Larissa Borodina resulta también convincente en su caracterización de chica humilde,hija de un inválido de guerra y novia de un delincuente de barrio. Su personaje, marcado desde el comienzo por un aire irremediablemente trágico, resulta una especie de Julieta suburbial, cuyo Romeo, que no en vano se enfrenta con el mundo del delito, no la sigue en su dramático final.