El mismo CIC no define precisamente lo que es una universidad católica, no obstante regula este tipo de instituciones en sus cánones 807 al 814. La normativa vigente actualmente son los mencionados cánones más la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae promulgada por Juan Pablo II el 15 de agosto de 1990.
Fundamentos y funcionamiento
De acuerdo al CIC, la Iglesia católica tiene el derecho a erigir y manejar universidades. La universidad católica se dedica, a diferencia de la eclesiástica (centrada en el estudio de disciplinas eclesiásticas y las materias con ellas relacionada), principalmente a los estudios civiles, aunque el Canon 811 establece que debe haber en ella por lo menos un instituto o cátedra de Teología.
Por otro lado existen muchas universidades católicas que no son eclesiásticas pues no tienen las facultades de Derecho Canónico, Filosofía y Teología, que son necesarias para funcionar como tales. En ese sentido podemos encontrar la Universidad Católica de Temuco.
Tipos de universidades católicas
Universidades católicas erigidas o aprobadas por la Santa Sede
Son aquellas que son erigidas o aprobadas como tales por la Santa Sede, o por una conferencia episcopal, o por un arzobispo u obispo diocesano, de acuerdo con las normas aprobadas por la Santa Sede. La gran mayoría de estas instituciones, aunque son erigidas por aquella y reconocen como autoridad máxima al papa, son puestas bajo la administración de la arquidiócesis o diócesis del lugar en que se encuentra su sede principal. De esta manera su autoridad directa e inmediata es el diocesano del lugar, quien ostenta la autoridad máxima de estos planteles ejerciendo el cargo de Gran Canciller. No obstante hay otras que dependen directamente de la Santa Sede.
Universidades católicas establecidas por otros organismos eclesiásticos
También son católicas las universidades que dependen o son administradas por un instituto religioso u otra persona jurídica, que acepta en sus estatutos o documento equivalente todo lo prescrito en relación con las universidades católicas. Este es el caso de muchas universidades mantenidas por órdenes religiosas, como por ejemplo los jesuitas, salesianos, etc. Al ser administradas por institutos religiosos estas universidades no dependen de la arquidiócesis o diócesis donde están erigidas y quien ostenta la autoridad superior directa en estos planteles, también ejerciendo el cargo de Gran Canciller, es el superior local del instituto religioso del cual dependen, y no el diocesano del lugar. Ejemplos de este tipo de planteles son la Universidad Católica de Colombia y la Universidad Católica Silva Henríquez, universidad chilena de propiedad de la congregación salesiana.
Este tipo de planteles, al igual que las universidades católicas establecidas por la Santa Sede, también pueden recibir el título honorífico de pontificia, como ocurre por ejemplo con la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, que pertenece a la Compañía de Jesús.
Universidades católicas de inspiración
Son católicas también aquellas universidades que se definen como "católica de inspiración" en razón de un compromiso institucional hecho por las autoridades responsables de la institución. El establecimiento de una universidad de esta índole debe recibir la aprobación del diocesano local y las autoridades deben informar de su estado académico y especialmente, acerca de sus actividades pastorales y su identidad católica al arzobispo u obispo de la diócesis en que está la sede principal de la institución.
Además de las universidades católicas de iure anteriormente señaladas, existen universidades católicas en sentido lato. Aunque estas universidades contribuyen a la gestión educadora y evangelizadora de la Iglesia católica, estas no están vinculadas formalmente a la autoridad eclesiástica, ni a persona jurídica eclesiástica pública, que ni las crea, ni las erige, ni las gobierna, ni las gestiona ni directa ni indirectamente.
Este tipo de instituciones tienen que conformarse con los requisitos sustanciales que identifican la naturaleza y misión de la universidad católica, lo que en cierto modo las pone bajo el control de la autoridad eclesiástica, que tiene el deber de velar por la autenticidad de las escuelas católicas para que los fieles sepan sin error a quiénes confían su educación.
A lo largo de todo el mundo, la Iglesia católica mantiene una gran cantidad de estas universidades, las cuales cumplen con los fundamentos de su establecimiento. En la actualidad las universidades católicas imparten una gran cantidad de programas de pregrado y posgrado en las áreas de las ciencias sociales y ciencias exactas.