Ideados por el comandante militar husita Jan Zizka, consistían en una carreta similar a las usadas por los ejércitos de la Edad Media para el transporte, reforzada con parapetos y complementada con troneras, desde donde se disparaba con arcabuces, pequeños cañones, arcos y ballestas. La idea se basaba en diversas tácticas utilizadas por los vecinos de los husitas en la Europa Central: los tabores que los nómadas gitanos empleaban en sus campamentos, el gulyay gorod que usaban los cosacos para fortificarse rápidamente y las tácticas que inspiradas en ello aplicaban a veces las fuerzas de la República de las Dos Naciones y el ejército medieval húngaro.
El carro de guerra confería gran movilidad a un ejército, que podía agruparse en formaciones cerradas fácilmente defendibles con el apoyo de la infantería armada con lanzas, picas, mayales, alabardas y otras armas de asta. Agrupando carros de guerra, se podían crear rápidamente campamentos fortificados y proteger así a la mayoría de los civiles, que constituían el mayor contingente de los seguidores husitas. El uso innovador de las armas de fuego, su gran capacidad defensiva y su versatilidad y movilidad contrapesaron la inferioridad en número y armamento frente a la caballería profesional de las fuerzas imperiales.