genuinos no aparecieron sino hasta el siglo IX, bajo el dominio abasí, y que su propósito inicial no estaba relacionado con la llamada a la oración.[14][7]

Referencias sobre la arquitectura islámica desde finales del siglo XX a menudo coinciden con la opinión de Bloom de que las mezquitas del califato omeya no tenían alminares en forma de torres.[15][16][17][18]​ En lugar de torres, algunas mezquitas omeyas se construyeron con plataformas o refugios sobre sus tejados a los que se accedía por una escalera y desde las que los muecines podían emitir la llamada a la oración. Estas estructuras fueron denominadas mi'dhana («lugar del adhān») o ṣawma῾a («celda del monje»,[20]​ debido a su pequeño tamaño).[18][19]: 132–137  Un ejemplo de estas plataformas está documentado durante la reconstrucción de la Mezquita de Amr ibn al-As en 673 por el gobernador local de Mu'awiya, Maslama ibn Mujallad al-Ansari, a quien el califa le dio órdenes de agregar una a cada una de las cuatro esquinas de la mezquita, similar a la Gran Mezquita de Damasco que tenía una ṣawma῾a encima de cada una de las torres de la época romana en sus cuatro esquinas.[21][22][23][24]: 12  Fuentes históricas también mencionan tales características en mezquitas en otras partes del norte de África. En otro ejemplo, bajo el emirato omeya de al-Ándalus, el emir Hisham I ordenó la adición de una ṣawma'a a la Gran Mezquita de Córdoba en 793.[25]: 21 

Una posible excepción a la ausencia de alminares en las torres está documentada en la renovación por parte del califa al-Walid de la Mezquita del Profeta en Medina a principios del siglo VIII, durante la cual construyó una torre, a la que se le da el nombre de manāra, en cada una de las cuatro esquinas de la mezquita. Sin embargo, no está claro qué función cumplían estas torres. No parecen haber sido utilizados para llamar a la oración y es posible que su propósito haya sido el de ser símbolos visuales del estatus de la mezquita.[26]: 21 [27]: 49–50  Fuentes históricas también hacen referencia a una manāra anterior, construida de piedra, que se agregó a la mezquita de Basora en 665 por el gobernador provincial omeya,[28]​ pero no está del todo claro si era una torre o qué forma tenía, aunque debió tener un aspecto monumental.[29]: 129, 134 

La Gran Mezquita de Samarra tiene un distintivo alminar en espiral (848–852)

Los primeros alminares conocidos construidos como torres aparecieron bajo el dominio abasí.[30]​ Se agregaron cuatro torres a la Gran Mezquita de La Meca durante su reconstrucción abasí a finales del siglo VIII.[31]​ En el siglo IX se construyeron alminares únicos en o cerca del centro del muro opuesto al muro de la alquibla de las mezquitas.[30]: 72–79  Estas torres se construyeron a lo largo de todo el imperio en una proporción de alto a ancho de alrededor de 3:1.[30]: 79  Uno de los alminares más antiguos que aún se conservan es el de la Gran Mezquita de Cairuán en Túnez, construido en 836 y bien conservado en la actualidad.[30]: 73–75 [31][32][33]​ Otros alminares que datan del mismo período, pero fechados con menos precisión, incluyen el alminar de la Mezquita aljama de Siraf, en la Provincia de Bushehr, actualmente el alminar más antiguo de Irán, así como el alminar frente al muro de la alquibla en la Gran Mezquita de Damasco (conocido como el «alminar de la Novia»), actualmente el alminar más antiguo de la región de Siria (aunque su sección superior probablemente fue reconstruida varias veces).[31][32]​ En Samarra, la capital del califato abasí en el actual Irak, la Gran Mezquita de Samarra se construyó entre los años 848 y 852 y tenía un enorme alminar helicoidal detrás de su muro norte. Su diseño se repitió en la cercana mezquita de Abu Dulaf (861).[30]: 76  La teoría previa que proponía que estos alminares helicoidales se inspiraron en los antiguos zigurats mesopotámicos ha sido cuestionada y rechazada por algunos académicos posteriores, entre ellos Richard Ettinghausen, Oleg Grabar o Jonathan Bloom.[34]: 30 [35]

Bloom también sostiene que los primeros alminares abasíes no se construyeron para albergar el llamado a la oración, sino que fueron adoptados como símbolos del islam adecuados para importantes mezquitas congregacionales. Su asociación con los muecines y la llamada a la oración sólo se desarrolló posteriormente.[36]: 64, 107–108 En tanto que los primeros alminares fueron construidos por los abasíes y tenían un valor simbólico asociado con ellos, algunos de los regímenes islámicos opuestos a los abasíes, como como los fatimíes, generalmente se abstuvieron de construirlos durante estos primeros siglos.[37][36]​ La evidencia más antigua de que se utilizaron alminares para albergar la llamada a la oración data del siglo X y no fue sino hasta el siglo XI que los alminares se convirtieron en una característica casi universal de las mezquitas.[36]: xvii, 64 

Véase también

Notas

  1. El-Tabia Mosque.
  2. a b «Miranet Function, Design & Importance». Britannica. Consultado el 9 de enero de 2022. 
  3. Bloom, Jonathan M.; Blair, Sheila S., eds. (2009). «Minaret». The Grove Encyclopedia of Islamic Art and Architecture. Oxford University Press. pp. 530-533. ISBN 9780195309911. 
  4. «Minaret». World History Encyclopedia. Consultado el 9 de enero de 2022. 
  5. Libya antiqua, L'Erma di Brestschneider, 1995, ISBN 88-7062-934-1, vol. 1, pg. 146.
  6. Kleiner, Fred S. and Christin J. Mamiya. Gardner's Art Through the Ages: 12th edition. Thomson Wadsworth, 2005. Fuente citada en Malwiya.
  7. a b c d e f g h i Bloom, Jonathan M. (2013). The minaret. Edinburgh: Edinburgh University Press. ISBN 978-0748637256. OCLC 856037134. 
  8. Donald Hawley, Oman, pg. 201. Jubilee edition. Kensington: Stacey International, 1995. ISBN 0905743636
  9. Creswell, K. A. C. (March 1926). «The Evolution of the Minaret, with Special Reference to Egypt-I». The Burlington Magazine for Connoisseurs 48 (276): 134-140. JSTOR 862832. 
  10. Bloom, Jonathan M.; Blair, Sheila S., eds. (2009). «Minaret». The Grove Encyclopedia of Islamic Art and Architecture. Oxford University Press. pp. 530-533. ISBN 9780195309911. 
  11. Netton, Ian Richard (2013). Encyclopaedia of Islam (en inglés). Routledge. p. 418. ISBN 978-1-135-17960-1. 
  12. Bloom, Jonathan M. (1991). «Creswell and the Origins of the Minaret». En Grabar, Oleg, ed. Muqarnas: An Annual on Islamic Art and Architecture (en inglés) 8. Brill. pp. 55-58. ISBN 978-90-04-09372-0. 
  13. Creswell, K. A. C. (March 1926). «The Evolution of the Minaret, with Special Reference to Egypt». The Burlington Magazine for Connoisseurs 48. 
  14. Bloom, Jonathan (1989). Minaret Symbol of Islam. University of Oxford. ISBN 0197280137. 
  15. Petersen, Andrew (1996). Dictionary of Islamic architecture. Routledge. pp. 187-188. ISBN 9781134613663. «Although the mosques of Damascus, Fustat and Medina had towers during the Umayyad period it is now generally agreed that the minaret was introduced during the Abbasid period (i.e. after 750 CE). Six mosques dated to the early ninth century all have a single tower or minaret attached to the wall opposite the mihrab. The purpose of the minaret in these mosques was to demonstrate the power of Abbasid religious authority. Those opposed to Abbasid power would not adopt this symbol of conformity, thus Fatimid mosques did not have towers. Aunque las mezquitas de Damasco, Fustat y Medina tenían torres durante el período omeya, ahora se acepta generalmente que el minarete se introdujo durante el período abasí (es decir, después del 750 d.C.). Seis mezquitas que datan de principios del siglo IX tienen todas una sola torre o minarete adosada a la pared opuesta al mihrab. El propósito del minarete de estas mezquitas era demostrar el poder de la autoridad religiosa abasí. Quienes se oponían al poder abasí no adoptarían este símbolo de conformidad, por lo que las mezquitas fatimíes no tenían torres.» 
  16. Marchand, Trevor Hugh James (2012). Minaret building and apprenticeship in Yemen (en inglés). Routledge. pp. 22, 37. 
  17. Hartmuth, Maximilian (2018). «Mosque-building on the Ottoman-Venetian Frontier, circa 1550–1650: The Phenomenon of Square-Tower Minarets Revisited». Muqarnas 35: 175-192. S2CID 134439335. doi:10.1163/22118993_03501P008. 
  18. a b Bloom, Jonathan M.; Blair, Sheila S., eds. (2009). «Minaret». The Grove Encyclopedia of Islamic Art and Architecture. Oxford University Press. pp. 530-533. ISBN 9780195309911. 
  19. a b Hillenbrand, Robert (1994). Islamic Architecture: Form, function, and meaning (en inglés). New York: Columbia University Press. ISBN 9780231101332. 
  20. More specifically, referring to a small room or cell, with a pointed or tapering form, where a Christian monk would seclude himself.[19]: 133 [7]: 30 
  21. Hillenbrand, Robert; Burton-Page, J.; Freeman-Greenville, G.S.P. (1960–2007). «Manār, Manāra». En Bearman, P.; Bianquis, Th.; Bosworth, C.E.; van Donzel, E.; Heinrichs, W.P., eds. Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Brill. ISBN 9789004161214. 
  22. Bearman, P.; Bianquis, Th.; Bosworth, C.E.; van Donzel, E.; Heinrichs, W.P., eds. (1991). «Maslama b. Muk̲h̲allad». Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Brill. p. 740. ISBN 9789004161214. 
  23. Bloom, Jonathan M.; Blair, Sheila S., eds. (2009). «Damascus». The Grove Encyclopedia of Islamic Art and Architecture. Oxford University Press. ISBN 9780195309911. 
  24. Bloom, Jonathan M. (2013). The minaret. Edinburgh: Edinburgh University Press. ISBN 978-0748637256. OCLC 856037134. 
  25. Bloom, Jonathan M. (2020). Architecture of the Islamic West: North Africa and the Iberian Peninsula, 700–1800. Yale University Press. ISBN 9780300218701. 
  26. Ettinghausen, Richard; Grabar, Oleg; Jenkins-Madina, Marilyn (2001). Islamic Art and Architecture: 650–1250 (2nd edición). Yale University Press. ISBN 9780300088670. 
  27. Bloom, Jonathan M. (2013). The minaret. Edinburgh: Edinburgh University Press. ISBN 978-0748637256. OCLC 856037134. 
  28. Hillenbrand, Robert; Burton-Page, J.; Freeman-Greenville, G.S.P. (1960–2007). «Manār, Manāra». En Bearman, P.; Bianquis, Th.; Bosworth, C.E.; van Donzel, E.; Heinrichs, W.P., eds. Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Brill. ISBN 9789004161214. 
  29. Hillenbrand, Robert (1994). Islamic Architecture: Form, function, and meaning (en inglés). New York: Columbia University Press. ISBN 9780231101332. 
  30. a b c d e Bloom, Jonathan M. (2013). The minaret. Edinburgh: Edinburgh University Press. ISBN 978-0748637256. OCLC 856037134. 
  31. a b c Bloom, Jonathan M.; Blair, Sheila S., eds. (2009). «Minaret». The Grove Encyclopedia of Islamic Art and Architecture. Oxford University Press. pp. 530-533. ISBN 9780195309911. 
  32. a b Petersen, Andrew (1996). Dictionary of Islamic architecture. Routledge. pp. 187-190. ISBN 9781134613663. 
  33. «Minaret of the Great Mosque of Kairouan». Qantara - Mediterranean Heritage. Consultado el 26 de abril de 2022. 
  34. Ettinghausen, Richard; Grabar, Oleg; Jenkins-Madina, Marilyn (2001). Islamic Art and Architecture: 650–1250 (2nd edición). Yale University Press. ISBN 9780300088670. 
  35. Bloom, Jonathan M. (2019). «Minaret». En Fleet, Kate; Krämer, Gudrun; Matringe, Denis; Nawas, John; Rowson, Everett, eds. Encyclopaedia of Islam, Three. Brill. ISBN 9789004161658. 
  36. a b c Bloom, Jonathan M. (2013). The minaret. Edinburgh: Edinburgh University Press. ISBN 978-0748637256. OCLC 856037134. 
  37. Petersen, Andrew (1996). Dictionary of Islamic architecture. Routledge. pp. 187-188. ISBN 9781134613663. «Although the mosques of Damascus, Fustat and Medina had towers during the Umayyad period it is now generally agreed that the minaret was introduced during the Abbasid period (i.e. after 750 CE). Six mosques dated to the early ninth century all have a single tower or minaret attached to the wall opposite the mihrab. The purpose of the minaret in these mosques was to demonstrate the power of Abbasid religious authority. Those opposed to Abbasid power would not adopt this symbol of conformity, thus Fatimid mosques did not have towers.» 

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