Víctor Amadeo II de Saboya (en italiano: Vittorio Amedeo II di Savoia; Turín,14 de mayo de 1666-Moncalieri, Turín, 31 de octubre de 1732) fue Duque de Saboya, Príncipe de Piamonte, Conde de Aosta, de Moriana y de Niza, Marqués de Saluzzo y del Monferrato (1675-1732), Rey de Sicilia (1713-1720) y Rey de Cerdeña (1720-1732).
Su gobierno transformó radicalmente la política saboyana de sumisión a España y Francia. Aprovechando la rivalidad entre este último país y el Sacro Imperio Romano Germánico, practicó una política oportunista que le reportó independencia respecto de las potencias, adquisiciones territoriales y, coronarse primero Rey de Sicilia y posteriormente Rey de Cerdeña.
Vittorio Amedeo Francesco di Savoia nació en Turín el 14 de mayo de 1666. Hijo de Carlos Manuel II de Saboya y de su segunda esposa María Juana Bautista de Saboya-Nemours. Carlos Manuel II murió en 1675, cuando Víctor Amadeo tenía nueve años. La regencia le fue confiada a su madre, mujer ambiciosa y enérgica.
En 1680, influido por su madre, se comprometió con su prima Isabel Luisa de Portugal, hija única del regente Pedro de Portugal (futuro rey Pedro II). Esta boda podría haberle convertido en rey de Portugal, ya que a falta de heredero varón, las Cortes portuguesas derogaron la "Ley de las Cortes de Lamego" por la que los príncipes extranjeros quedaban fuera de la sucesión al trono. El 25 de marzo de 1681 se celebró la boda por poderes en Lisboa entre la princesa y Víctor Amadeo (representado por el Marqués de Droné).
En 1682 partió desde Lisboa el Duque de Cadaval con una escuadra compuesta por ocho navíos para llevar al novio a la corte portuguesa. Cuando llegó a Turín, Víctor Amadeo se encontraba (o decía encontrarse) muy enfermo acusado de una pertinaz fiebre. Este hecho sirvió de pretexto, al partido contrario a la Regente, para aplazar el viaje. Según los contrarios a la política de la Regente, ésta quería en realidad deshacerse de su hijo para poder gobernar en solitario y favorecer a Luis XIV de Francia. El embajador portugués, viendo que el Duque no mejoraba, que el partido contrario a la Regente ganaba adeptos, y que el propio Duque parecía apoyarles, decidió regresar a Portugal. Este incidente y la enfermedad que sobrevino poco después a la reina de Portugal, acabaron finalmente por romper el compromiso matrimonial.
El 14 de mayo, al cumplir 18 años, se le declaró mayor de edad. Entonces, su madre dejó de actuar como Regente y Víctor Amadeo comenzó su gobierno en solitario.
Siguiendo la tradición saboyana, la política de los primeros años de gobierno de Víctor Amadeo se basó en los "consejos" que llegaban desde la corte de Versalles.
El duque no quería continuar bajo la órbita francesa y en 1688 surgió una oportunidad para conseguir la ansiada independencia. Ese año se formó la Liga de Augsburgo con el fin de contrarrestar la política expansionista francesa. Pero cuando Víctor Amadeo comenzó las negociaciones para adherirse, fue descubierto por los espías de Luis XIV. Entonces el rey exigió 3.000 soldados y 800 caballeros para el Ejército francés. Si el duque no aceptaba, sería considerado enemigo de Francia. Cuando Saboya aceptó, el rey Luis puso una nueva condición: La entrega de la ciudadela de Turín. Esto era inaceptable, pues suponía la total pérdida de independencia del ducado. Cuando Víctor Amadeo dudó, el rey francés envió a su ejército a Saboya.
El ejército francés, comandado por el generalNicolás Catinat, atravesó los Alpes y acampó en Staffarda. Víctor Amadeo decidió no esperar a los austríacos que iban en su ayuda y, en cuanto llegaron las tropas españolas, decidió atacar a los franceses. La batalla de Staffarda (18 de agosto de 1690) tuvo como resultado una gran victoria de los franceses (que sólo contaban con 1000 efectivos más que los hispano-saboyanos). Tras esta batalla, el camino hacia Turín quedó libre para Catinat. Los franceses fueron ocupando una a una todas las plazas del ducado, hasta que en junio de 1691, los saboyanos consiguieron vencerles en el sitio de Cuneo. Aunque esta victoria dio ánimos al ejército de Víctor Amadeo, la situación era crítica. El 4 de octubre de 1693 un nuevo ejército hispano-saboyano fue nuevamente derrotado por el general Catinat. La situación era ya insostenible, por lo que Víctor Amadeo se vio obligado a firmar en 1696 el tratado de Turín por el que se restauraba el statu quo ante bellum, y Saboya volvía a la órbita francesa.
En 1697 para afianzar la nueva alianza con Francia, casó a su hija María Adelaida con el delfín Luis, heredero de la Corona francesa.
La alianza con Francia no duró mucho. Luis XIV desconfiaba del duque y le relevó del cargo de General Supremo de sus fuerzas en Italia.
En 1700 Carlos II de España moría sin descendientes y dejaba todo su imperio a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. Esta situación terminaba de arruinar la hegemonía de los Habsburgo en Europa y convertía a Francia en un Estado peligrosamente poderoso. Una nueva guerra y, con ella una nueva oportunidad de conseguir la independencia, estaban cerca.
En un primer momento, Víctor Amadeo entró en la guerra a favor de Francia y España. Incluso, casó a su hija María Luisa Gabriela con Felipe V, pero pronto el duque comenzó un acercamiento hacia los aliados. En 1703 Portugal dejó de apoyar a los borbónicos y se unió a la Gran Alianza. Entonces, Saboya le siguió. La reacción francesa no se hizo esperar, y el ducado volvió a ser ocupado. Durante tres años todas las batallas en territorio saboyano fueron ganadas por los franceses y los españoles, hasta que el ejército hispano-francés decidió sitiar Turín, el último foco de resistencia, el 14 de mayo de 1706. El asedio continuó durante todo el verano hasta que el 2 de septiembre llegó a la capital saboyana un ejército de socorro austro-saboyano comandado por Eugenio de Saboya. El ejército sitiador, cansado y con gran número de bajas causadas por los defensores de la ciudad, fue derrotado. Desde entonces y hasta la firma de la Paz, no hubo más operaciones importantes en Saboya.
Confiado por esta victoria, Víctor Amadeo dirigió, junto con Eugenio de Saboya, a los ejércitos aliados en territorio francés. Esta campaña no fue muy eficaz, tal y como demuestran la derrota en el asedio de Tolón y el mínimo avance por territorio enemigo.
En 1711 murió sin descendencia el emperador José I, y el archiduque Carlos se convirtió en el nuevo emperador. Esta situación era también muy peligrosa para Inglaterra y Holanda, pues significaba volver a los tiempos de Carlos V. La guerra debía acabar cuanto antes. En 1712 comenzaron las conversaciones de paz que culminaron en la firma del Tratado de Utrecht.
Rey de Sicilia
Por el Tratado de Utrecht con Francia del 11 de abril de 1713 a la que cedía el valle de Barcelonnette, Saboya recibía: Alessandria, Monferrato, Pragelato, Valsesia y Langhe, y la garantía de que el duque Víctor Amadeo se convertiría en rey de Sicilia. El 10 de julio de 1713 fue firmado el documento por el que España cedía Sicilia con una serie de condiciones:
Sicilia no podría ser jamás vendida o intercambiada por otro territorio.
En caso de extinguirse la rama masculina de la Casa de Saboya, Sicilia volvería a ser propiedad de la Corona Española.
Las inmunidades en Sicilia no serían derogadas.
El Rey de España pasaría a ser propietario de los bienes confiscados a los sicilianos acusados de traición.
Y el 13 de agosto el documento fue refrendado en el tratado de Utrecht entre España y Saboya.[2][3] Ese mismo día, el ya rey brindó junto a la muchedumbre que se agolpaba a las puertas del palacio de Turín y el 3 de octubre partió hacia sus nuevos dominios.
El 24 de diciembre Víctor Amadeo y Ana María fueron coronados reyes de Sicilia en la catedral de Palermo.
Como rey de Sicilia luchó contra el bandolerismo, fomentó el desarrollo de la marina mercante y reorganizó la Hacienda. También reorganizó el ejército según el modelo saboyano. El 7 de septiembre de 1714, después de casi un año en Sicilia, regresó a Turín.
Rey de Cerdeña
El 14 de febrero de 1714 moría en España la reina María Luisa Gabriela. Ese mismo año, Felipe V se casaba en segundas nupcias con Isabel de Farnesio. La nueva reina influyó mucho en su marido y consiguió que la política exterior española se orientara hacia el revisionismo del Tratado de Utrecht. La reina, obsesionada con que sus hijos reinaran, veía que con dos hijos del anterior matrimonio era difícil que la Corona Española fuera a parar a sus descendientes.
Así, en 1717 comenzaba la Guerra de la Cuádruple Alianza. España se enfrentaba a Austria, el Reino de Gran Bretaña, las Provincias Unidas, Francia y, posteriormente, Saboya. En agosto de 1717 los españoles se lanzaron a la conquista de Cerdeña, tras el desembarco de 8.000 hombres. En julio, 30.000 hombres invadieron Sicilia. Entonces le llegó de Viena la propuesta de adherirse a la Cuádruple Alianza a cambio de intercambiar Sicilia por Cerdeña. Víctor Amadeo, viendo la grave situación, aceptó el 10 de noviembre.[4]
La destrucción de la flota española en la batalla del cabo Passaro (11 de agosto de 1718) y la ocupación francesa de parte del norte de España hicieron que Felipe V firmara finalmente la paz en 1720, en La Haya. De esta forma, en aplicación del Tratado de Londres de 1718, el duque Víctor Amadeo II de Saboya, permutó Sicilia por Cerdeña, siendo reconocido como Rey de Cerdeña. La cercanía de la isla la hizo más fácil de mantener y controlar que Sicilia, por lo que el intercambio de territorios con Austria fue ventajoso para Saboya.
Últimos años
Hacia 1728, año de la muerte de la reina Ana María, la salud de Víctor Amadeo empeoró, y decidió delegar el gobierno en su hijo Carlos Manuel. Aunque prácticamente seguía haciendo todo Víctor Amadeo. En 1730 abdicó formalmente y se retiró a Chambery. Pero, al poco tiempo comenzó nuevamente a dirigir el gobierno dando "consejos" a su hijo.
El 2 de agosto de 1730, se casó con Ana Teresa Canalis de Cumiana, quien consiguió que su marido anulara el acta de abdicación para retomar el poder. Ella fue creada Marquesa de Spigno. Entonces, Carlos Manuel decidió encerrar a su padre. Víctor Amadeo fue recluido en Rívoli.
En el invierno de 1731, la salud de Víctor Amadeo empeoró drásticamente. En abril de 1732 Carlos Manuel ordenó su traslado al Castillo de Moncalieri. Finalmente, falleció el 31 de octubre de 1732.