En el Codex Vindobonensis (Códice de Viena) se puede identificar una imagen de Quetzalcóatl que lleva a una mujer a sus espaldas de la misma manera como los novios llevaban a sus esposas en el antiguo México. La mujer porta tres hongos, Uno de ellos tiene las características de teonanácatl.
En el Codex Magliabechiano se puede apreciar un hombre sentado comiendo hongos. Sobre él vuela la imagen de un dios difícil de identificar. A sus pies brotan tres hongos del suelo. Han sido coloreados con el color verde del jade, el símbolo de los sagrado dentro de los aztecas.
El carácter ritual de estos hongos quedó registrado por el padre dominico Diego Durán. En su descripción de la coronación del emperador azteca Ahuitzotl en 1486 cuenta que se sirvieron "hongos embriagantes" (Davis, 109). Por su parte Tezozómoc describió que un ritual similar se celebró en la coronación de su abuelo Moctezuma en 1502.
Asimismo, el franciscano Bernardino de Sahagún describió en Historia de las cosas de la Nueva España «un pequeño hongo negro que llaman nanacatl que ejercía en los indígenas de manera terrorífica, excitante, perturbante o imprimía en ellos una alegría notoria.»