La vegetación predominante es el quejigar, con un 35% de extensión, con superficies menores de encinares, un 9%. En las pendientes rocosas, predomina el matorral de sabina negral y enebro, con un 3%.
Flora
Los quejigares(Cephalanthero rubrae-Quercetum faginae), son extensos y altamente representativos, encontrándose bien estructurados y siendo un buen ejemplo de quejigar alcarreño de zona fría. Por la continentalidad del clima, aparecen aliagares y salviares (espliego(Lino differentis-Salvietum lavandifoliae), tomillo, etc), acompañados de cambronales, (Lino appresi-Genistetum rigidissimae) con pastizales asociados, de tomillar-pradera, (Festucetum hystricis, Paronychio-Artemisietum pedemontanae) y comunidades terofíticas (Blupero baldensis-Arenarietum ciliaris).
Las laderas y escarpes rocosos, están ocupados por un sabinar negral (Juniperus phoenicea) abierto (Rhamno-Juniperetum phoeniceae), mezclado en algunos lugares con sabina albar(Juniperetum phoeniceo-thuriferae).
En las zonas más frecuentadas por el ganado desarrollan comunidades típicas (Poo bulbosae-Astragaletum sesamei).
La galería fluvial, está bien conservada, aunque la estrechez del valle impide una gran anchura, está formada por alamedas y saucedas blancas (Rubio-Populetum albae) y saucedas iberolevantinas (Salicetum discoloro-angustifoliae).
Los farallones rocosos poseen comunidades rupícolas calcicolas supramediterráneas típicas (Antirrhino pulverulenti-Rhamnetum pumili) y espeleuncícolas (Chaenorhino-Sarcocapnetum enneaphyllae).