Desde fines del s. IV, varias Iglesias, que se encuentran bajo el influjo cultural persa, desarrollan un rito distinto. De esta época proviene la diferenciación de las anáforas (o plegarias eucarísticas) en tres tipos: antioqueno, siro-oriental y alejandrino, aunque no necesariamente corresponderán en los siglos sucesivos a sus respectivas jurisdicciones.
Al rechazar las conclusiones del Concilio de Éfeso (431), varias Iglesias de la tradición siro-oriental se separan de la Iglesia católica (algunas han vuelto a la comunión con Roma).
A partir de este momento, se configuran claramente otros ritos derivados del sirio occidental, como el bizantino y el armenio. Después del Concilio de Calcedonia (451), varias iglesias siguieron el camino de la separación, entre ellas la armenia (que había desarrollado su propio rito), la siro-malankara y varias de rito bizantino (algunas de estas Iglesias han vuelto a la comunión), mientras que la maronita nunca se separó de la Iglesia católica.
Siglos XVIII-XX
Después de las vueltas a la unidad de varias Iglesias separadas de la Iglesia católica, podemos considerar como Iglesias católicas de tradición litúrgica antioquena a las siguientes Iglesias: