Era hijo natural del rey Juan I de Portugal,[1] tenido antes de contraer matrimonio con Felipa de Lancaster, y de Inés Pires.[2] Contrajo matrimonio con Beatriz Pereira de Alvim, hija del condestable Nuno Álvares Pereira. El antiguo patrimonio de los Braganza tuvo origen en la espléndida riqueza de bienes y tierras que Beatriz heredó de su padre, San Nuno, lo cual llevó a esta familia a ser una de las más ricas de su época en toda Europa.
Biografía
Establecido desde su niñez en la corte de su padre, Alfonso fue criado, junto a su hermana Beatriz, por la princesa inglesa Felipa de Lancaster, quien los crio como hijos suyos.[2]
En la conquista de Ceuta en 1415, fue encargado de los aprestos en las provincias de Estremadura y Entre Douro e Minho y capitán de la capitanía real. De regreso de Ceuta, y por los servicios, recibió nuevas mercedes de su padre Juan I. Durante el reinado de Eduardo I tuvo excelentes relaciones com su medio hermano, aunque no consiguió disuadirlo de emprender la trágica expedición a Tánger.
Después de la muerte de Eduardo durante la regencia de su viuda Leonor de Aragón, se convirtió en un aliado de esta frente a la creciente hostilidad de la nobleza por su coindición de extranjera. Caída la regencia de la reina viuda al año siguiente, la regencia pasó al infante Pedro, hermano del fallecido monarca y también medio-hermano del conde de Barcelos. No fueron buenas las relaciones entre Alfonso y Pedro, llegando casi al campo de batalla en Mesão Frio en las márgenes del Duero, lucha que fue evitada por el conde de Ourém, hijo de Alfonso. Esto se debió a la política de centralización, propuesta por el regente, en detrimento de la poderosa nobleza, acuadillada por Alfonso. Reconciliados brevemente, el 30 de diciembre de 1442, Alfonso obtuvo del regente el señorío de Braganza a título de Ducado. Fue la fundación del Ducado de Braganza. Era el tercer ducado de Portugal (los dos primeros fueron creados por Juan I para sus dos hijos: el de Coímbra para Pedro y el de Viseo para el infante Enrique el Navegante). Entretanto, Alfonso se había convertido en el tió favorito del joven Alfonso V el Africano, en detrimento del regente, quien para no perder su influencia, hizo casar a Alfonso V con su hija Isabel.
En 1446, Alfonso V alcanzó su mayoría de edad y, poco después, apartó al infante Pedro del gobierno. Luego, con apoyo del duque de Braganza, el rey derogó las leyes dictadas por el regente y dio nuevas prerrogativas a la nobleza. Este hecho colmó la paciencia de Pedro, quien se declaró en rebeldía. Las tropas reales, al mando de Alfonso, derrotaron al infante rebelde en la Batalla de Alfarrobeira (1449), donde el último perdió la vida. Entre 1450 y 1452, mandó a edificar para su amante Constanza de Noronha el Palacio de los duques de Braganza.
Después de la batalla, Alfonso V concedió al duque de Braganza otras importantísimas mercedes, y nueve años después, cuando partió para África, dejó entrega al duque el gobierno del reino en su ausencia.
Alfonso de Braganza falleció en diciembre de 1461. Recibió sepultura en la iglesia matriz de Chaves aunque posteriormente sus restos fueron trasladados a la capilla mayor del convento de San Francisco de dicha ciudad.[3]
Alfonso (1402-1460),[5] conde de Ourém y marqués de Valença (merced de Alfonso V el 11 de octubre de 1451). Falleció soltero el 29 de agosto de 1460 dejando un hijo bastardo;[6]
Fernando (1403-1478),[5] que lo sucedió en el ducado de Braganza, con el nombre de Fernando I;
Isabel, que casó con su tío el infante Juan, conde de Aveiro e hijo de Juan I.
Contrajo matrimonio en 1420 con Constanza de Noroña (muerta en 1480), llamada la piadosa, hija de Alfonso Enríquez, conde de Gijón y de Noreña, hijo natural de Enrique II de Castilla, de quien no tuvo descendencia.[3]
Rodrigues Oliveira, Ana (2010). Rainhas medievais de Portugal: dezassete mulheres, duas dinastias, quatro séculos de história(en portugués) (1ª edición). Lisboa: A Esfera dos Livros. ISBN9896262616.