El tratamiento de aguas residuales de origen industrial incluye el mecanismo y proceso usado para tratar aguas residuales que han sido contaminadas por algún medio por actividades de origen antropogénico industrial o comercial y luego son liberadas al medio ambiente o re-utilizadas. El lugar donde se realiza el proceso se le denomina estación depuradora de aguas residuales industriales o EDARI. Sin embargo, muchas industrias siguen aún produciendo aguas residuales.
En los casos en que la re-utilización de las aguas utilizadas en los procesos productivos no es posible, es importante ajustar el efluente a los límites de vertido contemplados por la legislación vigente.
Las principales técnicas para la depuración de aguas residuales en diferentes sectores de actividad industrial incluyen el tratamiento físico-químico y el tratamiento biológico.[1]
Tratamiento físico-químico
La depuración físico-química consiste en la eliminación de los contaminantes contenidos en un agua residual por la combinación de métodos químicos (adición de productos químicos para conseguir la precipitación y el volumen y peso adecuados de los lodos) y métodos físicos (decantación y flotación). Dentro del método químico, suele usarse sustancias ácidas y material biológico que permite la adsorción de los metales pesados[2] .
Una empresa de ingeniería medioambiental ha patentado recientemente un modelo denominado BIOCARB,[3] se trata de un reactor de lecho fijo cuyo material de relleno es carbón lignítico granulado, se desarrolló para tratar aguas residuales con contaminantes difíciles de degradar y con color. La inmovilización de biomasa en la superficie del carbón lignítico permite realizar en un solo paso un tratamiento biológico y fisicoquímico de aguas residuales.
La biorremediación es una forma de tratamiento de aguas residuales industriales, siendo su utilización viable debido a la alta eficacia y bajos costos de implementación, un ejemplo es la utilización de material vegetal para la adsorción de metales pesados[4]
Mediante procesos efectuados en reactores anaeróbicos, tipo UASB o ECSB, es posible degradar grandes cantidades de materia orgánica con un coste relativamente bajo y aprovechando el proceso para la generación de energía.